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EEUU acepta el diálogo con los talibanes más radicales

Los contactos del Gobierno afgano con los insurgentes también incluyen al clan de Haqqani, el grupo más peligroso. Los ataques de aviones no tripulados desatan una crisis en Pakistán

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Las negociaciones entre el Gobierno afgano y los talibanes se han ampliado hasta incluir a los grupos más radicales y peligrosos del movimiento insurgente. En los contactos ocurridos este verano, han participado también representantes del clan de los Haqqani, relacionado habitualmente con Al Qaeda por los servicios de inteligencia occidentales.

EEUU ha participado en esas negociaciones aunque de forma indirecta, según el diario británico The Guardian, que cita 'fuentes paquistaníes y árabes'. De la información, se deduce que Washington no ha vetado este diálogo y que se mantiene informado a través de intermediarios.

Aumentan los ataques a los suministros de la OTAN en Pakistán

The Washington Post informó el miércoles que las negociaciones entre Hamid Karzai y los líderes talibanes ya han comenzado después de un periodo sin contactos que ha durado más de un año.

El grupo de Haqqani es el más peligroso de la insurgencia afgana y funciona con bastante autonomía con respecto al liderazgo talibán encabezado por el mulá Omar y la shura de Queta, en Pakistán.

Jalaluddin Haqqani siempre ha sido un maestro a la hora de manipular a los servicios de inteligencia extranjeros y ganarse su apoyo. Durante la invasión por los soviéticos, recibió financiación de la CIA y de Arabia Saudí, y era uno de los muyahidines más prestigiosos. Por esa razón, el espionaje paquistaní lo adoptó como uno de sus protegidos.

El Pentágono y la CIA han fracasado en su intento de eliminar a Haqqani

Al no ser de Kandahar, Haqqa-ni no formaba parte del primer liderazgo talibán, pero cuando los integristas tomaron el poder no tardó mucho tiempo en pactar con ellos. Sus relaciones con Osama bin Laden eran excelentes, por lo que se sospecha que fue él quien le ayudó a escapar de Afganistán en 2001.

Por su mal estado de salud, se cree que es su hijo Sirajudin Haqqani quien dirige actualmente al grupo insurgente. Ambos viven refugiados en la provincia paquistaní de Waziristán del Norte y se da por hecho que cuentan con la protección del ISI (siglas en inglés de los servicios de inteligencia paquistaníes).

La participación del grupo de Haqqani en el diálogo puede tener que ver con el progreso experimentado en los otros contactos de Karzai con la shura de Queta. 'El hielo se ha roto', dijo a The Guardian un diplomático que conoce la negociación. 'Haqqani sabe que no puede quedarse al margen del proceso'. El anuncio de Obama de que comenzará la retirada de las tropas en algún momento de 2011 también puede haber favorecido esa impresión.

La cadena Al Jazeera informó hace poco de que Karzai se había reunido personalmente con Sirajudin Haqqani en la frontera entre Afganistán y Pakistán, pero ambas partes lo desmintieron inmediatamente. EEUU ha intentado en varias ocasiones eliminar a Haqqani con ataques de aviones no tripulados. El líder insurgente tiene partidarios a los dos lados de la frontera, por lo que la mayor parte de las operaciones contra él han tenido lugar en territorio paquistaní. Tan sólo en el último mes se han producido 21 de estos bombardeos, iniciados durante la presidencia de George Bush y continuados a mayor escala desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.

Las relaciones entre EEUU y Pakistán atraviesan otro momento muy difícil a causa de uno de estos ataques. Una incursión de helicópteros norteamericanos acabó en septiembre con la muerte de 53 personas, entre las que estaban dos soldados paquistaníes del Cuerpo de Fronteras.

El Gobierno de Islamabad respondió con el cierre del paso fronterizo de Khyber por el que pasa la mayor parte de los suministros a las tropas de la OTAN en Afganistán. Aún más preocupante fue la otra respuesta: decenas de camiones y vehículos cisterna contratados por la OTAN han volado por los aires en tres ataques ocurri-dos en territorio de Pakistán en la última semana.

Es difícil no sospechar que el ISI esté promoviendo estos ataques. Como mínimo, está claro que la policía local no ha hecho nada por impedirlos. 'Se trata de un negocio privado. Ellos tienen su propia seguridad', ha dicho un alto cargo policial de Islamabad.

Con la intención de poner fin a la crisis, tanto el embajador de EEUU en Pakistán como el jefe de las tropas norteamericanas en Afganistán, el general David Petraeus, han presentado sus disculpas por la muerte de los dos soldados.

La opinión pública de Pakistán rechaza los ataques con aviones no tripulados. Sólo el 16% cree que los aparatos del tipo predator tienen como objetivo a los grupos talibanes paquistaníes, según un sondeo reciente en las regiones fronterizas de Pakistán. El 48% opina que sólo sirven para matar civiles y un 33% afirma que en los bombardeos mueren tanto civiles como insurgentes.

La paradoja es que EEUU no podría llevar a cabo estas operaciones sin el permiso del Ejército de Pakistán. De hecho, la mayor parte de la información que facilita estos ataques tiene que proceder de fuentes paquistaníes. Sin embargo, el Gobierno de Islamabad se opone por completo a las incursiones de los predator por ser 'contraproducentes y violar la soberanía de Pakistán', como recordó ayer el portavoz del Ministerio de Exteriores.

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