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EEUU asalta el gran feudo talibán en Afganistán

En la mayor ofensiva militar desde la invasión del 2001 participan 15.000 efectivos. Uno de los objetivos es dar protagonismo a las tropas afganas para que ganen experiencia de combate

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Aprovechando la oscuridad del cielo sin luna, unos 3.000 marines acompañados por 1.500 soldados afganos descendieron en la madrugada de ayer sobre los campos de cultivo que rodean la ciudad de Marjah, situada en el sur del país en la provincia de Helmand. Fue el inicio de la mayor ofensiva de las tropas occidentales comandadas por Estados Unidos contra los insurgentes desde la invasión de la país en 2001. En total participaron 15.000 efectivos para tomar el control del principal feudo taliban en suelo afgano.

Miles de marines, apoyados por tropas británicas y miembros del Ejército afgano se lanzaron sobre Marjah y sus alrededores. El primer recuento de bajas dejaba dos soldados, un estadounidense y un británico muertos por una veintenta de talibanes.

La coalición de la OTAN que considera que la zona es el centro de operaciones de los talibanes tanto por la fabricación de explosivos como por la cantidad de laboratorios destinados a procesar la droga de los campos de opio que los radicales poseen allí.

EEUU ha decidido aplicar en Helmand su nueva estrategia para Afganistán. El Eército se ha pasado toda la semana avisando a la población local de Marjah, unas 100.000 personas, de la conveniencia de abandonar la zona durante la ofensiva. Las tropas extranjeras, especialmente las estadounidenses, son muy impopulares entre la población por la gran cantidad de muertes civiles que han causado en los últimos años.

La OTAN sufre dos bajas frente a una veintena de los talibanes

La operación Moshtarak, que significa 'juntos' en darí, intenta dar protagonismo a las tropas afganas para que ganen experiencia una vez que los estadounidenses abandonen el país en 2013 como tiene previsto el presidente Barack Obama. Los talibanes habían recogido el guante al afirmar a través de un portavoz que 2.000 de sus hombres estarían preparados para repeler el asalto.

La primera oleada llegó por la madrugada del sábado a las proximidades de Marjah en helicópteros de transporte CH-53. Una vez desplegados los marines establecieron posiciones defensivas con apoyo aéreo de aviones Harrier y helicópteros Cobra. Los talibanes respondieron con ataques esporádicos que dejaron algunos heridos entre las tropas de la coalición.

Al amanecer llegó la segunda oleada de marines con vehículos antiminas y tanques reforzados para superar el impacto de las bombas escondidas en la carretera, las preferidas por los talibanes.

En otro incidente ajerno a la ofensiva, una de estas bomba mató ayer a tres soldados de EEUU al paso de su vehículo en la provincia de Kandahar, en el este del país

'Vamos a quitarle Marjah a los talibanes', afirmó antes de la ofensiva el general estadounidense Lawrence Nicholson, encargado de dirigir la operación sobre el terreno. 'Si lo logramos será un cambio fundamental en Helmand y, por extensión, en todo Afganistán', dijo Nicholson.

Es la primera vez que el presidente Karzai aprueba una operación militar

Aunque EEUU ha desarrollado otras campañas militares en Afganistán para intentar acabar con los talibanes en los últimos ocho años, esta misión es diferente por el nivel de participación de las tropas afganas. Cada compañía de marines está emparejada con una afgana. Los soldados viajan sentados juntos en los helicópteros y los comandantes estadounidenses trabajan en coordinación con los afganos en el puesto de mando.

En la operación del pasado verano en la misma provincia había un soldado afgano por cada diez estadounidenses. En la de ayer hay un afgano por cada dos estadounidenses.

El Pentágono confirmó ayer que el presidente afgano, Hamid Karzai, había dado su visto bueno a la operación el pasado viernes tras discutirlo con el general Stanley McChrystal, el máximo responsable de las tropas de EEUU y de la OTAN en Afganistán. Se trata de la primera operación militar a la que Karzai ha dado su apoyo.

Las semanas previas Karzai había mandado mensajes contradictorios sobre la posibilidad de atacar Marjah. El presidente había repetido en público que el mejor plan era el de persuadir a los talibanes para incorporarse a un programa de reinserción en que terminaran por abandonar las armas.

McChrystal convenció a Karzai, según los militares estadounidenses, tras contarle que 400 líderes tribales de la zona de Marjah habían bendecido la operación contra los talibanes. Marjah es una zona rural que cuenta con numerosos canales de regadío. Canales que fueron construidos hace 50 años por ingenieros estadounidenses.

Los talibanes se han hecho fuertes en el lugar desde hace tres años tras llegar a acuerdos con los productores de opio y los traficantes locales para proteger sus producciones.

A cambio los integristas instalaron sus escondites para fabricar bombas entre los canales de regadío. Más fáciles de proteger por la dificultad de los vehículos blindados para cruzar por ellos. El mensaje de McChrystal de ayer no pudo ser más optimista: 'Estados Unidos construyó Marjah. Ahora vamos a volver para reconstruirlo'.

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