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Dilma gana terreno en el feudo electoral de su rival

El repunte de la candidata de Lula se debe a su avance en la región Sureste

NAZARET CASTRO

En el Partido de los Trabajadores, vuelven a respirar tranquilos: la candidata de Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff, ha recuperado su ventaja con respecto a José Serra, su oponente en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo domingo. Tras un preocupante retroceso en la intención de voto y después de que algunas encuestas llegaron a prever un empate técnico entre los dos candidatos, los últimos sondeos dan a Dilma una ventaja de entre el 12 y el 17% de los votos válidos.

En los escasos dos días que faltan para el cierre oficial de la campaña, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) concentrará sus esfuerzos en seguir transmitiendo la idea que desde hace semanas repiten los anuncios radiofónicos: 'Dilma no está preparada para ser presidenta; Serra, sí'. Pero las cuentas se le complican al candidato tucano (esto es, del PSDB): si las encuestas no fallan, no ganaría ni aun cuando convenciese al 8% de indecisos.

El repunte de Dilma se debe principalmente a su avance en la región Sureste y en el sur del país, los tradicionales feudos electorales de los tucanos, la región más rica de Brasil. Los números señalan un fracaso en la estrategia de este candidato, que en la recta final de campaña decidió reforzar su presencia en el llamado cinturón tucano, en puntos como São Paulo y Río de Janeiro. El PSDB consideró que allí se dará la batalla, dando por perdida la región Noreste, la más pobre de Brasil y donde más se han sentido las mejoras de los programas sociales de Lula.  y, mientras, el Partido de los Trabajadores (PT) sigue barriendo en la región Noreste. Si las encuestas no yerran, Dilma será elegida presidenta el domingo cSin embargo, Serra no ha logrado afianzarse en el suron los votos de los norestinos: Datafolha pronostica para la candidata de Lula el 64% de apoyo en esta región, frente al 27% que cosecha Serra.

Parece que Lula ha conseguido transferirle a su elegida su popularidad, que adquiere tintes casi religiosos en algunos puntos del Noreste, como en Pernambuco, tierra natal del presidente. Muy presente en la campaña ha participado en más actos junto a Dilma que en 2006, cuando resultó reelegido, Lula asumió un papel más discreto tras la frustración de la primera vuelta, cuando la candidata petista (del PT) se quedó a un 3% de la mayoría absoluta, que hubiera evitado la segunda vuelta.

El presidente cambió de idea cuando las cosas se pusieron feas para el PT: los sondeos de mediados de octubre reflejaban una caída de Dilma, que los analistas asociaron al escándalo en la Casa Civil, que provocó la dimisión de una ex asesora de Rousseff,y a la polémica en torno a la legalización del aborto. Así que Lula volvió al ruedo y pidió a los suyos que den 'una zurra en las urnas' al PSDB. El presidente aprovechó su cumpleaños ayer para pedir a los electores que den su voto a Dilma como regalo de aniversario.

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