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Merkel bate los pronósticos y gana las elecciones con su mejor resultado

  • Con el 41,5% de los votos, los resultados finales confirman la enorme ventaja de la canciller alemana sobre sus rivales socialdemócratas (25,7%)

  • Su aliado liberal, el  FPD, no alcanza el porcentaje mínimo del 5

NOELIA LÓPEZ (EFE)

Los sondeos a pie de urna no se equivocaron. Angela Merkel, la canciller alemana, logró una aplastante victoria en las elecciones federales alemanas y marcó el domingo otro hito —ocho años después de convertirse en la primera mujer al frente de la Cancillería— al rozar la mayoría absoluta en unas elecciones que convirtieron en extraparlamentarios a sus socios liberales.

Merkel buscaba una victoria amplia para apuntalar su tercer mandato y la logró con una comodidad casi absoluta: la canciller obtuvo un 41,5% de los votos y obtuvo 311 de los 630 escaños del Bundestag (Parlamento federal de Alemania), el mejor resultado cosechado de la Unión Cristianodemócrata y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU) desde 1990, cuando Helmut Kohl obtuvo el 43,8% de los votos.

Aunque no tiene mayoría en el Bundestag, es casi seguro que Merkel será canciller por tercera vez, una vez que el líder de los socialdemécratas alemanes, Pier Steinbruck, descartó una alianza con La Izquierda y con Los Verdes, la única coalicion que podría desalojar a la canciller del poder.

Contenida, como siempre, pero emocionada y hasta 'íntima' —agradeció el apoyo de su esposo, Joachim Sauer, en una casi declaración de amor insólita en ella—, Merkel fue aclamada en la sede de la CDU, mientras los liberales vivían su waterloo al lograr sólo el 4,8% de los votos y quedarse fuera del Parlamento alemán.

Los resultados finales de las elecciones legislativas alemanas confirmaron la amplia victoria de la canciller. La Unión Cristianodemócrata de la canciller y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU) sumaron un 41,5% de los votos, un claro incremento frente a los 33,8% de 2009.

El Partido Socialdemócrata (SPD) obtuvo un 25,7%, lo que significa asimismo un aumento, aunque más leve, respecto al 23% de las anteriores legislativas. Los socialdemócratas obrienen 192 escaños.

El Partido Liberal (FDP), socio actual de Merkel, se quedó en un 4,8% —14,6 % en 2009— y no tendrá escaños en el nuevo Parlamento. Tampoco obtuvieron representación los euroescépticos de Alternativa para Alemania (AfD), partido fundado hace siete meses, que no alcanzó el mínimo del 5% para tener representación parlamentaria y quedó en un 4,7%. Sí estarán en la nueva cámara La Izquierda, con un 8,6% (en 2009 obtuvieron un 11,6%) y 64 escaños, y Los Verdes, con un 8,4% (frente al 10,7% de cuatro años atrás) y 63 escaños.

Merkel cosecha el mejor resultado para la CDU / CSU desde 1990

Además de su incontestable triunfo, lo má llamativo es que los liberales del FDP, tradicionales aliados de los Gobiernos de la CDU  y que han marcado la pauta de la política exterior alemana casi ininterrumpidamente, en 17 de los 22 gobiernos federales, no pudo superar la barrera del 5% de los votos que exige la ley para entrar en el Bundestag.

Pero decir que Merkel, con reputación de implacable con sus socios europeos, engulló ahora, sin más, a sus aliados domésticos sería olvidar la cadena de disensiones y crisis de liderazgo del FDP en estos cuatro años. De la imagen triunfante del ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, erigido en 2009 en artífice del auge liberal, se pasó en mitad de la legislatura a un relevo al frente del partido, que asumió el ministro de Economía, Philipp Rösler. El relevo pretendía remediar la caída en picado de electorado de los liberales, pero lejos de lograr invertir esa tendencia la acentuó.

La popularidad de Merkel entre el electorado parece inmune a toda crítica a escala internacional, por la tenaza de la austeridad a rajatabla que ha defendido su Gobierno frente a sus socios de la UE.

Tampoco parece afectarle que el buen balance, en cuanto a cifras macroeconómicas, de la primera economía europea no se refleje en la microeonomía ciudadana, en medio de la creciente precarización del mercado laboral germano.

Merkel hizo campaña para atesorar el favor de su electorado y negó el auxilio a los liberales, que pedían desesperadamente votos prestados -el llamado 'segundo voto', a la lista de los partidos, de los dos que tiene cada papeleta.

La negativa de la canciller a salir al rescate del socio con problemas, ahora a escala de su Gobierno, podría acarrearle daños colaterales, puesto que dejó parlamentariamente muerto a su aliado tradicional mientras ruge la nueva amenaza del euroescepticismo.

La Alternativa para Alemania (AfD), formación que pretende la salida 'voluntaria' del euro de los países en dificultades, lograron un resultado parecido al de los liberales, lo que supone un 'relevo' en el panorama político alemán poco tranquilizador para Merkel.

En cualquier caso, los comicios dejaron clara la capacidad de la canciller para movilizar a un electorado, al parecer convencido de que su liderazgo garantiza una Alemania fuerte y blindada ante tempestades que sacuden a otros países.

El índice de participación en estas generales fue del 73%, el más alto desde 2002, tras una intensa campaña que se prolongó hasta esta misma jornada electoral.

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