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Los islamistas acarician la victoria en Marruecos

El Partido de la Justicia y del Desarrollo es el favorito en las urnas hoy

SONIA MORENO

Los marroquíes votan hoy en las primeras elecciones legislativas tras la reforma de la Constitución promovida por el rey Mohamed VI para tratar de evitar el riesgo de contagio de la Primavera Árabe. Estos comicios anticipados se han hecho así indisociables de las reformas del rey, unos cambios que no han satisfecho a la auténtica oposición del país, encabezada por el Movimiento 20 de Febrero, que ha pedido el boicot.

La principal novedad consagrada en la nueva Carta Magna, aprobada en referéndum en julio, en esta cita electoral es que ahora el rey tendrá que elegir obligatoriamente al primer ministro (que pasará a llamarse presidente del Gobierno) entre las filas del partido más votado. En realidad, esta era ya una costumbre política en Marruecos, que, sin embargo, el monarca se saltó en 2002 al nombrar a un tecnócrata. Ahora ya no podría hacerlo, aunque sí puede vetar teóricamente a un candidato que no goce de su favor.

El rey está obligado ahora a elegir a un jefe de Gobierno del partido más votado

El islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), actualmente la primera formación de la oposición con 46 diputados, se perfila como el favorito. El PJD fue el partido más votado en las últimas elecciones, en 2007. Pese a ello, obtuvo menos escaños que el conservador Istiqlal, la formación del actual primer ministro, Abás el Fassi, principalmente debido a un diseño de las circunscripciones que minimizó su representación en el Parlamento del país.

La formación islamista, cuyo secretario general es Abdelilah Benkirán, es de lejos el más popular entre los electores. Sus eslóganes, centrados en la lucha contra la corrupción y las desigualdades sociales, llegan a la población. 'Es un hombre honrado', 'Por lo menos, no roba' o 'Vive humildemente' [en realidad, Benkirán vive en una vivienda unifamiliar de un barrio de clase media-alta de Rabat], son algunas de las opiniones sobre el político islamista que se podían oír estos días en las calles de Rabat.

La victoria del también islamista Ennadha en Túnez ha hecho soñar al PJD y a sus seguidores, que esperan obtener unos 70 diputados y ser el primer partido en Marruecos. Incluso, el prestigioso semanario Tel Quel titulaba su última portada: 'Marruecos sera islamista'.

El principal desafío de esta cita es conjurar la temida abstención masiva

En caso de que el PJD consiguiese el mayor número de votos, no está claro que pudiese gobernar, porque el sistema electoral marroquí favorece la atomización del Parlamento y por lo tanto tendría que buscar aliados, algo que no le será fácil. La imposibilidad de construir una coalición podría llevar a que fuese el segundo partido más votado quien al final formara gobierno. Más complicado aún lo tiene su líder, Benkirán, ya que Mohamed VI no le tiene simpatía, por lo que podría imponer a otro miembro de su partido como presidente del Ejecutivo.

Por su parte, el Istiqlal, con 52 escaños en 2007, atrae sobre todo al electorado más conservador y monárquico.

El tercer partido que puede alzarse con la victoria es la Coalición por la democracia, conocida como G8, porque está integrada por ocho formaciones cercanas al rey.

Gane quien gane, en estas elecciones el principal desafío es la participación. El Gobierno se ha gastado 220 millones de dirhams (18 millones de euros) en financiar la campaña, por temor a una alta abstención. Ayer, aprovechando que en Marruecos no hay jornada de reflexión, el Gobierno envió sms a los marroquíes: 'Ven a votar el 25 de noviembre, sólo necesitas tu carnet de identidad'. Esto significa que finalmente los ciudadanos podrán votar sólo con su carnet y sin tener que inscribirse en el censo, un requisito que hasta ahora era indispensable.

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