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Gadafi monta un show polémico en Italia

El dictador arenga sobre el islam a 700 jóvenes italianas

SANDRA BUXADERAS

El líder libio Muammar Gadafi ha aprendido de su mejor amigo en Europa, Silvio Berlusconi, y nada más poner el pie en Italia el domingo se ha ocupado de provocar vistosas polémicas, con chicas de por medio, para eclipsar otras críticas, mucho más serias, sobre la violación de derechos humanos en Libia.

Si las noticias sobre la vida sexual de Berlusconi taparon la gestión económica del primer ministro el año pasado, Gadafi ha montado un show con 700 chicas un encuentro con 500 el domingo y otro ayer con 200, supuestamente para convertirlas al islam para acallar las denuncias sobre el maltrato que inflige a los sub-saharianos que tratan de llegar a Italia por mar y que son devueltos a territorio libio en virtud de un acuerdo de 2008.

'El islam debería ser la religión de toda Europa', soltó el coronel al primer lote de chicas, a quienes regaló un ejemplar del Corán: 'Convertíos a la religión verdadera', las exhortó. 'En Libia se respeta más a la mujer que en Occidente o en Estados Unidos', aseguró ayer, en su segundo baño de féminas. Dio en el blanco. Ayer las fotografías de las invitadas coparon gran parte de la atención mediática. Y eso que unas cuantas asistentes aseguraron a la prensa que habían acudido al encuentro con el coronel por dinero (80 euros), contratadas por una agencia de azafatas. Una chica que se camuflaba bajo el nombre de Laura ocultó su identidad para no quedarse sin cobrar explicó a la agencia Apcom que las tres chicas que presuntamente se convirtieron al islam durante la primera sesión dos italianas y una española habían 'recibido un regalo de 4.500 euros y un viaje con todo pagado a Libia'.

Mientras la asociación más importante de musulmanes en Italia, la Ucoi, tuvo que intervenir asegurando que 'no hay ningún proyecto de islamización de Europa', los colaboradores del enemigo de Berlusconi en la derecha italiana, Gianfranco Fini, lamentaron que el primer ministro haya convertido a Italia en 'la Disneylandia de Gadafi'.

Entre tanto ruido, Amnistía Internacional tuvo que desgañitarse para denunciar que el tratado Italia-Libia para la deportación de inmigrantes se ha saldado con numerosas violaciones de los derechos humanos y maltratos documentados, un fenómeno ya señalado por la ONU. Igualmente, un representante de los obispos italianos, Domenico Mogavero, lamentó 'el espectáculo' y la 'instrumentalización de la imagen de la mujer' y reclamó a Gadafi un 'trato humanitario' a los inmigrantes.

Sobre la necesidad de dar explicaciones sobre este tema insistió también el principal partido de la oposición, el Demócrata. Otro partido, Italia de los Valores, se quejó de que 'Berlusconi venda a Italia a cambio de negocios', y señaló que el primer ministro y Gadafi participan conjuntamente en una productora de cine, Quinta Comunication. Que el interés de la visita de Gadafi eran los negocios Italia-Libia quedó claro, pues el acto oficial principal, la cena ofrecida por Berlusconi ayer noche, contó con 800 invitados, la mayoría de ellos empresarios del sector del petróleo, el gas y la construcción.

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