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Erdogan Una multitud celebra en Estambul el primer aniversario del fallido golpe

Decenas de miles de personas salen a la calle llamados por el presidente Erdogan con gritos de "Dios es grande".

Decenas de miles de personas celebran el fracaso del golpe de Estado en Turquía / EFE/EPA/TOLGA BOZOGLU

Público / EFE

Decenas de miles de personas se agolparon desde el comienzo de la tarde del sábado en las inmediaciones del puente del Bósforo de Estambul, donde se recordó el primer aniversario del fallido golpe militar en Turquía.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se dio un baño de masas en una jornada de ardor nacionalista que conmemoró el aniversario del fallido golpe militar, que desencadenó una extensa purga criticada tanto por Occidente como por la oposición.

Bajo gritos de "¡Dios es grande!" y ondeando banderas turcas, una marea humana se dirigió a los accesos al puente, cortado al tráfico desde el mediodía y rodeado por un gran contingente policial.

Erdogan apareció en escena al anochecer para honrar ante una enorme multitud a las 250 víctimas de la asonada, en su mayoría civiles que "se enfrentaron a los tanques sin armas, solo con banderas en la mano", según afirmó.

"Su única arma era su fe, mientras que enfrente, los golpistas, no tenían fe", dijo el presidente desde una tribuna erigida en el extremo asiático del puente del Bósforo, ante centenares de miles de personas.

Recordó que la noche del golpe, 36 personas murieron sobre ese puente al ser tiroteados por los militares golpistas, que habían cerrado la vía con tanques.

"Los que hacen la yihad en nombre de su patria irán al paraíso", sostuvo Erdogan, citando versos del Corán, en un discurso plagado de referencias religiosas que fue muy aplaudido por sus seguidores.

"Su única arma era su fe, mientras que enfrente, los golpistas, no tenían fe"

Al lado de la vía se ha construido un monumento blanco de forma esférica en honor a las 250 víctimas del golpe, la gran mayoría civiles, aunque entre ellas también hubo 63 policías y tres militares.

Desde el mediodía, una enorme riada humana afluyó al lugar de la ceremonia caminando por varias avenidas o en alguno de los muchos barcos dispuestos para acercar a ciudadanos de toda Estambul a alguno de los muelles más cercanos.

Hombres y mujeres, jóvenes y mayores y muchas familias participaron en las marchas, ondeando banderas turcas o llevando cintas en la frente con la palabra "Los mártires son inmortales".

Desde horas antes del inicio de los festejos era prácticamente imposible subir a la explanada del puente, y la muchedumbre, probablemente varios cientos de miles de personas, se extendía a lo largo de un gran trecho de la autovía.

Sayid, un empleado del sector turístico de unos 40 años, declaró a Efe que acudió con su hija pequeña para conmemorar la noche del golpe en la que él se enfrentó en ese mismo lugar a los tanques de los golpistas.

"Dispararon. Fueron muy malos momentos", dijo Sayid, quien se mostró convencido de que ahora la democracia en Turquía irá mejorando poco a poco, al igual que la economía, y "todo estará bien".

Murat, un ingeniero jubilado que estuvo trabajando muchos años en Alemania y también salió a la calle la noche del golpe, dijo no entender por qué "los países europeos ahora dan asilo y apoyo a los golpistas que huyeron" tras la asonada.

Expresó su convicción de que Erdogan es el mejor político que ha tenido Turquía y que, gracias a él, el país prosperará.

"Erdogan es el 'reis' (capitán). Por él nos dejaríamos matar. Que nos corten el cuello"

También Savan Sen, que se definió como "nacionalista" y votante del partido derechista MHP, dijo haber acudido a la concentración por amor al presidente.

"Es el 'reis' (capitán). Por él nos dejaríamos matar. Que nos corten el cuello. Yo he salido a calle vestido con una mortaja blanca para mostrar que estoy dispuesto a morir por él", declaró este hombre, empleado de una municipalidad de Estambul.

Erdogan afirmó en su discurso que "la nación se dio cuenta de inmediato" que los responsables del golpe eran miembros de la cofradía del predicador Fethullah Gülen, hasta 2013 aliado del Gobierno islamista y desde entonces acérrimo enemigo.

"Los que dicen que fue un 'golpe controlado' están denigrando a las víctimas. Es una falta de educación, no tienen honor", clamó el presidente.

Respondió así a la oposición, que ha planteado dudas respecto a cuánto sabía el Gobierno sobre la planificación de la asonada, y se pregunta por qué no se tomaron medidas si los servicios secretos dijeron tener información sobre el golpe desde varias horas antes de que salieran a la calle los tanques.

El presidente enumeró en su discurso tanto a la "Organización Terrorista Fethullah Gülen" (FETÖ) como al proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda, y el Estado Islámico (Dáesh en sus siglas árabes), asegurando que hacían causa común.

"Sabemos quién está detrás de FETÖ, PKK y Dáesh. Lo primero que haremos es arrancar la cabeza a esos traidores", tronó el presidente.

También reiteró su postura a favor de la pena de muerte, abolida en Turquía en 2004, y aseguró que firmaría una enmienda constitucional para reintroducirla si el Parlamento la votara, aunque es poco probable que esto ocurra dado el firme rechazo de dos partidos de la oposición.

Tras terminar su discurso con fórmulas religiosas y el poema "Dios, no nos dejes sin musulmanes", Erdogan se encaminó al monumento dedicado a la memoria de las víctimas para inaugurarlo.

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