Un doble atentado contra la sede de la gobernación provincial de Al Anbar, en la ciudad iraquí de Ramadi, acabó el miércoles con la vida de al menos 23 personas e hirió a un centenar, informó la televisión estatal Al Iraqia.

Según fuentes policiales, entre los heridos se encuentran el gobernador de la provincia, Qasem Mohamed, y un miembro del Consejo Provincial, Sadun Abdel Mohsen.

Los atentados se registraron por la mañana, con pocos minutos de diferencia, en el centro de Ramadi. El coronel Jabbar Ajaj precisó que el primer atentado consistió en la detonación de un vehículo cargado de explosivos que se encontraba aparcado cerca de la sede gubernamental. Posteriormente, un suicida con un cinturón de explosivos hizo estallar la carga que llevaba encima dentro del edificio oficial, cuando el gobernador y varios diputados provinciales se dirigían a ver lo que había ocurrido.

Según el portavoz de la Administración provincial de Al Anbar, Hamid al Hais, el suicida pertenecía al cuerpo de seguridad personal del gobernador, lo que hace pensar que Mohamed era el objetivo de los ataques.

Al Hais desmintió la muerte del gobernador, anunciada previamente por la televisión estatal, y afirmó que Mohamed se encuentra ingresado en un hospital, aunque no detalló la gravedad de sus heridas.

Por la tarde, el Gobierno decretó el toque de queda en la ciudad, situada 100 kilómetros al oeste de Bagdad.

La provincia de Al Anbar, de mayoría suní, se convirtió en la mayor plaza fuerte del grupo terrorista Al Qaeda en Irak tras la caída del régimen de Sadam Husein en 2003, hasta que sus miembros fueron expulsados con la ayuda de las tribus locales.