La Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA) espió más de 60 millones de llamadas telefónicas en España entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero de 2013. El rastreo masivo no afectó al contenido de las llamadas pero sí al metadata, es decir, números de teléfono, números de identificación de los terminales, localización, emisor, receptor y duración, lo que en la práctica es como si hubiera estado escuchando las conversaciones. El Gobierno hasta ahora había contestado con un 'no consta' a la pregunta de si los españoles, como alemanes, franceses e italianos, habíamos sido espiados.

Así lo asegura este lunes el diario El Mundo, que en un artículo firmado por el periodista Glenn Greenwald, que destapó el escándalo del ciberespionaje estadounidense y británico en The Guardian, refleja el contenido de parte de los papeles filtrados por elextécnico de la CIA, Edward Snowden, que se refieren a España.

La información sugiere además que la NSA interceptó las comunicaciones españolas a través de internet, teniendo acceso también al metadata de los navegadores, del correo electrónico, y de redes sociales como Facebook y Twitter. Público ya informó a principios de septiembre de que nuestras comunicaciones habían sido intervenidas también por la agencia británica GCHQ, que emplea unos mecanismos similares a los de la NSA, con la que además comparte información.

El documento publicado este lunes se titula Spain last 30 days y muestra el flujo de llamadas telefónicas entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero de 2013. En total se intervinieron 60.506.610 millones de llamadas, siendo el día 11 el más activo con más de 3,5 millones de registros.

Este mismo lunes una delegación del Gobierno encabezada por el secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, se entrevistará con el embajador estadounidense en Madrid, James Costos. El presidente, Mariano Rajoy, decidió convocar al diplomático el pasado viernes tras la reunión de líderes de la UE en Bruselas, una cita en la que el ciberespionaje fue uno de los platos fuertes de la agenda al haberse desvelado que EEUU pinchó el teléfono de 35 líderes mundiales. Hoy una delegación de eurodiputados visita Washington para recoger más información sobre el alcance del espionaje.

Entre ellos estaba la canciller alemana Angela Merkel. El Süddeutsche Zeitung aseguraba el viernes que el espionaje a la mandataria se llevó a cabo desde la embajada de Berlín, mientras que Der Spiegel informaba el sábado de que los pinchazos a Merkel comenzaron en 2002. De hecho, el semanal alemán, que ya en su momento acusó al Gobierno de Merkel de haber tenido conocimiento y de haber permitido el espionaje, asegura en su último número que EEUU tiene instaladas en Europa 19 equipos de espionaje y uno de ellos estaría en Madrid.

La información del espionaje a presidentes y primeros ministros, publicada por The Guardian, vino a completar otras difundidas por Le Monde a principios de semana sobre el espionaje masivo en el país galo y al Elíseo. En el caso francés, según esos papeles de Snowden, fueron más de 70 millones de llamadas telefónicas en el mismo periodo de 30 días al que se refiere el documento sobre España. Y este mismo lunes, el italiano La Repubblica asegura que en las mismas fechas EEUU investigó 46 millones de llamadas telefónicas en Italia.

La primera vez que España aparece como objetivo del espionaje estadounidense es el pasado mes de agosto. Según una información del semanario Der Spiegel, nuestro país ocuparía un nivel intermedio de prioridad para la Inteligencia de EEUU al lado de Italia y por debajo de Francia o Alemania.

Al espionaje directo a los países se le suma el que Reino Unido llevó a cabo a los asistentes a la cumbre del G-20 en Londres en 2009, a los pinchazos a las embajadas ante la ONU en Nueva York y a la propia Unión Europea. 

EEUU ha tratado de defenderse diciendo que esa recogida de inteligencia se hace para proteger a los aliados. En la actualidad la UE y EEUU están negociando un Tratado de Libre Comercio. Las autoridades europeas no han mostrado la contundencia que quizá se debería esperar de ellas por el caso.