La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos y el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) de Reino Unido interceptaron las comunicaciones de Joaquín Almunia entre los años 2008 y 2009, cuando ocupa la cartera de Asuntos Económicos y Monetarios en la Comisión Europea.

Los periódicos The New York Times, The Guardian y Der Spiegel han publicado este viernes nuevas filtraciones del excontratista de la NSA Edward Snowden en las que se recoge que los servicios de espionaje norteamericanos y británicos espiaron a más de 1.000 objetivos en los últimos años, incluidos gobiernos y dirigentes internacionales y ONG.

En la lista figura el nombre de Almunia, actual vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia. Los documentos circunscriben las interceptaciones entre los años 2008 y 2009, cuando era comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, aunque no aclaran si se produjeron por petición de la Inteligencia de Estados Unidos o de la de Reino Unido. Almunia, en declaraciones a The New York Times, ha reconocido que está 'profundamente molesto' por estas informaciones.

Por su parte, la Comisión Europea ha subrayado que, si se prueba el presunto espionaje a Almunia, se trataría de un hecho 'inaceptable' que merecería la 'máxima condena', al tiempo que ha avanzado que lo abordará con las autoridades de ambos países. La portavoz del Ejecutivo comunitario, Pia Ahrenkilde, ha manifestado que 'este no es el tipo de comportamiento que esperamos de socios estratégicos y mucho menos de nuestros propios Estados miembros'. 'La Comisión abordará estas nuevas alegaciones con las autoridades de Estados Unidos y Reino Unido', ha confirmado la portavoz, que ha recordado que las alegaciones sobre el espionaje ya se están abordando en el marco de los grupos de trabajo creados con Estados Unidos.

Entre los objetivos aparecen, además de Almunia, un buzón de correo del entonces ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, y una dirección de correo que está recogida bajo el epígrafe 'primer ministro israelí'. Junto a nombres de instituciones y organizaciones también están en los listados varias empresas francesas, como el consorcio armamentístico Thales o la petrolera Total. Entre las organizaciones internacionales objetivo de los servicios de inteligencia británicos aparecen la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el UNICEF, y el Instituto de las Naciones Unidas para el Desarme, así como muchos diplomáticos de legaciones ante la ONU en Ginebra. Las ONG Médicos del Mundo e Ideas Centre de Ginebra también están incluidas en los documentos, de los que no se puede deducir la intensidad del espionaje al que fueron sometidos los objetivos citados.

En muchos casos, se hacían interceptaciones de prueba para comprobar si merecía la pena realizar una labor de espionaje en profundidad. La mayoría de las listas proceden de la localidad de Bude, en la sureña región británica de Cornwall, donde el GCHQ gestiona en colaboración con la NSA satélites al servicio de la inteligencia de ambos países.

En una lista de noviembre de 2009 aparece como objetivo del espionaje el número de teléfono de la embajada alemana en Ruanda y el número al que están conectadas las líneas de numerosos ministerios y funcionarios alemanes.