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Erdogan apuntala su régimen tras el golpe al pro kurdo HDP

Turquía se dirige a liquidar al partido opositor pro kurdo del HDP y a acabar con la libertad de prensa. Los medios, las redes sociales y la diversa sociedad turca,son las víctimas de las últimas semanas. Más de 105.097 funcionarios han perdido sus trabajos.

Una pantalla muestra al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante una manifestación en Ankara. - AFP

JAVIER LÓPEZ-ASTILLEROS

El estado de emergencia decretado en Turquía está sirviendo, de un modo descarado, para socavar toda oposición. La poderosa maquinaria del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), junto a sus aliados lobos grises, del Partido de Acción Nacionalista (MHP), están liquidando de facto la gran diversidad del país. Después de intervenir las empresas más valiosas del movimiento Gülen, y de expulsar a 105.000 personas de la función pública, es el turno de minar los escasos medios de la rocosa izquierda turca.

El ataque contra el diario Cümhurriyet, saldado con la detención de 12 veteranos periodistas, entre los que se encuentran Murat Sabuncu, editor en jefe, y el famoso humorista gráfico Musa Kart, certifica la dirección represiva del Gobierno turco. Los periodistas no han sido acusados de formar parte del movimiento Gülen y del PKK, sino de “publicar información que legitimaba el golpe poco antes del 15 de julio”.

Una vez que Erdogan ha conseguido desarbolar al movimiento Gülen -con la expropiación de empresas, miles de residencias, colegios y universidades- en las cuales se han educado parte de las élites gobernantes del AKP, es el turno de atacar a los medios más firmes en la defensa del secularismo turco, acabando así con el pluralismo en un país que un día fue presentado como una luminaria ejemplarizante para sus vecinos.

Tanto la actividad represiva doméstica, como la internacional, se suceden como un baile sincronizado, con un fin musitado por muchos y mentado por pocos: asestar el golpe definitivo al ya denostado kemalismo turco y erigirse en el campeón del islamismo político sunni en el panorama internacional. Y para ello cuenta con la ultraderecha nacionalista. Entre ambos suman casi el 62% de los votos obtenidos tras las elecciones de noviembre del 2015.

Pero la prueba más fehaciente de que el objetivo del islamismo es el de cercenar lo que considera como heterodoxia política -e incluso religiosa, con la marginación de los alevíes- se ha manifestado tras la detención este viernes de 9 dirigentes del pro kurdo Partido Democrático del Pueblo (HDP), que cuenta con 59 escaños en el Parlamento de un total de 550 asientos.

Una mujer kurda se encara con policías antidisturbios turcos durante una protesta contra la detención de doce diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP). / EFE

Una mujer kurda se encara con policías antidisturbios turcos durante una protesta contra la detención de doce diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP). / EFE

Entre los detenidos se encuentran sus carismáticos copresidentes, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag. "No dudaré en ser responsable ante un sistema judicial justo e imparcial. No hay nada de lo que no pueda responder ", dijo Demirtas en un comunicado dirigido al fiscal. “Pero me niego a ser un actor en este teatro judicial sólo porque fue ordenado por Erdogan, cuyo pasado político es sospechoso", dijo en referencia a los escándalos de corrupción que afectaron al entorno político-familiar del presidente cuando era primer ministro, donde estaban implicados siniestros personajes acusados de lavado de dinero negro procedente de Irán, sometido en aquel entonces a las sanciones internacionales por su programa nuclear.

Los encontronazos entre Demirtas y Erdogan son frecuentes desde la histórica entrada del HDP en el Parlamento.

Los encontronazos entre Demirtas y Erdogan son frecuentes desde la histórica entrada del HDP en el Parlamento, tras rebasar el 10% requerido para entrar en la Cámara. El líder pro kurdo calificó las acciones represoras del gobierno contra la oposición y la expropiación de empresas, como de prácticas mafiosas. También ha pedido más autogobierno para los kurdos. Erdogan siempre declaró su hostilidad al partido pro kurdo. Tras el éxito electoral del HDP no dudó en acusar a los EEUU de “llevar las campañas electorales del HDP”.

Los atentados en el sureste de Turquía, reivindicados por el ISIS, han tenido como objetivo los movimientos de izquierdas y del HDP, tal y como sucedió en Ankara y en otras urbes del país, como en la histórica ciudad de Diyarbakir, donde estallaron explosivos durante un mitin del partido. El éxito de los pesmergas tras la toma de Kobane en febrero de este año, posterior a las manifestaciones producidas en todo el país por el nulo apoyo prestado por el Gobierno turco en la lucha contra el Estado Islámico, contribuyó a alimentar aún más la paranoia y la confrontación con los kurdos que secundan al HDP.

Presidente turco Erdogan durante su discurso en el Congreso en Estambul, Turquía. / REUTERS

Presidente turco Erdogan durante su discurso en el Congreso en Estambul, Turquía. / REUTERS

Con la eliminación política de la oposición, Erdogan tiene al alcance la presidencia ejecutiva que la aseguraría control de todos los resortes del poder y por supuesto inmunidad ante cualquier proceso político y judicial. Además consigue maniatar a cualquier crítico que pudiera surgir en el seno del partido, como al ex presidente Abdullah Gül, quien llegó a afirmar tras las elecciones de finales del 2015 que “la presencia del partido pro kurdo HDP es positiva para Turquía”. En aquella ocasión, Gül destacó las diferencias entre el HDP y el PKK, mientras Demirtas ofrecía diálogo con el PKK y pedía explícitamente el fin de la violencia.

