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El exjefe del Mosad duda del buen juicio de Netanyahu

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

A principios de año Meir Dagan dejó la jefatura del Mosad tras casi nueve años de servicio. Durante ese largo periodo, y hasta el día de hoy, la prioridad de los cuerpos de inteligencia israelíes ha consistido incitar a los países occidentales contra el régimen islámico de Teherán, que a su vez apoya a los grandes enemigos del Estado judío, Hizbola y Hamas, unas organizaciones no representan ninguna amenaza existencial para Israel.

Fiel a las instrucciones que recibía de la cúpula política, Dagan, un ex general de carrera de 71 años nacido en la antigua Unión Soviética, impulsó sin desfallecer esa misión. A cambio, cuando dejó su cargo en el Mosad, ejerció como presidente de los puertos de Israel, y desde el 25 de mayo preside la compañía Gulliver, que explora el Mediterráneo en busca gas y petróleo.

En los últimos días, sin embargo, el hasta ahora discreto Dagan ha pasado a ocupar las portadas de los diarios hebreos y se ha convertido en el principal objeto de discusión en el país. Es raro que un ex jefe del Mosad abra la boca, pero es aún más raro que la abra para despotricar contra los dos principales políticos del país, el primer ministro Binyamin Netanyahu y el titular de Defensa, Ehud Barak.

El miércoles pasado Dagan manifestó que no se fía del juicio de Netanyahu y Barak

El miércoles pasado Dagan manifestó que no se fía del juicio de Netanyahu y Barak. Durante años ambos políticos han mostrado una clara voluntad para atacar Irán a pesar de que algunos aliados de Israel desechan esos planes que podrían tener consecuencias imprevisibles en toda la región.

'Yo, Ashkenazi y Diskin hemos podido frenar las peligrosas aventuras de Bibi y Barak, pero ahora no hay quien los detenga', ha dicho Dagan, incluyéndose él mismo en un grupo del que también formarían parte los jefes salientes del Ejército y del Shin Bet, los servicios secretos para el interior, que recientemente han terminado sus mandatos y se han retirado.

Dagan teme que el creciente aislamiento de Israel en la escena internacional juegue una mala pasada al Estado judío y fuerce a Netanyahu y Barak a atacar las instalaciones nucleares de Irán, una aventura que los líderes israelíes vienen insinuando públicamente desde hace muchos años, y cada vez con mayor premura e intensidad.

Dagan y sus compañeros no son unos 'izquierdistas'

El aislamiento de Israel se deriva de la negativa de Bibi y Barak a abandonar los territorios ocupados en la guerra de 1967. Esta circunstancia ha conducido a un enfrentamiento público entre Bibi y el presidente Barack Obama, pero es obvio que Netanyahu no moderará su actitud si la comunidad internacional no lo presiona de una manera clara e inequívoca.

Según Nahum Barnea, el periodista más reputado del Yediot Ahronot, en los últimos años ha existido un fuerte malestar y preocupación que no sólo han afectado a Dagan, Ashkenazi y Diskin, sino también al hasta ahora jefe del Aman, los servicios de inteligencia militares, Amos Yadlin, que también se ha retirado. Barnea recalca que lo que está diciendo Dagan no es por lo tanto una opinión aislada.

No obstante, Dagan y sus compañeros no son unos 'izquierdistas', por usar la palabra que se ha convertido en Israel en moneda de cambio para desacreditar políticamente a alguien que busca la paz. No es izquierdista porque Dagan se opone a la retirada del Golán sirio y a la retirada de los territorios ocupados en la guerra de 1967, lo que hace que sus opiniones sobre Irán parezcan genuinas e independientes.

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