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Israel reanuda el castigo colectivo indiscriminado a los palestinos

El rebrote de los ataques ha llevado al Gobierno israelí a aplicar nuevas medidas
contra la población palestina de los territorios ocupados. Israel dice que estas sanciones son disuasorias, aunque en el pasado no consiguieron lo que se proponían.

Palestinos esperan a poder cruzar un 'checkpoint' con soldados israelíes armados al sur de Hebrón. - AFP

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.- El Gobierno israelí ha reanudado el castigo colectivo a gran escala contra los palestinos después de una cadena de ataques contra colonos de los territorios ocupados e israelíes del interior del país. Condenadas por las leyes internacionales, las medidas de castigo colectivo fueron particularmente comunes a lo largo de la segunda intifada que arrancó en el año 2000. Yuval Steinitz, titular de Energía, y uno de los ministros más cercanos a Benjamín Netanyahu, lo ha dicho con claridad en Radio Israel: “Es preciso que la gente de los pueblos sea consciente de que si de un pueblo sale un atacante, lo pagará todo el pueblo”.

Desde el pasado viernes, cuando tuvo lugar un ataque en el sur de la Cisjordania ocupada, más de 700.000 palestinos de la ciudad de Hebrón y sus alrededores han sido aislados completamente del resto de la Cisjordania, una medida inusual por su magnitud con la que Israel quiere castigar al mayor número posible de ciudadanos palestinos. Además, el ejército ha desplegado a millares de soldados en el área de Hebrón que han cortado carreteras y han establecido numerosos controles aduciendo que son medidas necesarias para detener a los autores de los ataques más recientes.

Más de 700.000 palestinos
de la ciudad de Hebrón y
sus alrededores han
sido aislados completamente del resto de la Cisjordania, una medida inusual
por su magnitud

Algunos analistas han señalado que estas medidas, y otras similares que se han aplicado en los últimos días, ponen en evidencia la impotencia del ejército para acabar con los ataques que de manera individual han reanudado algunos milicianos. El problema más grave para el ejército es que estos milicianos obran por iniciativa propia y ningún grupo reivindica la autoría de los ataques, lo que impide a las autoridades tomar represalias contra las distintas organizaciones palestinas.

Su carácter espontáneo es una característica de la habba o ‘levantamiento’ que se inició el pasado mes de octubre y que ha costado la vida a más de 35 israelíes, en su mayoría colonos, y a más de 200 palestinos. Este levantamiento no ha sido programado por ninguna organización, una circunstancia que ha causado desconcierto entre el gobierno y las fuerzas de seguridad israelíes. Durante las últimas semanas, el gobierno de Netanyahu se había felicitado por la ausencia de ataques y atentados y atribuían el fracaso de la habba a la eficacia de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, en los últimos días ha habido un rebrote muy significativo que es el que ha causado las medidas de castigo colectivo.

La madre de un supuesto asaltante palestino sostiene una bandera en el tejado de la casa familiar derruida por tropas israelíes. - REUTERS

La madre de un supuesto asaltante palestino sostiene una bandera en el tejado de la casa familiar derruida por tropas israelíes. - REUTERS

En apenas unas horas han tenido lugar los siguientes atentados: un adolescente palestino de 17 años mató a puñaladas el jueves a una niña en la colonia de Kiriat Arba, junto a Hebrón; un comando mató el viernes a un rabino que era director de la escuela rabínica de la colonia de Otniel, conocida por su radicalismo, al tiempo que hirió a su esposa y a dos de sus hijos; dos israelíes resultaron heridos por arma blanca de Netanya; y dos palestinos fueron abatidos portando sendos cuchillos en Tel Aviv y Kiriat Arba.

Deportación de familias y ampliación de colonias judías

Los dos incidentes más graves, ocurridos en el área de Hebrón, condujeron a una reunión urgente del gabinete de seguridad el sábado por la noche que transcurrió en un clima tenso, con un abierto enfrentamiento entre el titular de Defensa, Avigdor Lieberman, que reside en una colonia al sur de Jerusalén, y Naftalí Bennett, líder de La Casa Judía, el partido que más se identifica con los colonos.

Dirigentes de los colonos han acusado al gobierno y al ejército de no defender sus intereses y han pedido a Netanyahu que incorpore la Cisjordania ocupada totalmente a Israel

Bennett se encaró con Lieberman y le acusó de ser demasiado blando con los palestinos. A raíz del enfrentamiento, el ministro de Defensa ordenó a los jefes militares que no contestaran a las preguntas y sugerencias de Bennett, quien propuso al resto del gabinete que apruebe la deportación de las familias de los atacantes así como levantar una nueva colonia judía donde fue abatido el viernes el rabino de Otniel. Dirigentes de los colonos han acusado al gobierno y al ejército de no defender sus intereses y han pedido a Netanyahu que incorpore la Cisjordania ocupada totalmente a Israel, como en su momento se hizo con el sector ocupado de Jerusalén y con el Golán sirio, unas decisiones que no han sido aceptadas por la comunidad internacional.

La deportación de las familias de los atacantes palestinos fue intensamente debatida por el gabinete sin que en la reunión del sábado se adoptara ninguna decisión. Esta medida de castigo colectivo ha sido condenada por la comunidad internacional en los periodos en los que Israel la ha aplicado. Aunque las autoridades israelíes sostienen que la deportación de los familiares de los atacantes ejerce un efecto disuasorio que evita nuevos ataques, lo cierto es que cuando se ha aplicado no se ha registrado ningún descenso en el número de ataques.

Otra de las reacciones del gobierno israelí ha consistido en aprobar la construcción de 800 viviendas para colonos judíos en el sector ocupado de Jerusalén y en el asentamiento de Maale Adumim, que está justo al este de la ciudad. La medida ha sido condenada por el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, quien ha denunciado que se ha producido solo cuatro días después de que el Cuarteto (Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU) dijera que la expansión colonial constituye una de las trabas principales que impide alcanzar la paz. Establecido en 2002, en plena segunda intifada, el Cuarteto se ha revelado como un organismo incompetente e inútil que está en manos de Estados Unidos, que a su vez defiende los intereses de Israel y de tanto en tanto publica una crítica que no conduce a ninguna parte.

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