Turquía tendrá que maniobrar con vecinos hostiles a su pretendido expansionismo.

Turquía tendrá que maniobrar con vecinos hostiles a su pretendido expansionismo. De todos es sabido el odio mutuo que se prodigan tanto Bashar Al Asad como Erdogan. Sus relaciones con Irán son tácticas y coyunturales, mientras que recientemente el primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, amenazaba a los turcos “con pagar un precio”, tras la pretensión de Erdogan de formar parte en la toma de Mosul. Cientos de soldados turcos ya están presentes en Bashika, a un puñado de kilómetros de Mosul.

El cierre masivo de medios, el bloqueo-una vez más- de las redes sociales, las torturas y la pretensión de establecer la pena de muerte, afianza un alejamiento de la UE sin precedentes. Cuando el Parlamento Europeo inauguró una exposición fotográfica este verano con fotografías de Thomas Schmidinge, en las que se retrataba a la guerrilla kurda en Siria-odiadas por Ankara- desde el Ministerio de Exteriores se transmitió un mensaje claro y conciso. “El Parlamento europeo se ha convertido en una herramienta que alienta el terrorismo”. "Tanto Daesh y el PKK son organizaciones terroristas. Preferir una organización terrorista a otro es una falta de respeto a todas las víctimas del terrorismo. El doble rasero están dañando seriamente la imagen de la Unión Europea”, señalaron desde el Ministerio de Exteriores turco en aquella ocasión.

Ibrahim Kalin, portavoz del presidente Recep Tayyip Erdogan, condenó también la exposición. "Hacer la propaganda bajo el techo del Parlamento Europeo de organizaciones terroristas cuyo objetivo son los ciudadanos turcos, es inaceptable”, dijo Kalin.
Las tensiones entre Alemania y Turquía comienzan a ser habituales, tanto como sus intentos de calmar los ánimos, mientras las sombras de los refugiados aparecen de vez en cuando en una Europa claramente escorada hacia la xenofobia y el rechazo a los inmigrantes musulmanes.

Manifestantes muestran pancartas en las que se lee 'Actualmente deberíamos conocer a los terroristas. No son los kurdos, pero del AKP' durante una protesta frente a la Puerta de Brandenburgo, Berlín (Alemania). / EFE

Manifestantes muestran pancartas en las que se lee "Actualmente deberíamos conocer a los terroristas. No son los kurdos, pero del AKP" durante una protesta frente a la Puerta de Brandenburgo, Berlín (Alemania). / EFE

Recientemente el presidente turco, en su línea provocativa, señaló de nuevo a Alemania.
“Nos preocupa que Alemania, que durante años tomó el PKK y el DHKP-C bajo sus alas, se haya convertido en el patio trasero de FETO", dijo Erdogan en Ankara. FETO son las siglas con las que se designa al movimiento Gülen. "Como siempre he dicho, los grupos terroristas son como escorpiones, tarde o temprano morderán a quien los lleve sobre su espalda", dijo.

Es uno de los países miembros más importantes de la OTAN, pero se acerca sin pudor tanto a Rusia como a Irán.

Turquía afronta contradicciones evidentes. Por un lado trata de liderar al mundo islámico suni, explotando en todo lo posible la situación en Palestina, aunque las relaciones comerciales-y ahora diplomáticas- con Israel son excelentes. Es uno de los países miembros más importantes de la OTAN, pero se acerca sin pudor tanto a Rusia como a Irán. Pretende ingresar en la UE, pero lamina sistemáticamente toda oposición y esquilma las libertades. Combate al ISIS pero su objetivo declarado es acabar con cualquier atisbo de independencia o cantón kurdo en su frontera sureste. No en vano Erdogan declaró públicamente preferir al evaporado y disuelto Frente Al Nusra a las YPG. “Al Nusra lucha también contra el ISIS, ¿qué hay de malo en ello?", dijo en una ocasión. Represión en el interior significa, en apariencia, expansión. Así lo demuestran las autoridades en su intento de participar en la toma de Mosul. Y de establecer una zona de exclusión en Siria de 45 Km, mutilando así una parte del país árabe e interviniendo en Irak.

La prensa crítica es prácticamente inexistente.

La prensa crítica es prácticamente inexistente, y la oposición política del HDP se difumina con la detención de sus líderes y dirigentes. El frente en el sureste está totalmente abierto. Y el objetivo real, una vez más, son los kurdos que piden autogobierno.
El apagón informativo de los medios pro kurdos es casi total. A mediados de octubre cerraron 20 medios, incluído Med-Nuce, que emite desde Bélgica, clausurado a petición turca por el proveedor francés Eutesal SA.

Las tensiones son tan intensas que el país pueda acabar en un conflicto civil de grandes proporciones. Demirtas ya anunció esta funesta profecía mucho antes del fallido y devastador alzamiento militar del 15 de julio. “Los ataques contra las sedes del HDP son un ensayo de guerra civil”, dijo entonces. Tocando el eje del kemalismo, encarcelando a los simpatizantes del movimiento Gülen y tras detener a la cúpula del HDP, Turquía se asoma a un proceso de deconstrucción tal vez irreversible.

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