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Alemania Las horas más inciertas de Angela Merkel

El fracaso de las negociaciones para formar la 'coalición Jamaica' debilitan a la hasta ahora imbatible Canciller alemana, que se enfrenta ante dos escenarios inciertos: gobernar en minoría o nuevas elecciones

Angela Merkel este pasado lunes en el Parlamento alemán. | REUTERS

Javier Pérez de la Cruz

Terremoto político en Alemania. El país germano, considerado por el mundo entero como un oasis de estabilidad institucional, se sume en la incertidumbre. Nadie esperaba que pudiera ocurrir, pero el fracaso de las negociaciones para formar la coalición Jamaica (por los colores de los partidos conservador —negro—, liberal —amarillo— y el de los Verdes) abre la puerta a un periodo incierto en el que los analistas únicamente parecen ponerse de acuerdo en un punto: ahora sí que ha llegado el principio del fin de Angela Merkel.

"Canciller necesitada", titulaba ayer el semanario Spiegel. "Las informaciones sobre el fin de la era Merkel han sido muy exageradas durante mucho tiempo" —escribía Andreas Kluth, director del periódico alemán Handelsblatt Global—. "Ya no lo son".

Poco antes de que llegara la media noche del domingo, Christian Lindner, el líder de los liberales del FDP (Partido Democrático Libre) anunciaba que se retiraba de la mesa de negociación para formar Gobierno. Aludió a la "falta de confianza" sin abundar en detalles. Hasta ese momento, las maratonianas jornadas de conversaciones entre los tres partidos parecían que por fin iban a dar algún resultado preliminar, pero no. El tono y la firmeza de Lindner, que compareció junto a la plana mayor de su partido, dejaba claro que la coalición a tres bandas (cuatro en realidad, pues los conservadores bávaros forman su propio partido, separado pero hermanado al de Merkel) no iba a materializarse.

La prensa ha sido unánime en cargar contra Lindner como responsable de la incierta situación iniciada, aunque el foco también se ha puesto en el fracaso personal que representa para Merkel. La veterana política planeaba iniciar su cuarto y más debilitado mandato, tras haber perdido hasta un 8% de votos en las ultimas elecciones federales de septiembre.

"Creo que esto será el ocaso de la era Merkel", señala a Público el politólogo Joachim Trebbe, de la Universidad Libre de Berlín. "Aún así estará a cargo del Gobierno hasta que haya nuevas elecciones, incluso después de que fracase un posible Gobierno en minoría".

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial no ha habido en Alemania un Gobierno en minoría a nivel federal

Todavía no hay nada claro. La jornada del lunes fue un sin fin de reuniones, idas y venidas, rumores y declaraciones. En un primer momento se especuló con la posibilidad de que el SDP (Partido Socialdemócrata Alemán) cambiará de opinión y aceptara formar una nueva Gran Coalición con Merkel, como ya hicieron en las legislaturas de 2005-2009 y 2013-2017. No obstante, Martin Schulz, el líder del socialdemócrata, lo descartó con rotundidad y añadió que su partido "no tiene miedo de unas nuevas elecciones".

No es de extrañar. Tras la última Gran Coalición, el SDP ha sufrido el peor resultado de su historia (20,5%). Además, su alianza previa con Merkel también les pasó factura en las urnas. Por tanto, los socialdemócratas quieren, ante todo, taponar su sangría de votos y ello pasa por no entrar de nuevo en el Gobierno.

Lo cierto es que no hay partido político que haya salido reforzado de una coalición con Merkel. Los liberales fueron quienes se unieron a ella en su otra legislatura, la de 2009-2013, y en las elecciones posteriores ni siquiera fueron capaces de alcanzar el 5% mínimo para poder tener representación parlamentaria.

Dos únicas opciones

Por tanto, a Angela Merkel solo le quedan dos opciones. Una es gobernar en minoría, bien junto a los Verdes o con los liberales. La otra, nuevas elecciones. La primera opción parece ahora más plausible por la buena sintonía de los mensajes transmitidos por las dos formaciones, sobre todo en sus críticas al partido de Lindner.

Esta parece ser la opción preferida del presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier. Tras reunirse con Merkel durante unos 40 minutos, el presidente instó a los partidos a "formar un nuevo Gobierno en el futuro próximo", según las palabras pronunciados en un comunicado televisado.

Si no hay surge ninguna coalición clara, Steinmeier está obligado por la Constitución alemana a nombrar a un Canciller para que sea refrendado por el Parlamento. Si, tras tres votaciones, la mayoría de diputados no da su visto bueno, el presidente tiene que convocar elecciones.

A pesar de no haber detallado pasos concretos, Steinmeier iniciará una ronda de consultas con los líderes de los partidos para tratar de encontrar puntos comunes y acuerdos de mínimos. Sin embargo, descartadas las dos únicas alianzas que podrían dar un Ejecutivo con mayoría parlamentaria, la tarea se anuncia complicada, pues desde el fin de la Segunda Guerra Mundial no ha habido en Alemania un Gobierno en minoría a nivel federal. De hecho, tras la nefasta experiencia de la República de Weimar (que desembocó en el Tercer Reich de los Nazis), la estabilidad ha sido siempre uno de los valores más apreciados por la clase política alemana.

Un Gobierno en minoría, además, sería más vulnerable a la hostilidad y las provocaciones que se esperan desde los escaños ocupados por la extrema derecha de la AfD (Alternativa por Alemania). "Le daremos caza", exclamó el colíder de AfD Alexander Gauland en referencia a Merkel durante la noche electoral de septiembre, cuando se consumó la entrada de diputados ultraderechistas en el Parlamento alemán por primera vez desde la muerte de Hitler.

La idea de ir otra vez a las urnas, en cambio, gana peso entre los analistas políticos

Precisamente por el mismo motivo, por el crecimiento de la extrema derecha, que sumó el 12,7% de los votos a nivel federal y ya está presente en 14 de los 16 parlamentos regionales, a muchos no les gusta la idea de celebrar elecciones anticipadas. Y, a pesar de ello, en declaraciones a la televisión pública, Merkel declaró el lunes que ella prefiere unos nuevos comicios a un Gobierno en minoría.

Los mensajes contradictorios de los máximos responsables no despejan por el momento cuál será el camino que tome Alemania en un momento crucial para Angela Merkel, la mujer que ha dominado la política germana y europea durante los últimos 12 años. La idea de ir otra vez a las urnas, en cambio, gana peso entre los analistas. "Comenzarán con un Gobierno en minoría, al menos hasta que ganen algo de tiempo para poder organizarlo todo, y llevarán a cabo las decisiones básicas hasta la primavera de 2018", opina el politólogo Joachim Trebbe. "Entonces, cuando tengan que acordar los nuevos presupuestos generales, se vendrá abajo y, por tanto, veremos nuevas elecciones en el verano de 2018".

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