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Merkel, ninguneada por sus ministros contrarios a la llegada de refugiados

Los socios de Gobierno ponen en evidencia a la canciller: el ministro de Finanzas califica su llegada de "alud" y el de Interior decide devolverlos a los países de entrada sin avisarle

Angela Merkel conversa con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude-Juncker, en La Valeta. / EFE

AGENCIAS

La crisis en el Gobierno alemán por la gestión de los refugiados desgasta a la canciller, Angela Merkel, ninguneada por el ministro del Interior, Thomas de Maiziere, quien no le informó de la decisión de devolver a los sirios que lleguen al territorio alemán al país por el que ingresaron en Europa, menos a Grecia. Aunque la medida está prevista en el Tratado  de Dublín, no se aplicaba desde agosto a esos ciudadanos.

La Cancillería ha reconocido que Merkel no había sido informada de esa decisión, lo que acentuó la sensación de crisis de liderazgo de la canciller, tanto dentro de su Gobierno como de la CDU. Alemania ha recibido en lo que va de año a cerca de 800.000 peticionarios de asilo y se pronostica que, para cuando termine 2015, habrá alcanzado la cifra de un millón. 

Por si no fuese suficiente, Merkel también ha sido puesta en evidencia por su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que se refirió a los refugiados que llegan a Alemania como un "alud". Este fenómeno, añadió, puede causarlo "un esquiador despistado" simplemente con remover la nieve. "No sé si estamos ya en el momento en que el alud ha alcanzado el valle o si aún estamos al final de una pendiente", concluyó Schäuble.

Las críticas arreciaron desde el gobernante SPD, mientras que el presidente del país, Joachim Gauck, llamó a evitar "escenarios de horror" para aludir a la crisis migratoria. "Las personas en situación de emergencia no son una catástrofe natural", resaltó en Der Spiegel el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, para recomendar "moderación" en el debate sobre los refugiados. "No se trata de ocultar o minimizar las dificultades", matizó Maas, pero tampoco de "añadir leña al fuego" con declaraciones como la de Schäuble.

Por su parte, el presidente del SPD y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, calificó de "inapropiadas" las palabras de Schäuble y expresó su rechazo por una comparación que él "nunca elegiría". Por su parte, Gauck advirtió en contra de las declaraciones catastrofistas o pesimistas para referirse a la crisis migratoria.

Las palabras de Schäuble se han interpretado en Alemania como una crítica a Merkel como presunta "detonante" de la "avalancha" por la decisión adoptada al inicio de la crisis de abrir las fronteras del país para descongestionar la situación en Hungría.

En las últimas semanas, han aumentado las presiones sobre Merkel, especialmente desde las filas de la cogobernante Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), así como las disonancias en su propio Gobierno.

La semana pasada, los líderes de la coalición gobernante -Merkel, por la Unión Cristianodemócrata (CDU), el bávaro Horst Seehofer y el socialdemócrata Gabriel- celebraron una reunión en la que acordaron medidas destinadas a controlar los flujos y acelerar las expulsiones de inmigrantes, pero las discrepancias públicas continuaron.

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