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Israel paraliza las obras de su
nuevo muro en Jerusalén Este

Netanyahu da marcha atrás debido a las presiones de los ministros más nacionalistas
de su Gobierno. La fortificación, que pretendía llegar a los 300 metros de longitud
y cinco de alto, ya había empezado a ser levantada.

Parte del muro ya levantado por Israel en Jerusalén Este. - EFE

AGENCIAS

JERUSALÉN.- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha ordenado paralizar la construcción de un muro "temporal" que Israel estaba erigiendo en Jerusalén Este entre una zona predominantemente judía y un barrio árabe a raíz de las críticas recibidas en el seno de su propio Gobierno.

La orden de paralizar la construcción se produce después de que una parte del muro, que estaba previsto que tuviera 300 metros de longitud y cinco de alto, ya haya sido instalada entre el barrio de Armon Hanatziv y el de Yabel Mukaber. El diario Yediot Aharonot atribuye el cambio de orden a las fuertes presiones de los ministros más nacionalistas del Gobierno israelí, entre ellos los de Educación, Nafatlí Benet, Transporte, Israel Katz, e Inmigración, Zeev Elkin.

Los tres se quejaron durante la última reunión del Consejo de Ministros de que el muro no da una buena impresión. En la reunión se abordó el cierre de los barrios palestinos de la ciudad con retenes en carreteras y, en los casos de Isawiye y Yabel Mukaber, también con paredes prefabricadas de hormigón.

Katz calificó la decisión inicial de "premio para los terroristas" y sostuvo que el muro no aportaría más seguridad a los residentes, reclamando su retirada.  "Debemos proteger los hogares iniciando operaciones ofensivas contra la infraestructura terroristas y la incitación en Yabel Makaber, no mediante una fortificación", subrayó el ministro de Transporte, que pidió buscar soluciones alternativas para proteger a los ciudadanos de los ataques.

La decisión de construir el muro, que ya había sido aprobada en una reunión anterior del Gobierno israelí a raíz de la ola de violencia que vive la región desde el 1 de octubre, sorprendió a algunos ministros tras conocer, a través de los medios, que la barrera de Yabel Mukaber podría llegar a una longitud de 300 metros, lo que a su juicio daría la sensación de división.

Aunque el titular de Seguridad Interior, Guilad Erdan, señaló en la reunión ministerial que la barrera se puede quitar en "media hora", los ministros nacionalistas la interpretan como una división de facto de la que Israel considera su "capital eterna e indivisible". Israel se anexionó en 1980 la parte este de la ciudad, en la que viven unos 370.000 palestinos, en una decisión parlamentaria que la comunidad internacional no acepta.

"Esto no fija los límites de Jerusalén. Son tonterías. Los límites de Jerusalén se fijan por ley parlamentaria", respondió a las quejas el ministro de Finanzas, Moshé Kahlón, quien argumentó que la barrera es necesaria "para defender mejor a los agentes de la policía y a la población". Hasta ayer, la Policía había instalado en Yabel Mukaber unos doce metros de pared en una zona colindante con el asentamiento judío de Armon Hanteziv. Las placas, de hormigón por dentro y un patrón de piedra beige jerosolimitana por fuera, llevan una leyenda en la parte inferior que dice: "Barrera policial sólo temporal".

Israelíes y palestinos protagonizaron en la madrugada del domingo graves incidentes en Cisjordania con choques entre fuerzas de seguridad palestinas y peregrinos israelíes a la tumba del patriarca José, incendiada el jueves, así como un asalto con cócteles molotov a dos poblaciones cisjordanas que han dejado un saldo de cuatro palestinos heridos. Ocho israelíes han muerto en ataques de palestinos, principalmente apuñalados, desde principios de octubre, mientras que más de 40 palestinos han muerto en este mismo periodo, cerca de la mitad de ellos tras ser tiroteados durante diversas manifestaciones.

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