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Guerra de Siria Leila al Shami: "Si el régimen continúa, muchos sirios no podrán regresar a su país"

La activista escribe junto a Robin Yassin-Kassab el libro 'País en llamas', donde recoge testimonios de la Revolución siria. 'Público' ha hablado con la autora aprovechando su publicación en España.

Imagen de archivo de las primeras manifestaciones en Siria contra el régimen de Al Assad / REUTERS

Corina Tulbure

“Se llamó la Revolución de la Dignidad. ¿Qué significa dignidad? Significa ser capaz de alimentar a tus hijos”(Yasin Swehat). “La revolución nació de la voluntad de la gente de vivir en democracia”. (Monzer Al Sallal) “El 15 de marzo fue mi cumpleaños y la primera manifestación. Fue el momento más maravilloso de mi vida” (Basel Al Yunaidi). Son testimonios   recogidos en el libro País en llamas, los sirios en la revolución y en la guerra (Editorial Capitán Swing) que acaba de publicarse en España. Público ha hablado con Leila al Shami, activista por los derechos humanos y coautora del libro junto con Robin Yassin-Kassab.

¿Cuál es la situación de los civiles detenidos en las zonas controladas por el régimen?

Todavía hay miles de civiles en las cárceles, activistas media, protestatarios pacíficos o activistas del campo humanitario. Antes de la Revolución, trabajé en Siria con detenidos políticos y, en aquellos tiempos, la detención de activistas resultaba una práctica habitual del régimen. El uso de la tortura estaba muy extendido, la principal herramienta de represión, para hacer que el miedo calase dentro de la comunidad y abatir así cualquier tipo de oposición. En las negociaciones de Astaná o Ginebra, el régimen siempre impone su agenda y los presos no se mencionan en estas agendas. La liberación de los detenidos debería ser una demanda clave en las negociaciones. Ahora mismo existe una campaña organizada por mujeres, Families for Freedom, que intentan obtener información sobre los detenidos y presionar para su liberación.

Portada del libro 'País en llamas' (Editorial Capitán Swing)

Portada del libro 'País en llamas' (Editorial Capitán Swing)

Durante las evacuaciones forzadas de civiles de las zonas rebeldes, muchas comunidades han afirmado estar de acuerdo con que se las desplace a la fuerza de un área a condición de recibir información sobre los miembros de la comunidad que se encuentran prisioneros y de liberar a estas personas. Y el régimen acepta estas demandas y luego no las cumple. Es lo que hemos visto estos meses en Al Waer, en las últimas evacuaciones forzadas de los civiles. El régimen afirmó que al evacuar a los civiles de la zona rebelde de Al Waer daría información sobre los miles de detenidos de esta área y este acuerdo no se ha cumplido, porque el régimen no ha ofrecido ningún dato y los detenidos no han sido liberados. Esta falta de información es traumática para las familias, porque la gente no sabe qué ha pasado, dónde están los desaparecidos, si siguen en las prisiones o han fallecido.

En el libro hacéis un análisis de las medidas neoliberales del régimen y las desigualdades económicas que impulsaron las revueltas…

Cuando se iniciaron las protestas, la gente tenía unas demandas básicas, no pedía la caída del régimen, sino que exigía reformas, algo que la oposición había reclamado en Siria desde hace más de una década. Un sistema multipartidista, libertad, justicia social y distribución de la riqueza. Tras las reformas neoliberales llevadas a cabo por el régimen, la riqueza se había concentrado en las manos de unos pocos, conectados con el régimen. Un ejemplo es el primo del Assad, Rami Makhlouf que, se estima, controla un 70% de la economía de Siria. A la vez, el régimen había reducido los subsidios, como las ayudas para adquirir pan y gasolina que la gente necesitaba para sobrevivir. Así que hubo de repente una disparidad enorme en cuanto a la riqueza y al nivel de vida. Por un lado, estaba el régimen y los leales al régimen y por el otro, la gente que se estaba empobreciendo. Esta desigualdad ha sido un factor clave en las revueltas.

