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Europa promete 100.000 plazas más para los refugiados de Grecia y los Balcanes

Los países reunidos en la minicumbre de Bruselas se comprometen a dar refugio temporal, comida y equipos sanitarios a los demandantes

Un agente de policía macedonio conversa con un grupo de refugiados antes de que éstos puedan subir a un tren que se dirige hacia a la frontera serbia, cerca de la ciudad de Gevgelija, Macedonia. EFE

EFE

BRUSELAS. -Los trece países de la Unión Europea (UE) y de los Balcanes occidentales más afectados por la crisis de los refugiados han acordado esta madrugada los primeros pasos coordinados para evitar nuevas medidas unilaterales por parte de gobiernos nacionales y la entrada sin control de personas en el viejo continente.

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quien convocó el encuentro, explicó que la reunión ha permitido responder a tres grandes retos: dar refugio y asegurar que los refugiados son tratados "de manera humana", gestionar los flujos migratorios "juntos" y reforzar los controles en las fronteras.

Los líderes de Alemania, Austria, Hungría, Grecia, Eslovenia, Croacia, Bulgaria, Rumanía, Macedonia, Serbia, Albania, Holanda y Luxemburgo acordaron un plan de 17 puntos que incluye, en primer lugar, el incremento de la capacidad de recepción de refugiados en 100.000 plazas en Grecia y los Balcanes occidentales.

Juncker explicó que Atenas se ha comprometido a aumentar esas plazas en 30.000 hasta finales de año, y en otras 20.000 con ayuda de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el apoyo financiero de los demás países.

ACNUR, por su parte, prometió también aumentar el apoyo humanitario a las personas que lo necesiten y ayudar a crear otras 50.000 plazas en la ruta de los Balcanes occidentales.

"Con las nuevas plazas, el mecanismo de reubicación puede empezar. Es un importante paso cualitativo para la gestión ordenada y el reparto de las cargas en la UE", sostuvo la canciller alemana, Angela Merkel.

Otros compromisos

Los participantes en la reunión se comprometieron, por otro lado, a dar refugio temporal, comida y equipos sanitarios a los demandantes, así como a activar el mecanismo europeo de protección civil cuando las capacidades nacionales se queden cortas.

El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, consideró que al menos hay que asegurarse de que el movimiento de refugiados hacia Europa "no es caótico" y que existen las condiciones para que estas personas se trasladen con dignidad, sin poner en peligro sus vidas y sin quedar por completo en manos de las redes de traficantes.

En materia de gestión de flujos migratorios, los líderes se comprometieron a compartir información y a "abstenerse de tomar decisiones unilaterales".

Está previsto que este lunes los países nombren personas de contacto nacionales para facilitar el intercambio de información con la CE y entre los propios países, y lograr un control gradual y un movimiento ordenado de personas a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales.

"La política de dejar pasar personas a los países vecinos tiene que terminar. La gente tiene que ser registrada. Sin registro, no hay derechos", subrayó Juncker.

En cuanto al control de fronteras y con el objetivo de proteger el espacio de libre circulación de Schengen, uno de los grandes logros de la UE, los líderes han aceptado "reforzar la gestión de fronteras entre Grecia y Macedonia, Albania y Serbia en cooperación con la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex).

Además, se ha acordado el despliegue en una semana de 400 policías en la frontera entre Eslovenia y Croacia para contener la oleada de refugiados a este país, que ha superado las 60.000 personas en los últimos diez días.

Sin embargo, la cita no quedó libre de reproches: La mayoría de los socios de los Balcanes coincidieron en culpar a Grecia, como puerta de entrada de los refugiados desde Turquía, por no registrar debidamente a los recién llegados y dejarlos avanzar hacia otros territorios, mientras que Atenas apuntó hacia Ankara como origen de todos los problemas.

El primer ministro de Croacia, Zoran Milanovic, evitó responder a las críticas de Eslovenia, que responsabiliza a Zagreb de la llegada de refugiados a su país, y dijo que son acusaciones "sin fundamento y que van más allá de la prudencia" cuando el origen del flujo de personas se encuentra en Turquía y Grecia.

"Todos sabemos que al final del corredor hay una entrada y, si no podemos acordar" con este país -en referencia a Turquía- un pacto, "será muy difícil encontrar una solución", dijo, por su parte, el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

También quedó patente que la falta de cooperación ha sido la constante en las relaciones entre Eslovenia y Croacia o entre Grecia y Macedonia.

"Hasta ahora no ha habido cooperación a nivel gubernamental entre Grecia y Macedonia sobre la crisis", reconoció abiertamente el presidente de Macedonia, Gjorge Ivanov, pese a que hay cerca de 10.000 refugiados en la frontera entre ambos países.

Por ello, Juncker consideró que el simple hecho de sentar a una misa mesa a países que en algunos casos apenas habían tenido contacto para abordar el problema de los refugiados es "un avance impresionante".

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