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Macedonia mira desconfiada a sus albaneses

GUILLEM SANS MORA

Día de luto en la aldea de Brodec, al noroeste de Tetovo, capital oficiosa de la minoría albanesa de Macedonia. Dos de sus vecinos, ambos de unos 20 años, murieron el pasado día 7 cuando la unidad especial Alpha del Ejército macedonio emprendió a las seis de la mañana un ataque contra un grupo de criminales albanokosovares huido de una cárcel de la vecina Kósovo. Murieron seis personas. Los vecinos preparan dos tumbas a la entrada del pueblo mientras las familias velan los cadáveres en sus casas.

Shemsedin Selimi, desempleado de 37 años, se ha convertido en portavoz de la aldea. El interés de los medios locales por lo que sucedió el día 7 es tal que un 'comité de crisis' se ha tomado la molestia de redactar un comunicado.

Selimi dice que la aldea cuenta con 1.300 habitantes, cifra a todas luces exagerada a juzgar por lo minúsculo de esta agrupación de casas en la ladera del monte Sar, a 1.600 metros de altitud.

Cuatro helicópteros

El domingo, cuatro días después del ataque, los lugareños inician una semana de luto por sus dos muertos. Son centenares los habitantes de las aldeas vecinas, todos hombres, que suben la pronunciada cuesta de Brodec para dar el pésame a los familiares. Los que han tenido la mala idea de acudir en coche provocan un atasco monumental en la carretera.

El comunicado de Selimi está pensado para no perjudicar con testimonios contradictorios a los 13 detenidos en la operación. 'Llegaron al alba con cuatro helicópteros y empezaron a disparar', cuenta. Habla de varios centenares de uniformados.

En Skopje, la capital macedonia, la ministra del Interior, Gordana Jankulovka, no precisa el número de efectivos. 'Suficientes', dice. Lo cierto es que la unidad Alpha redujo a cenizas con un lanzacohetes la casa de un anciano. Con todos los cristales rotos, la fachada de la mezquita presenta numerosas huellas de disparos.

Jankulovka califica de 'éxito' la operación, ya que sólo uno de los criminales habría logrado escapar. Los vecinos de Brodec aseguran que los dos muertos son civiles, pero ella insiste en que todos eran 'terroristas'.

Habían escondido en la aldea un arsenal 'enorme' que contenía minas antitanque, lanzacohetes y explosivos. 'No eran armas de defensa, sino de ataque', subraya. La televisión serbia B92 informó de que el arsenal era suficiente para armar a 650 personas.

La operación ha despertado malos recuerdos, porque la crisis de 2001 entre el Ejército y la rama macedonia del Ejército de Liberación de Kósovo (UÇK), que se saldó con varios centenares de muertos y miles de desplazados, tuvo su origen en la misma región.

Observadores internacionales relacionan los sucesos de Brodec con un aumento del nerviosismo en toda la región ante la decisión sobre el estatus de Kósovo el próximo 10 de diciembre. Esa provincia serbia con un 90% de población albanesa podría declarar unilateralmente la independencia si rechaza el plan internacional de autonomía.

Convivencia forzada


El Acuerdo de Ohrid, forzado sutilmente por la comunidad internacional, regula la convivencia entre macedonios y la minoría albana de Macedonia, un 25% de la población. Evitó que la crisis de 2001 derivara en guerra civil, y establece entre otras cosas una 'doble mayoría' (del conjunto de los diputados y de los albaneses) necesaria para aprobar leyes que afecten al conjunto de la población.

Pero el acuerdo no acabó con la fuerte enemistad entre los dos principales partidos albaneses, DUI y PDSH. El primero procede de las filas de la guerrilla macedonia del UÇK, e intentó boicotear los intentos del segundo por alcanzar por medios democráticos una mejora de los derechos de los albaneses.

El líder del DUI, Alí Ahmeti, está resentido porque el partido conservador macedonio VMRO, ganador de las elecciones de 2006, no quiso formar una coalición con su formación, votada por el 70% de los albaneses, sino con el PDSH.

Los dos partidos albaneses siguen enfrentados, pero están de acuerdo en su condena del ataque de Brodec.

Ahmeti ve en la operación 'un claro mensaje para intimidar a los albaneses y decir a Washington y Bruselas: éstos son terroristas'.

Y el líder del PDSH, Menduh Taçi, cree que 'se trata de mostrar que los albaneses somos un pueblo violento y un elemento desestabilizador para Kósovo'.

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