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Irán, de paria a invitado
de honor en Europa

El presidente iraní inicia una gira por por Italia, el Vaticano y Francia, reflejo del acelerado deshielo en las relaciones con la República Islámica

El presidente de Iran, Hassan Rouhani, junto al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale, en Roma. REUTERS/Tony Gentile

Álvaro Mellizo / EFE

TEHERÁN.- La gira que el presidente iraní, Hasán Rohaní, inicia hoy por Italia, el Vaticano y Francia refleja el acelerado deshielo en las relaciones de Europa con la República Islámica, en las que el país asiático ha pasado de paria a invitado de honor para discutir todo tipo de temas políticos y económicos.

En las pocas semanas transcurridas desde el anuncio del acuerdo nuclear entre Irán y las potencias del Grupo 5+1 (EEUU, Francia, Rusia, Reino Unido, China y Alemania), la transformación en las actitudes y relaciones europeas hacia el país ha sido muy llamativa y ha afectado a muchos campos, particularmente en las relaciones políticas y económicas.

Durante su viaje a Europa, que tuvo que ser pospuesto el pasado noviembre debido a los atentados terroristas de París, Rohaní se reunirá con los presidentes y primeros ministros de Italia y Francia, además de con el papa Francisco, en la que constituye la primera visita de un presidente iraní a la Unión Europea en más de una década.

El hecho de haber sido invitado con mucha insistencia por los países europeos y de ser considerado una figura política esencial para tratar de resolver los problemas regionales y globales ya marca una enorme diferencia respecto a la actitud europea hacia Irán de hace apenas unos meses.

Con este viaje, Rohaní y su Gobierno comenzarán a ejercer el nuevo papel reconocido a Irán por la comunidad internacional tras el acuerdo nuclear, en vigor desde principios de este mes, no como integrante del "Eje del Mal", sino como el país más estable de Oriente Medio, como una potencia de la que no se puede prescindir y como una oportunidad económica extraordinaria abierta de nuevo al mercado mundial.

La presencia de Rohaní en Europa ha estado precedida por otros gestos de reconocimiento político a su país, como la invitación a participar en las negociaciones internacionales sobre la crisis siria, un lugar en el que hasta hace poco estuvieron vetados y que ahora parecen inviable sin su presencia.

El presidente iraní Hassan Rohani conversa con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en el Palacio Campidoglio, en Roma. REUTERS/Alessandro Bianchi

El presidente iraní Hassan Rohani conversa con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, en el Palacio Campidoglio, en Roma. REUTERS/Alessandro Bianchi

Su lugar allí se debió no solo a la presión de Rusia y a su participación en el conflicto como el principal aliado del régimen de Bachar al Asad, sino también a la noción, sostenida ya con insistencia por varios países europeos, de que sin la cooperación de Teherán, poco se podrá lograr.

El interés por hacer de nuevo un hueco a Irán en el mundo diplomático obedece a la realidad sobre el terreno, pero igualmente a la necesidad de congraciarse con un país que posee una de las mayores reservas de gas y petróleo del planeta, y que ahora está listo para hacer negocios.

El asalto europeo a Irán arrancó apenas días después del anuncio del acuerdo nuclear. Desde entonces, se han repetido decenas de visitas a Teherán en busca de negocios y para reconstruir lazos políticos.

Alemania, Francia, Italia, España, Reino Unido y Bélgica, entre otros muchos enviaron ministros y empresarios a Teherán con la misma idea: abrir mercados, ofrecerse como socios serios y creíbles, y suavizar unas relaciones bilaterales muy dañadas por la aplicación europea de las sanciones contra el país.

Irán, por su parte, se ha dejado cortejar y se ha permitido el lujo incluso de poner condiciones a las empresas que hacen fila para entrar en su mercado.

Los frutos de estas relaciones comerciales ya son patentes.

Irán ya anunció, apenas horas antes de la entrada en vigor del fin de las sanciones la compra de 114 aviones al consorcio Airbus y también su intención de construir una refinería de crudo en el sur de España, mientras que Grecia también indicó que a partir de ahora, hasta el 20 % de sus necesidades energéticas vendrán de aquel país.

En Italia y Francia, Rohaní estará acompañado por decenas de empresarios privados y directores de empresas públicas iraníes para buscar socios, dispuestos a no aceptar ninguna oferta que no cumpla con sus cada vez más duras exigencias.

La patente capacidad negociadora de Irán constituye otra vuelta a la tortilla respecto hace pocos meses, en las que Irán aceptaba casi cualquier cosa de los pocos dispuestos a hacer negocios en el país. 

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