¿Cómo se iniciaron las protestas en las grandes ciudades?

Las revueltas comenzaron en las zonas desfavorecidas y en las periferias de las grandes ciudades como Alepo o Damasco, los lugares donde habitaban los trabajadores o los campesinos que a causa de la sequia se habían desplazado hasta las ciudades para buscarse la vida; existió un claro componente de clase en las revueltas. Desde el inicio de las protestas ellos salieron a la calle.

"¿Cómo negociar con un régimen que asesina en masa a su población?"

Posteriormente, la respuesta del régimen ante las primeras protestas fue tan violenta que, de repente, vimos como la gente dejó de reclamar reformas para pedir directamente la caída del régimen. Cuando vieron que el ejército disparaba en las zonas residenciales, que a los manifestantes que salían con flores y botellas de agua para las fuerzas de seguridad se les disparaba, la gente comprendió que no hay negociación posible con el régimen. A los sirios se les pidió constantemente negociar con el régimen, ¿pero cómo negociar con un régimen que asesina en masa a la población? Es como decir que los judíos debían haber negociado con Hitler. ¿Cómo hablar de negociación cuando se ha alcanzado este nivel industrial de muertes, cuando la tortura se ejerce de forma sistemática y masivamente?

En Europa se han recogido demandas contra el régimen

Muchos activistas han arriesgado sus vidas para poder mostrar las evidencias; existen imágenes de tortura, existe información sobre los responsables directos que son los oficiales del régimen, la información la tenemos sobre la mesa; la pregunta es si hay voluntad política para responsabilizarlos. El régimen tiene aliados muy poderosos en las Naciones Unidas, el primero es Rusia que siempre boicotea cualquier resolución que exija responsabilidades al régimen sirio.

¿Cuál ha sido el papel de las mujeres en la Revolución?

Las mujeres han desempeñado un papel importante en los hospitales, en las escuelas, incluso como voluntarias de los Cascos Blancos. Con la militarización de la revuelta, el papel de las mujeres se ha vuelto menos visible debido a la perdida de importancia de la resistencia civil. La gente debe comprender que las mujeres tuvieron un gran protagonismo en la Revolución, porque a veces se difunde una falsa imagen de la mujer árabe oprimida. Las mujeres sirias afrontan muchos desafíos y amenazas, no sólo por parte del régimen, porque miles de mujeres sirias han sido detenidas y miles de mujeres sirias han sido violadas a causa de una campaña de violación llevada a cabo por las fuerzas del régimen, pero también se enfrentan a los grupos extremistas. Por otro lado, fuera de Siria, muchas mujeres solas deben mantener a sus familias. Además están expuestas a agresiones sexuales. La gente está en una situación de vulnerabilidad extrema y con muy pocas opciones.

¿Cuál es ahora la situación de los civiles en las áreas de la oposición?

La misma comunidad se autogestiona. La gente ha trabajado conjuntamente para que el agua y la electricidad sigan funcionando en las zonas rebeldes. Las escuelas y la educación no se hubieran podido mantener sin estas organizaciones de los civiles, y que viven además en zonas que se encuentran bajo unas presiones enormes, amenazas constantes de detenciones, de bombardeos o ataques químicos. La gente no estaba sólo bajo la amenaza del régimen, sino también bajo las milicias extremistas que querían imponer sus propias normas. Por ejemplo, la sociedad civil ha vivido bajo la presencia de Al Nusra y siempre se ha resistido, han organizado protestas contra los grupos como Al Nusra que querían imponer una estructura paralela a la de los Consejos locales, son historias que no se cuentan. Hay una tercera opción en Siria, la demanda de la democracia, que siempre ha existido. La agente no está entre dos opciones, Assad o Daesh; esa tercera opción existe y cada vez se ha reducido más, dado que se encuentra bajo un ataque constante y no recibe ningún apoyo.

¿Qué pasa con las personas desplazadas mediante las evacuaciones forzadas? ¿Podrán regresar a sus casas, tendrán documentos?

