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Haití se prepara a padecer otra catástrofe por la tormenta 'Tomas'

El Gobierno ordena la evacuación de los campamentos de las víctimas del seísmo

DANIEL LOZANO

La naturaleza ataca de nuevo al país más pobre de América. La tormenta tropical Tomas se acercaba ayer a Haití cobrando cada vez más fuerza. Según el Centro Nacional de Huracanes de EEUU, 'podría aproximarse con fuerza de huracán'. El impacto se espera para la mañana de hoy, hora europea. El país se prepara para la lluvia torrencial con sus pocos medios y reza por que los vientos huracanados no atraviesen Puerto Príncipe. Un millón de desplazados malviven en las calles de la capital, bajo frágiles techos de plástico.

La llegada de Tomas coincide además con un recrudecimiento de la epidemia de cólera, que ya registra 442 muertos, 6.742 afectados y que se extiende de región en región. 'La posible llegada de esta tormenta tropical pone en peligro el trabajo realizado contra el cólera y supone un nuevo reto, ya que el brote podría propagarse si se producen nuevas inundaciones', adelantó Françoise Gruloos, representante de UNICEF.

La tormenta tropical podría golpear la isla hoy, convertido en huracán

Haití juega otra vez en la lotería maldita, la que siempre le toca. 'Estamos esperando muertos de miedo', confesó a Público Joel Joseph, activista social del Campo de Marte, uno de los campamentos más poblados de la capital, a pocos metros del Palacio Presidencial. 'El viento sopla, llueve poquito y el cielo está muy nublado. Aquí cada uno con su desesperación', se lamentó.

El Gobierno de René Preval ha ordenado la evacuación de los cayos del sur y de ciertas zonas junto a los ríos. También se han cerrado colegios y centros de trabajo. Incluso se ha intentado, con muy poca fortuna, desalojar el campamento de Coral Cesselesse, el que se presumía de mejores condiciones ante embistes naturales.

'El Gobierno dice por la radio y la televisión que nos refugiemos, ¿pero dónde? Los que pueden están reforzando sus tiendas de campaña. Sólo nos queda esperar', insiste Joel en lo que es la pauta común en una ciudad que mastica su miedo entre rezos y plegarias catastrofistas que prometen desviar el curso del huracán.

'Los que pueden están reforzando sus tiendas de campaña'

'Estamos en manos de Dios', insiste Louis Ernz, presidente de la Federación Nacional de Jóvenes para el Desarrollo, que sostiene 50 campamentos de la ciudad. 'Intentamos evacuar a niños, embarazadas y mutilados a una iglesia. El Gobierno dice que nos refugiemos, pero ¿dónde? Estamos pidiendo ayuda para fortificar las zonas más vulnerables', repite Ernz.

Fuentes de Protección Civil en la isla caribeña aseguraron que una flota de autobuses iba a trasladar a la fuerza a los refugiados que se niegan a moverse de sus infraviviendas, por temor a perderlas. Es una carrera contrarreloj y contra la realidad de un país que, una vez más, contiene la respiración.

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