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Identificado un segundo estudiante de los 43 desaparecidos en México

Los restos analizados corresponden al joven de 19 años Jhosivani Guerrero de la Cruz

Protesta de familiares de los 43 jóvenes mexicanos desaparecidos hace un año. - EFE

EFE

CIUDAD DE MÉXICO.- La Fiscalía mexicana ha informado de que la investigación de la Universidad de Innsbruck (Austria) sobre los restos hallados en un basurero ofrece "indicios" de que uno de los materiales analizados correspondería a uno de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala hace casi un año.

En una comparecencia de prensa, la fiscal Arely Gómez precisó que "existen indicios que establecen posible correspondencia" entre uno de los restos y el ADN de la madre del joven Jhosivani Guerrero de la Cruz, que sería el segundo identificado tras su compañero Alexander Mora Venancio en diciembre. Guerrero de la Cruz, que tenía 19 años cuando desapareció, era el hijo pequeño de un matrimonio de campesinos.

Gómez señaló también que la Fiscalía ha comunicado "estos resultados a los abogados que representan a los padres de familia y al Equipo Argentino de Antropología Forense", que estuvo sacando muestras del basurero de Cocula, donde según la versión oficial fueron quemados los jóvenes, y del Río San Juan, al que presuntamente fueron lanzadas cenizas en una bolsa.

Además, la fiscal anunció que se creará "un equipo de trabajo conformado por especialistas, médicos, antropólogos y genetistas" para que junto con los forenses argentinos y los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que llevan medio año investigando el caso puedan volver a revisar "los más de 63 fragmentos óseos que fueron recolectados" en esos lugares.

El objetivo de este grupo será "hallar nuevos fragmentos viables para la identificación por cualquier método" que "serían enviados en una nueva solicitud a la Universidad de Innsbruck", considerada la mejor del mundo en la identificación "de ADN de personas a partir de fragmentos con alto nivel de deterioro". Entre otros métodos, el instituto austríaco usa pruebas de ADN nuclear y mitocondrial.

Según la versión de la Fiscalía, el 26 de septiembre de 2014 un grupo de policías disparó en Iguala (Guerrero) contra decenas de alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, dedicada a la formación de maestros, por orden del entonces alcalde de la localidad, José Luis Abarca, con un saldo de seis muertos y 25 heridos. Los policías, que estaban a sueldo del cártel Guerreros Unidos, capturaron a 43 jóvenes y los entregaron al grupo criminal, que los asesinó e incineró en Cocula.

Diecisiete restos óseos hallados allí fueron enviados el año pasado a Innsbruck para su análisis. La Fiscalía mexicana reveló el pasado 7 de diciembre que el ADN encontrado en uno de los restos calcinados, comparado con los perfiles genéticos de todos los familiares de los jóvenes desaparecidos, correspondía al joven Alexander Mora Venancio, de 21 años.

En un informe presentado hace diez días, la delegación de expertos de la CIDH que investiga el caso cuestionó la versión de que los cadáveres de los jóvenes fueron quemados en un basurero y señaló graves irregularidades en la investigación. Además, reveló que el traslado de droga oculta en uno de los autobuses tomados por la fuerza aquella noche por los estudiantes para trasladarse a una manifestación en Ciudad de México pudo ser el móvil del ataque.

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