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"La estrategia de Israel es vaciar Jerusalén de palestinos"

Musa Amer Odeh, el embajador de Palestina en España, avisa del peligro de que el conflicto pueda adquirir "tintes religiosos" y achaca la actual espiral de violencia a la "humillación" que sufre el pueblo palestino con la ocupación israelí.

El embajador de Palestina en España, Musa Amer Odeh, en una imagen de archivo. - EFE

MADRID.- El embajador de Palestina en España, Musa Amer Odeh, ha vuelto hacer un llamamiento a la comunidad internacional para frenar la ocupación de Israel y proteger al pueblo palestino, especialmente en Jerusalén, principal escenario de la escalada de violencia de los últimos días. 

"La estrategia de Israel es vaciar Jerusalén de palestinos", denunció este viernes el embajador en una rueda de prensa en la sede de la Misión Diplomática de Palestina en Madrid. Los palestinos reclaman la ciudad como futura capital de un Estado propio, pero Israel, en un desafío a la legislación internacional, está aumentando el número de colonos en la parte ocupada de la ciudad ante la pasividad de la comunidad internacional, que "no cumple sus deberes y equipara víctimas con verdugos". "Jerusalén está en peligro de judaización y los palestinos no queremos que se cambie su status", enfatizó el representante en España de la Autoridad Nacional Palestina.

"La ocupación es el origen del conflicto. Cuando se pisotea la dignidad de un pueblo entero, la resistencia es un derecho sagrado"

Ante esta situación, Odeh advierte de que los palestinos "nunca van a dejar su tierra" y defiende que sólo se podrá alcanzar la paz "cuando acabe la ocupación". La única vía para llegar a una solución, según el embajador, es que la "comunidad internacional revise su política hacia Israel, se comprometa y actúe. No vale sólo con comunicados, hay que acabar con los privilegios del Gobierno israelí". De no poner medidas, advierte Odeh, el conflicto "político" adquirirá "tintes religiosos", con el peligro que conlleva que la disputa se radicalice con la posible irrupción de "formaciones radicales" como, por ejemplo, el Estado Islámico.

Para el representante palestino, la actual ola de violencia es "una respuesta natural a la humillación y represión" de Israel y sus políticas "expansionistas y racistas". "Son todos jóvenes que a lo largo de su vida solo han sufrido la ocupación: han visto la detención y la muerte de sus familiares. Han visto arrancar árboles y construir asentamientos para colonos que vienen de todas las partes de la tierra. En cambio, a ellos se les impide ir a rezar a Jerusalén", criticó Odeh, que incidió en que "la ocupación es el origen del conflicto. Cuando se pisotea la dignidad de un pueblo entero, la resistencia es un derecho sagrado. Nuestra resistencia tiene un carácter pacífico".

La réplica del Gobierno israelí a los ataques ha sido, en nombre de su seguridad, cercar los barrios árabes de Jerusalén Este, entre otras medidas restrictivas. Durante los últimos días se han multiplicado las imágenes de soldados instalando grandes bloques de cemento para impedir o ralentizar el tráfico de entrada y salida a estos barrios, entre ellos en el de Sheij Jarrah, cerca del Consulado de España. El Ejecutivo encabezado por Benjamin Netanyahu también aprobó un incremento de tropas en Jerusalén y otras ciudades. Además, anunció que intensificará la demolición de viviendas palestinas pertenecientes a los supuestos autores de ataques, la mayoría de ellos abatidos a tiros, así como confiscar sus bienes y negarse a devolver los cadáveres a sus familias.

Dos nuevos palestinos muertos

Desde principios de mes, 36 palestinos y siete israelíes han muerto al recrudecerse la tensión, especialmente en Jerusalén Este y Cisjordania, donde más de un millar de palestinos resultaron heridos. Este mismo viernes has muerto tiroteados otros dos palestinos, uno de ellos tras, según el Ejército de Israel, herir a un soldado en nuevo ataque con cuchillo en Hebrón. El segundo falleció de un disparo en la cabeza en enfrentamientos en el norte de Gaza, donde han resultado heridos doce personas más, todas ellas con heridas de bala, según el Ministerio de Sanidad de la franja.

Se trata del primer incidente violento de la jornada, para la que distintas facciones palestinas, entre ellas Al Fatah y los islamistas Hamas y Yihad Islámica, han convocado un nuevo "día de la ira". El objetivo es instar a sus seguidores a enfrentarse con las fuerzas israelíes y provocar disturbios para protestar contra la ocupación israelí y los abusos de Israel contra la Explanada de las Mezquitas, que alberga la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado para el islam.

“No queremos más sangre. No tenemos nada contra los judíos y el judaísmo. Estamos en contra de la ocupación y lucharemos contra ella hasta que se acabe y consigamos una paz justa y duradera”

En la rueda de prensa, el embajador palestino en España, hizo hincapié en que los enfrentamientos se han desatado después de que las autoridades israelíes impidiesen a los palestinos acceder a los “lugares santos” de Jerusalén. Asimismo, recordó que la segunda Intifada, la de Al Aqsa, comenzó con una visita a la Explanada de Ariel Sharón, cuando era jefe de la oposición israelí, en septiembre de 2000.

Precisamente, la jornada de este viernes ha amanecido con el ataque de un grupo de palestinos a la Tumba de José, en Nablús, venerada desde hace siglos tanto por cristianos, judíos y musulmanes. Preguntado al respecto, Odeh declaró que la autoridad palestina "está en contra de estos ataques contra lugares santos" y que no va a permitir "que se ataque ninguna entidad religiosa dentro de Palestina". “No queremos más sangre ni más victimas. No tenemos nada contra los judíos y el judaísmo, de hecho muchos palestinos son judíos. Estamos en contra de la ocupación y lucharemos contra ella hasta que se acabe y consigamos una paz justa y duradera”, aseveró el embajador.

Por último, Odeh secundó el anuncio del presidente palestino, Mahmud Abás, de que Palestina estaba decidida a poner fin a los Acuerdos de Oslo: "Hemos decidido no cumplirlos, en tanto que Israel no los respete". "Esos acuerdos firmados en 1993 estipulaban la creación de un Estado palestino que tenía que haberse establecido en 1999. Hemos llegado a 2015 y estamos peor que entonces. Había una 'hoja de ruta' con compromisos y obligaciones para las dos partes. Nosotros hemos cumplido, pero Israel no. La obligación israelí era parar la construcción de los asentamientos y los multiplicó por dos", concluyó.

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