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Israel libera a 477 palestinos a cambio del soldado Shalit

El Supremo israelí se dispone a desestimar el intento de víctimas israelíes de detener el canje

RAQUEL GARCÍA

Israel llevará a cabo esta mañana la primera fase de la más importante excarcelación de prisioneros palestinos en más de dos décadas. A cambio recibirá al cabo Guilad Shalit, convertido en los últimos cinco años los que lleva cautivo de Hamás en Gaza en un símbolo nacional.

Al cierre de esta edición se ultimaban en uno y otro lado los preparativos. En Israel, se ha extremado la seguridad, para que ningún eslabón falle, y la discreción, para proteger al soldado de 25 años secuestrado desde junio de 2006. En los territorios palestinos, música y festejos por todo lo alto para dejar claro quién es el triunfador.

Hamás recibirá en Gaza, en la frontera de Rafah con Egipto, a cerca de 300 presos, de los que más de la mitad no son originarios de la Franja, sino que han sido desterrados allí por orden de Israel. Otro centenar serán puestos en libertad en Cisjordania y acudirán a una ceremonia en la Muqata de Ramala en la que serán recibidos y felicitados por el presidente palestino, Mahmud Abás. Pero todos ellos saben que es a los islamistas de Hamás a los que deben el haber recuperado la libertad. Otros 40 presos irán al exilio. Según informaban este lunes medios árabes, Turquía, Siria y Qatar se han ofrecido para acoger a algunos de ellos, mientras que otros podrán ir a Jordania, al disponer de pasaportes de ese país.

En el Tribunal Supremo de Israel se concentró este lunes el malestar de parte de la sociedad por la liberación de 1.027 presos que, según temen, podrían cometer atentados en el futuro.

Bajo la atenta mirada de Noam Shalit, el padre del soldado cautivo, supervivientes y familiares de víctimas argumentaron ante la Corte por qué consideraban que debía prohibir el pacto. Yosi Mendelevitch, que perdió en un atentado a su hijo de 13 años en 2003, dijo a los jueces que su decisión 'es lo único que puede proteger a los seres queridos de esos mensajeros de la muerte'. 'Parad esta locura', les rogó.

Con este éxito, Hamás arrebata el protagonismo al presidente Abás

'El hombre que mató a mi padre a puñaladas se va a casa. El mensaje que se envía con este canje es que la violencia tiene su recompensa', acusó Hovev Nuriel.

Haya Schijveschurder, de 20 años, cuyos padres y tres hermanos murieron en un atentado suicida en la pizzería Sbarro de Jerusalén hace una década, ondeaba la pasada semana una pancarta que rezaba: 'Espero que los terroristas del Sbarro lleven a cabo un ataque contra los Shalits. La sangre de mis padres grita desde la tumba'.

Con similar crudeza, Avihai Rontzki, ex rabino jefe del Ejército israelí, criticó el canje y afirmó que los soldados deberán a partir de ahora 'matar a los terroristas en sus camas'.

Pese a la dureza de la oposición, la Abogacía del Estado pidió al Supremo que desestimase todas las apelaciones.

Sabedor del rechazo generado, el primer ministro Benjamín Netanyahu dirigió una carta a las víctimas en las que les asegura 'comprender su dolor' por ver cómo 'la gente malvada que perpetró crímenes espantosos contra sus seres queridos no pagarán el precio completo que merecen'. Netanyahu afirma en la emotiva misiva que ha sido una decisión 'muy difícil' en la que ha pesado finalmente el principio de que 'el Estado de Israel no abandona a sus soldados y ciudadanos'.

Noam Shalit mostró respeto hacia los sentimientos de los afectados, pero señaló que 'frenar el canje no devolverá la vida a las víctimas, pero podría condenar a Guilad a la muerte'.

Guilad Shalit, secuestrado en Gaza desde 2006, es un símbolo nacional

A última hora de la noche, el Supremo se disponía a denegar las peticiones y a dar luz verde para que el presidente Peres firmase los perdones.

Del total de presos que serán liberados, los más importantes saldrán hoy: 477 cuyos nombres han sido negociados con Hamás, mientras que los 550 restantes, elegidos por Israel, lo harán dentro de dos meses.

Son casi 300 los reos condenados por asesinato por tribunales militares israelíes que quedarán en la calle. Acumulan medio millar de perpetuas por otros tantos homicidios, en su mayoría de civiles. La mitad fueron detenidos durante la segunda Intifada (2000-2005), mientras que un tercio llevaban tras las rejas desde la primera (1987-1993). Como media, han pasado 14 años en prisión, muchos menos del tiempo que fueron sentenciados. Uno de los ejemplos más extremos es Walid Anjes, condenado a 36 perpetuas por participar en varios atentados y que saldrá a la calle indultado con 29 años, habiendo cumplido sólo ocho en prisión.

El inicio del intercambio estaba previsto para las seis de la mañana de hoy, hora en la que Shalit, vestido con el mismo uniforme militar con el que fue capturado, debía ser entregado a la Cruz Roja en Gaza, que se encargará de sacarlo de la Franja por el puesto fronterizo de Rafah.

Una vez en su poder, Israel debería liberar a 27 presas. Cuando el cabo esté en manos del Ejército israelí en el Sinaí egipcio, empezará a salir el resto de reclusos, en un goteo que podría prolongarse toda la mañana. Shalit será recibido por Netanyahu y llevado junto a sus padres entre medidas de máxima seguridad. Mientras, en el otro lado, la fiesta será larga. Con este éxito, Hamás le quita a Abás el protagonismo que le dio la solicitud de admisión de Palestina en la ONU y su firme rechazo a reiniciar negociaciones de paz mientras Israel continúe la colonización de los territorios palestinos.

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