Si el régimen permanece y consigue controlar más áreas, eso significará que mucha gente desplazada nunca podrá regresar a sus casas, porque es gente aterrorizada, ellos saben que si regresan a sus comunidades, se les detendrá.
Durante las evacuaciones, entre la gente que decidió quedarse, se detuvo a cientos de personas. Y los hombres han sido obligados a ir al campo de batalla a luchar. Debemos recordar que muchas personas no tienen ya una casa a la cual regresar, porque el régimen demolió sus viviendas y otras veces los leales al régimen se han mudado a estas áreas y han ocupado las casas.

"Muchas personas no tienen ya una casa a la que regresar"

También hay una dimensión sectaria de las evacuaciones forzadas, tal y como se pudo ver en Homs. Los evacuados de Homs eran de la comunidad suní y los que han sido llevados a Homs son de la comunidad alauí o chía. Se trata de un cambio étnico y demográfico, una especie de ingeniera para mantener a las comunidades leales en las áreas que el régimen considera útiles. Entonces esta idea de que si Assad sigue, todos los refugiados podrían regresar a casa porque tendríamos un acuerdo de paz, es absurda. Si el régimen continúa, los sirios no podrán regresar a Siria. Sucede además que estas personas no pueden tener documentos de identidad de Siria, y eso les afecta de forma directa como refugiados.

En Turquía, personas que hayan llegado de Siria sin pasaportes deben preparar sumas que superan los 800 dólares para poder tramitarlos, una fortuna para ellos…

En todos los lados tenemos la misma situación, en Líbano, en Jordania, en Irak no se pueden registrar como refugiados sin un pasaporte sirio y no hay manera de obtener estos documentos del país de origen. Miles y miles de niños no tienen documentación, no van a la escuela porque no pueden aportar su certificado de nacimiento y no se pueden registrar. Están en un limbo legal, sin ninguna opción. Y por eso la gente llega a Europa buscando acceso a la educación o al trabajo aquí. Muchos sirios que se encuentran en Europa preferirían estar en Jordania o en el Líbano, antes que en Europa, porque se habla su misma lengua y mantienen algunas conexiones familiares, pero cuando miles de niños no pueden ir a la escuela y muchas personas no pueden trabajar legalmente para sustentarse, resulta imposible quedarse en estos países a largo plazo.

¿Cómo te explicas el fracaso de la Comunidad internacional, de los movimientos progresistas y de una parte de la izquierda en apoyar las demandas de los sirios?

Todo el mundo abandonó a los sirios. En cuanto a la Comunidad internacional no podemos hacernos ilusiones: no iba a apoyar un movimiento popular. Pero los sirios sí que esperaban que se juzgase al régimen de Assad por las masivas violaciones de los derechos humanos que se producen. Y la actitud de la izquierda ha sido muy sorprendente, porque aguardábamos ilusionados que la izquierda apoyase una revuelta popular, pero ellos no quisieron ver lo que ocurría en Siria como una manifestación popular y empezaron a promover una narrativa conforme a la cual todo aquello era un cambio de régimen, un complot debido a las interferencias de EEUU, la misma narrativa que ha sido difundida por el régimen de Assad.

"Hay sirios que todavía luchan por la libertad, por la dignidad y por la democracia y no reciben ningún apoyo ni reconocimiento"

Es verdad que más tarde, muchos grupos han intentado imponer sus intereses, pero la situación no era así al principio, cuando se difundió esa narrativa. Y hoy en día hay sirios en el país que todavía luchan por la libertad, por la dignidad y por la democracia y no reciben ningún apoyo ni reconocimiento. Cuando se habla de Siria tenemos que recordar los logros de la Revolución, de las organizaciones de los civiles y de los consejos locales. Muchos lectores no se han tropezado nunca con estas historias, todo lo que han leído se refiere a terroristas, refugiados, guerra y muerte, esta es la percepción en el exterior y no se habla de la dinámica sobre terreno. Todo el mundo habla sobre los sirios, pero nadie habla con los sirios. Y eso es una manera tan racista como inhumana de mirar cualquier tipo de conflicto o de lucha.

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