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Una veintena de muertos en un asalto
a una universidad de Pakistán

Entre las víctimas figuran al menos un profesor, estudiantes, guardias y policías. La Policía ha matado a cuatro asaltantes. El principal grupo talibán se desvincula del ataque.

Varias personas trasladan en camilla a una víctima al hospital en Charsadda. - EFE / BILAWAL ARBAB

AGENCIAS

ISLAMABAD.- Una veintena de personas ha muerto en un ataque cometido este miércoles por hombres armados en una universidad de la localidad paquistaní de Charsadda, ubicada en la provincia de Jiber Pajtunjua (norte). Un oficial de la Policía ha cifrado en 21 las víctimas mortales, a las que se suman la muerte de cuatro asaltantes.

El grupo de atacantes irrumpió en las instalaciones y abrió fuego contra alumnos y profesores de la Universidad Bacha Jan tanto en las clases como en las zonas residenciales. La Policía ha explicado que los terroristas aprovecharon la densa niebla para escalar los muros del complejo educativo.

Testigos citados por el diario Dawn aseguraron haber escuchado varias explosiones en el interior de la universidad y fuentes policiales han confirmado que se han producido dos deflagraciones. Las fuerzas de seguridad desplegaron un amplio dispositivo mientras, en las inmediaciones, las familias de las víctimas esperaban noticias. Varias horas después, el Ejército daba la operación por finalizada confirmando la muerte de cuatro atacantes.

Las autoridades han explicado que se han rescatado a al menos 70 personas. Por otro lado, según un portavoz local, habría entre 50 y 60 heridos de diversa consideración. Entre las víctimas mortales figurarían al menos un profesor y varios estudiantes, así como guardias y policías

Los testigos citados por Dawn han relatado el pavor y la impotencia vividos durante el ataque. "Un amigo mío tenía tanto miedo que saltó por la ventana", ha contado una de las personas presentes en la universidad, donde estudian unos 3.000 alumnos.

El principal grupo talibán se desvincula del ataque

El principal grupo talibán paquistaní, el TTP, se ha desvinculado del ataque después de que medios locales aseguraran que un líder de ese grupo había reivindicado el asalto. "El TTP condena el ataque terrorista. Nosotros no lo hemos llevado a cabo", ha asegurado en un comunicado un portavoz de los talibanes, Muhammad Khurasani.

"Quien quiera que haya usado nuestro nombre para reivindicarlo será llevado ante un tribunal de la sharia" o ley islámica, concluyó el portavoz del principal grupo talibán paquistaní, que remarcó que el líder del TTP, el emir Fazlullah, se desvinculó él mismo del ataque.

Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del atentado de este miércoles, que ha tenido lugar apenas un día después de que al menos diez agentes murieran en un atentado perpetrado cerca de un puesto de control a las afueras de Peshawar.

Lucha contra el terrorismo

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, que se encuentra en Suiza para asistir al Foro Económico Mundial de Davos, ha expresado en un comunicado su "profundo pesar" y ha reiterado su compromiso para "eliminar la amenaza del terrorismo". "Quienes matan a estudiantes y ciudadanos inocentes no tienen fe ni religión", ha subrayado.

Charsadda, ubicada unos 40 kilómetros al norte de Peshawar, es una ciudad del noroeste de Pakistán que ha sido escenario de numerosos ataques por parte de milicianos talibán durante la última década. Los medios paquistaníes recuerdan este miércoles la matanza cometida en diciembre de 2014 contra una escuela militar de Peshawar, en la que murieron unas 140 personas.

Entonces, los talibanes dijeron que el ataque fue como venganza a una ofensiva del Ejército paquistaní en las provincias de Khyber (fronteriza con Khyber Pakhtunkhwa, cuya capital es Peshawar) y Waziristán del norte meses antes. En esas campañas han muerto al menos 3.500 insurgentes y 488 miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes, según datos oficiales.

Sin embargo, lo que logró el ataque a la escuela fue una intensificación de las medidas antiterroristas por parte del Gobierno paquistaní y el controvertido levantamiento de la moratoria que pesaba sobre la aplicación de la pena de muerte en Pakistán, así como la creación de tribunales militares especiales para casos de terrorismo. Desde entonces, más de 300 presos han sido ejecutados.

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