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El poder islamista pilotará la transición egipcia

Los Hermanos Musulmanes decidirán el papel del islam en la Constitución

RICARD GONZÁLEZ

El proceso de transición en Egipto ha vivido un hito histórico con la constitución del primer Parlamento democrático después de la caída de Hosni Mubarak. La jornada fue especialmente jubilosa para los Hermanos Musulmanes. Después de más de ocho décadas marcadas por la represión y el ostracismo, el histórico movimiento islamista egipcio ya saborea las mieles del poder. Saad Katatny, el hasta hoy secretario general del Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), su marca electoral, fue elegido presidente del Parlamento por una amplia mayoría.

Katatny recibió el apoyo de los 235 diputados de su partido, que se quedó a un paso de la mayoría absoluta, así como también los de la coalición salafista Nour, representante del islamismo radical. Nour, que se convirtió en la gran sorpresa de las pasadas elecciones al obtener casi un cuarto de los votos, se hizo con una vicepresidencia de la institución. La otra fue para el Wafd, el histórico partido liberal egipcio.

Primera sesión del Parlamento egipcio tras la caída del régimen de Mubarak

El discurso de investidura de Katatny estuvo en línea con la moderación exhibida por los Hermanos durante los últimos años, y llamó a los otros partidos a construir de forma conjunta un país 'democrático, libre y moderno'.

En cuestión de meses, la situación del grupo islamista ha dado un giro de 180 grados. Antes de la revolución, las cancillerías occidentales les trataban como unos auténticos apestados. Ahora, en cambio, tanto enviados europeos como estadounidenses se afanan en pedir hora para visitar su cuartel general en El Cairo.

Todo un signo de los nuevos vientos que recorren el mundo árabe, y una muestra de pragmatismo ante el papel decisivo que jugarán los Hermanos los próximos meses. Situados en el centro político del país, el PLJ puede formar una amplia mayoría tanto con los partidos laicos como con los salafistas, pues el islamismo cuenta con más del 70% de los diputados del Parlamento. En todo caso, el Gobierno permanecerá en manos de la Junta Militar hasta el 30 de junio.

Los diplomáticos hacen cola en la sede de los Hermanos Musulmanes

La principal tarea del nuevo legislativo será nombrar a los miembros del comité que redactará la nueva Constitución, y deberá abordar asuntos tan espinosos como el rol del islam en la vida política y los poderes de la cúpula militar. Sin embargo, los dirigentes del PLJ han anunciado que su prioridad más urgente es la aprobación de un paquete de medidas, entre ellas una ley que reconozca y compense debidamente a las familias de los mártires de la revolución.

La sesión del Parlamento tuvo lugar tan sólo dos días antes de la celebración del primer aniversario de la revolución, cuando los jóvenes activistas pretenden lanzar una nueva ola revolucionaria para forzar la dimisión de la Junta. Su pulso contará esta vez con un poderoso árbitro, el único que puede presumir de una legitimidad nacida en las urnas.

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