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Ed Miliband apela a los valores socialdemócratas

El líder laborista imprime su sello ante los suyos con una denuncia de los excesos del capitalismo y una defensa vigorosa del Estado del bienestar

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

'Ya sabéis que no soy Tony Blair. Y que no soy Gordon Brown', dijo este martes el líder laborista, Ed Miliband, en el congreso anual de su partido en Liverpool. Esa era una información que los dirigentes laboristas ya tenían, pero por alguna razón Miliband quiso subrayarla. 'Soy yo mismo y voy a hacer las cosas a mi manera'. Fue una llamada a la tranquilidad destinada a aquellos laboristas nerviosos porque creen que tras un año en el puesto aún no ha impreso su sello en la política británica.

Fue también una denuncia de los excesos del capitalismo y una defensa vigorosa del Estado del bienestar. Contra los que le piden un regreso al centro, Miliband no cesó de hablar de los valores de la socialdemocracia en una época en que la ortodoxia económica afirma que el Estado debe cumplir su labor con muchos menos recursos.

'Los planes de austeridad del Gobierno Cameron están fracasando'

Es por eso que en una primera reacción varios analistas coincidieron en denominarlo el discurso más radical de un líder laborista en una generación. Quizá porque Blair y Brown gestionaron, excepto al final, una época de prosperidad. Pero su discurso se produjo en el mismo día en que la empresa aeronáutica BAE anunció el despido de 3.000 trabajadores, la mayoría cualificados, a causa supuestamente de los recortes en los gastos de Defensa en Estados Unidos y Reino Unido.

El panorama contra el que alertaba Miliband parecía muy real. 'Vivimos tiempos peligrosos para Gran Bretaña. Los planes de austeridad del Gobierno [de Cameron] están fracasando. Podemos sentir el miedo de la gente ante el futuro', dijo. El líder laborista no planteó soluciones concretas. Eso había quedado para el día anterior, cuando Ed Balls presentó las propuestas del partido para recuperar el crecimiento económico. Miliband prefirió hablar de valores, consciente de que todo líder joven (tiene 41 años) debe dejar patente en primer lugar en qué cree.

Miliband distingue a los empresarios 'productores' de los 'depredadores'

Entre sus influencias ideológicas, citó a un dirigente liberal, William Beveridge, que en 1942 elaboró un informe que fue el pilar sobre el que se construyó el Estado del bienestar después de la Segunda Guerra Mundial. Eso le sirvió para hacer una defensa apasionada de la sanidad pública algo en lo que compiten todos los políticos, pero con la intención de castigar a los conservadores. 'No se puede confiar en los tories en relación al NHS' (siglas del servicio público de salud), afirmó ante los aplausos del auditorio, que esperaba escuchar precisamente eso.

Miliband quiso diferenciar dentro de la empresa privada a los 'productores' de los 'depredadores'. Los primeros son los creadores de empleo y riqueza. Los segundos, las grandes empresas que sólo se guían por los beneficios sin ninguna responsabilidad social.

Parecía una distinción un poco maniquea, porque los primeros no pueden sobrevivir sin beneficios, pero Miliband tenía un buen ejemplo para demostrarla: el de la empresa Southern Cross, la mayor propietaria de residencias y pisos para jubilados, cuya gestión por un fondo de inversiones la condujo a la ruina.

Fue un discurso pensado para ganarse el apoyo de la audiencia, sin demasiados puntos de interés para votantes indecisos. Pretendía dejar claro que la crisis es motivo suficiente para que los laboristas no abandonen sus valores de siempre.

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