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Fariñas pide a la UE que mantenga la Posición Común contra Cuba

La Habana impide al disidente recoger el Premio Sajarov de la Eurocámara

DANIEL BASTEIRO

Por segunda vez en una semana, una silla vacía se erigió en símbolo de la represión de los derechos humanos. Hoy, el ausente fue Guillermo Fariñas, que tendría que haber viajado a Estrasburgo para recoger el Premio Sajarov a la libertad de conciencia, el máximo galardón que concede la Unión Europea a los defensores de los derechos humanos.

El disidente cubano, que estuvo a punto de perder la vida en su última huelga de hambre contra el Gobierno de Raúl Castro, agradeció desde su casa en Cuba el premio en un mensaje telefónico en el que pidió a la UE que 'no se deje engañar por los cantos de sirena de un cruel régimen de comunismo salvaje'.

Según el premiado, no es suficiente con la excarcelación de presos

Fariñas pidió a los 27 que no levanten la Posición Común contra Cuba, impulsada por el Gobierno de José María Aznar, que impone un bloqueo en las relaciones diplomáticas a escala europea hasta que no haya avances significativos en materia de derechos humanos.

Según el premiado, no es suficiente con la excarcelación de decenas de disidentes presos. 'Sería un error pensar que fueron puestos en libertad', porque 'ellos y sus familiares soportan un destierro psicológico' por parte del Gobierno. Fariñas apuntó a la posibilidad de una 'guerra civil entre cubanos' si los herederos del castrismo no aceptan 'que el socialismo de Estado ha fracasado como modelo político' y acusó a los Castro de esclavizar a la población civil. En estas condiciones, Fariñas exigió que la UE no se acerque a Cuba para conseguir que a las excarcelaciones de este verano, alentadas por la mediación de la Iglesia católica y el ex ministro español de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, sigan otros avances.

El calor europeo dado a Fariñas dista del que reciben otros disidentes

Según Fariñas, los 27 deben exigir a Cuba la liberación de todos los presos, el respeto a la oposición, la derogación de toda ley contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la creación de partidos políticos, medios y sindicatos independientes.

En enero, la Alta Representante, Catherine Ashton, tiene previsto reunirse con los ministros de Exteriores para resumirles sus contactos con La Habana para que la UE decida si modifica la Posición Común, que desde 1996 no ha dado resultados visibles.

En un comunicado, Ashton lamentó la ausencia de Fariñas en Estrasburgo y aseguró que la UE seguirá defendiendo los derechos humanos en Cuba, pero reconoció que la excarcelación de presos es el inicio de un nuevo proceso al que el Gobierno de Castro tendrá que dar seguimiento. El calor europeo proporcionado hoy a Fariñas dista mucho del que reciben otros disidentes, como el propio Liu Xiaobo, encarcelado y a quien Pekín impidió viajar a Oslo para recibir el Premio Nobel de la Paz.

En el caso de China o de hechos como el golpe de Estado en Honduras, las resoluciones de la Eurocámara están a menudo más medidas. Con el régimen cubano, la Eurocámara ha sido implacable, condenando con dureza la falta de libertades y otorgando tres de los ocho últimos Premio Sajarov a la disidencia cubana. Con este apoyo, fuente de oxígeno para la oposición, la Eurocámara ha venido cosechando un creciente desconcierto entre la izquierda europea, que acusa al Partido Popular Europeo de poner su elevado número de escaños al servicio de la lucha contra sus fantasmas ideológicos.

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