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La Junta divide a la oposición antes de las elecciones

Los militares pactan crear un Consejo Consultivo con varias formaciones

 

RICARD GONZÁLEZ

Cerca de 20 millones de egipcios están convocados hoy a las urnas en las primeras elecciones legislativas después de la caída del régimen de Hosni Mubarak. Los comicios se celebran en un clima de gran tensión debido al pulso que continúan librando en Tahrir los jóvenes revolucionarios y la Junta militar, y que durante la semana pasada se saldó con la muerte de al menos 42 personas.

Ambas partes se enrocaron ayer en sus posturas, lo que sugiere que el conflicto va para largo. Varios grupos de activistas y los partidos políticos que les apoyan organizaron por la tarde una nueva concentración en la Plaza Tahrir para expresar su rechazo al nombramiento de Kamal Ganzuri como nuevo primer ministro, y pedir por enésima vez que la Junta Militar entregue el poder a un Gobierno de salvación nacional con plenos poderes.

Arranca el proceso electoral egipcio que durará hasta mediados de enero

Además, en un movimiento muy astuto que profundizará la división de la oposición, la Junta llegó a un acuerdo con varios partidos para crear un Consejo Civil Consultivo con el fin de coordinar con la jerarquía castrense la salida a la crisis que vive el país. Entre las fuerzas políticas y líderes signatarios del acuerdo figuran los Hermanos Musulmanes, los salafistas de Al Nour, y Amr Musa, el ex secretario general de la Liga Árabe.

Mohammed el Baradei, que al igual que Musa ayer se reunió con el presidente de la Junta, el mariscal Hussein Tantawi, se mostró dispuesto a asumir la tarea de formar un nuevo Ejecutivo encargado de pilotar la transición democrática, siempre y cuando 'le sea ofrecida oficialmente'.

Por su parte, la Junta Militar, a través de Tantawi, advirtió en tono desafiante que no permitirá que nadie presione al Ejército. Además, reiteró que el rol de la Junta no está en cuestión: 'La posición del Ejército ha sido siempre la misma, lo era en la Constitución anterior, lo es en la actual, y lo será en todas las Constituciones'.

Los jóvenes no se atreven a un boicot para evitar un gran triunfo islamista

Una de las grandes incógnitas del proceso electoral es la tasa de participación, lo que determinará el grado de legitimidad del futuro Parlamento, y en general, del proceso de transición democrática. Interesado en el éxito de los comicios para mostrar su compromiso con la democratización del país, el Ejército ha optado por alargar hasta mañana por la tarde el plazo para ejercer el derecho del voto.

La actitud de la Junta ha reforzado las dudas de muchos activistas laicos respecto a la posibilidad de boicotear los comicios. Sin embargo, a falta de consenso al respecto, ninguno de los principales movimientos de Tahrir ha llamado al boicot. Aunque desconfían de la Junta, algunos jóvenes laicos consideran esta estrategia muy arriesgada, pues podría entregar en bandeja a las fuerzas islamistas la mayoría absoluta del próximo Parlamento que, en teoría, debería redactar la nueva Constitución.

Además de la falta de seguridad en los colegios electorales, la otra gran preocupación expresada por muchos egipcios es la posibilidad de que se produzca fraude electoral. Finalmente, la Junta cambió de postura, y permitirá supervisar los comicios a organizaciones internacionales. Pero debido a la falta de tiempo, las misiones electorales extranjeras serán muy reducidas.

La de hoy es la primera de las tres rondas para elegir los 498 diputados de la Asamblea del Pueblo, e incluye las dos mayores ciudades del país, El Cairo y Alexandría. Está previsto que no se hagan públicos los resultados hasta el final del proceso electoral, a mediados de enero.

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