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Lavrov: "Lo que pasó en Odesa es puro fascismo"

PÚBLICO / EFE

Moscú no permitirá que se silencie la investigación de la muerte de 46 personas en el incendio el pasado viernes en la Casa de los Sindicatos en la ciudad ucraniana de Odessa, provocado por ultranacionalistas ucranianos tras la batalla campal desatada por los enfrentamientos con prorrusos.

'No permitiremos que se oculte a la sociedad la investigación', aseguró el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una ceremonia en recuerdo de diplomáticos rusos muertos en la Segunda Guerra Mundial. Según agencias locales, el ministro tachó de 'puro fascismo lo que pasó en Odessa' y aseguró que Moscú hará todo lo posible para aclarar las causas de lo ocurrido.

Anteriormente, Lavrov dijo que no 'se sorprendería' si las autoridades ucranianas dieran carpetazo a la investigación de aquella tragedia. Citó como ejemplo el 'caso de francotiradores', que disparaban a los manifestantes opositores y a los policías, durante los días de febrero en que se desató la mayor violencia en Kiev contra el régimen del ahora depuesto presidente Víktor Yanukóvich. Además, varios políticos ucranianos denunciaron que las víctimas de la Casa de los Sindicatos murieron intoxicados por un gas, mientras el candidato presidencial Piotr Poroschenko calificó de atentado terrorista lo sucedido en Odessa.

Ucrania declaró el pasado fin de semana luto nacional por la tragedia. Los partidarios del Gobierno interino de Kiev incendió el edificio lanzando cócteles molotov y otros artefactos explosivos caseros. La policía asegura que los prorrusos también lanzaron objetos y dispararon desde la Casa de los Sindicatos contra la multitud.

El Ejército ucranianos ha cifrado en 14 las bajas sufridas en su ofensiva contra los bastiones prorrusos en el este del país. Además, otros 66 militares resultaron heridos, en su mayoría en los combates en Slaviansk y Kramatorsk, en la región minera de Donetsk (este).

La operación comenzó a mediados de abril y ha tenido varias pausas durante las tradicionales fiestas de mayo. Hasta ahora, el ministro del Interior, Arsén Avákov, había confirmado la muerte de cuatro militares y que cuatro helicópteros habían sido derribados. En cuanto a los milicianos, las autoridades ucranianas elevan las bajas en sus filas en más de 30, mientras los insurgentes hablan de decenas de muertos tanto entre los rebeldes como entre la población civil.

El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, declaró ayer la movilización parcial y nombró a un nuevo jefe del Ejército de Tierra, el general Anatoli Pushniakov, un veterano en la guerra de Afganistán con el Ejército soviético. La fuerzas de seguridad ucranianas capturaron hoy al ministro de Defensa de la autoproclamada 'república popular de Donetsk' (este), Ígor Kakidziánov, durante un tiroteo con milicianos prorrusos.

Mientras, en Andréyevka (Donetsk) los rebeldes asaltaron la torre de televisión bajo el control del Ejército ucraniano y que transmite para las vecinas Slaviansk y Kramatorsk. A su vez, las milicias prorrusas retomaron el Ayuntamiento de la ciudad de Mariupol (mar Negro), de donde habían sido expulsados esta mañana por las fuerzas ucranianas que comenzaron anoche una ofensiva contra esta localidad.

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