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Francia amenaza con atacar a los rebeldes en Chad

El ministro de Defensa viaja a Yamena en apoyo de Déby

ANDRÉS PÉREZ

El presidente francés Nicolás Sarkozy envió ayer por sorpresa a su ministro de Defensa, Hervé Morin, a la capital de Chad para poner en escena la reconciliación a medias con el dictador Idriss Déby, vapuleado el fin de semana por una rebelión.

Mientras, el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner advirtió a los rebeldes chadianos sobre una posible intervención militar francesa.

Les évènements nous échappent, feignons d'en être les organisateurs'. La frase quiere decir 'la situación se nos escapa, pero finjamos ser los organizadores'. Salió de la boca de Talleyrand, un personaje clave de la Revolución francesa, y se ha convertido en proverbio popular francés. La presidencia de Sarkozy, que tropieza con el problema chadiano desde hace nueve meses, parece dispuesta a cumplir a rajatabla ese dicho que aconseja simular un poderío y un control que ya no se tiene.

El ministro Morin, rodeado de fuertes medidas de seguridad, llevó un mensaje a Chad: 'Ha habido un golpe de fuerza. Es natural que Francia aporte su apoyo a un Gobierno legítimo en Chad. Mi viaje es un mensaje de apoyo alpresidente Déby'.

El Ejército francés consideró al presidente chadiano mucho menos 'legítimo' a lo largo de la ofensiva rebelde en Yamena, hasta el punto de dejar que unos 2.000 zarrapastrosos escasamente armados pusieran en jaque a Déby en su palacio.

Mientras tanto, tras la aprobación de una declaración que no resolución -del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Chad, el inefable Kouchner subrayó que se estima ya dotado de un mandato internacional para una eventual intervención abierta y masiva en la ex colonia, donde París mantiene 1.100 soldados. Desde el lunes, cuando Déby ya había aceptado la nueva mediación libio-congoleña, los Mirage franceses reanudaron su típica estrategia de vuelos rasantes, rompiendo las líneas de aprovisionamiento rebelde y provocando su desbandada.

Perdón para Arca de Zoe

Los acercamientos entre París y Yamena están hipotecadas por dos factores: el escándalo del Arca de Zoé y la duda sobre la legitimidad de un Gobierno como el de Déby, que llegó al poder por la fuerza y mete en la cárcel a buena parte de la oposición pacífica. Sobre la ONG Arca de Zoe, Déby dejó caer que podría conceder la gracia presidencial suya, formalmente necesaria para cancelar la condena de los seis franceses condenados en Chad por el secuestro de niños supuestamente huérfanos de la guerra de Darfur y que cumplen la pena en Francia. Déby elogió las 'inmejorables relaciones' con Francia, cosa que debe de provocar temblores en el Elíseo. El dictador también clamó que ostenta 'el control total' de su país.

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