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El futuro del Sáhara sigue en vía muerta

La negociación entre Marruecos y el Polisario continúa sin fecha tras la reunión de Nueva York

TRINIDAD DEIROS

La historia de la búsqueda de una solución para el Sáhara Occidental, el último territorio no autónomo del continente africano, es la de planes de paz convertidos en papel mojado, un referéndum eternamente torpedeado por Marruecos, y reuniones que sirven para poco más que demostrar que la solución a esta descolonización inconclusa sigue aún muy lejos.

El miércoles y el jueves de la semana pasada tuvo lugar en Armonk, a 50 kilómetros de Nueva York, la última de estas reuniones entre Marruecos y el Frente Polisario. Una cita descrita como 'informal', calificativo que deja claro que ni siquiera se trataba de negociar el futuro de la que fuera provincia española número 53 hasta 1975 cuando Marruecos se anexionó el territorio, sino tan sólo de lograr que las partes se pusieran de acuerdo en fijar una fecha para la quinta ronda de negociaciones del proceso de Manhasset, un diálogo que lleva en el limbo desde marzo de 2008.

El caso Haidar ha perjudicado mucho la imagen de Marruecos

Pero ni siquiera este objetivo se ha logrado. La segunda reunión informal la primera tuvo lugar en Viena en agosto ha terminado con un vago compromiso de proseguir las conversaciones auspiciadas por la ONU. Sin fecha.

'Se presentaron y discutieron de nuevo las propuestas de las dos partes. Al final de la reunión, ninguna de ellas aceptó que la propuesta de la otra fuera la única base de futuras negociaciones', hizo saber a través de un comunicado el enviado especial del secretario general de la ONU para el Sáhara, el estadounidense Christopher Ross.

Mientras que el Frente Polisario sigue insistiendo en que se respete la legalidad internacional y el derecho de autodeterminación de los saharauis, Marruecos se aferra a su plan de autonomía, rechazado por los independentistas porque excluye la mera posibilidad de la independencia. Este proyecto, presentado en 2007 a Naciones Unidas, es para muchos observadores difícilmente concebible en un Estado jacobino fuertemente centralizado como es el marroquí.

Las violaciones de derechos humanos complican el frente diplomático a Rabat

A pesar de que el diario Le Matin, portavoz oficioso del Palacio Real, aseguraba antes de la cita en Armonk que el contexto actual 'es de los más favorables a la postura marroquí', acontecimientos como la enorme repercusión mediática internacional de la arbitraria expulsión de Aminatu Haidar parecen apuntar en la dirección contraria.

'La situación se ha complicado muchísimo para Marruecos en el terreno diplomático', considera Omar Bulsan, responsable de Territorios Ocupados del Frente Polisario. En su opinión, 'las violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados están poniendo a los marroquíes en una situación muy difícil'.

La exigencia de que se respeten los derechos humanos de los saharauis y especialmente la liberación de los 54 presos políticos que según el movimiento independentista están recluidos en cárceles de Marruecos, ha sido 'uno de los aspectos que la delegación del Polisario ha llevado a la reunión de Nueva York', explica Bulsan.

Ya antes del caso Haidar, Marruecos había sufrido varios reveses, agravados porque, en los últimos meses, los reproches no han venido de organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, sino del Parlamento Europeo.

En enero de 2009, la Eurocámara hizo público un informe sobre la situación del Sáhara Occidental elaborado por una comisión ad hoc que había visitado tanto la zona ocupada por Marruecos como los campamentos de Tinduf (Argelia).

Aunque tras una filtración de su contenido, Marruecos consiguió pulir algunos de los términos que se recogían en el documento, Rabat no logró que se eliminara la segunda de sus recomendaciones: la ampliación del mandato de la misión de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental (MINURSO) con el fin de dotarla de competencias en la vigilancia de los derechos humanos. Marruecos se opone con todas sus fuerzas a esta posibilidad que es también una vieja reclamación del Frente Polisario.

Finalmente, en abril de 2009, Francia, el adalid de Marruecos en la ONU, logró paralizar la ampliación de las competencias de la misión en el Consejo de Seguridad, donde ocupa un asiento permanente. Tras el caso Haidar, la cuestión vuelve a estar ahora sobre la mesa cara a la renovación del mandato de MINURSO en el mes de abril.

A la cuestión de los derechos humanos, se ha sumado en enero la discusión sobre la explotación de los recursos naturales del Sáhara por parte de Marruecos. Un dictamen de los servicios legales del Parlamento Europeo criticaba el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, que incluye las aguas saharauis, por considerar que los beneficios de estas no repercuten 'adecuadamente' en el pueblo saharaui.

El debate de este informe, previsto para el 28 de enero, está aplazado sine die desde entonces. 'Tras este dictamen, la UE debería ser coherente y excluir las aguas saharauis del convenio pesquero', señala Javier García Lachica, del Observatorio de Recursos Naturales del Sáhara (WSRW).

Pese a lo que define como 'torpezas alucinantes' del régimen marroquí, Bernabé López, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid, considera que la situación diplomática de Marruecos no ha variado sustancialmente, porque 'ya era complicada desde hacía años'.

'La comunidad internacional no va a hacer nada; ni ampliar el mandato de MINURSO, ni cambiar el acuerdo de pesca ni nada', asegura. En opinión de este experto 'la única salida para el Sáhara es hacer cambiar a Marruecos desde dentro'.

El referéndum 

En la cumbre de la Organización de la Unidad Africana de Nairobi, en 1981, Hassan II acepta la idea de un 'referéndum confirmativo' sobre el Sáhara Occidental. 

El plan de arreglo 

En mayo de 1991, Marruecos y el Frente Polisario acuerdan un alto el fuego, que entró en vigor en septiembre, y la celebración de un referéndum, que debía tener lugar en enero de 1992. 

El problema del censo 

En octubre de 1994, Marruecos presenta una lista con 160.000 electores, mientras que el Polisario defiende otra con unos 70.000. El movimiento saharaui exigía que el censo se basara en el elaborado por España antes de abandonar el territorio, mientras que Rabat pretendía incluir a miles de miembros de agrupaciones tribales que no cumplían los requisitos del Plan de Arreglo, como residir antes en el territorio. 

Los acuerdos de Houston 

En 1996, la ONU suspendió el proceso de identificación de votantes para la consulta. Un año después, gracias a James Baker, nuevo enviado especial de la ONU para el Sáhara, se reanuda el proceso de identificación tras los llamados Acuerdos de Houston. 

La suspensión  

En diciembre de 1999, el Consejo de Seguridad suspende el referéndum ante el alud de apelaciones al proceso de identificación -134.000- presentadas por Marruecos. 

Los planes Baker 

Después vino el plan Baker I, rechazado por el Frente Polisario porque no contemplaba la posibilidad de la independencia, y el Baker II, descartado por Rabat porque sí recogía esa opción. En 2004, Baker dimite. 

Manhasset 

Desde 2004, ninguna propuesta de arreglo ha prosperado. En junio de 2007, las partes inician en Manhasset (EEUU) un diálogo que se paraliza en 2008. 

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