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“El miedo es tal que circulan rumores sobre la llegada de un terremoto aún mayor”

El joven cooperante vasco advierte de la incertidumbre y los temores que padecen los nepalíes Una semana después del seísmo necesitan con urgencia “refugio, agua y alimentos”

Erik Ugarte

IÑIGO ADURIZ

DONOSTIA.- San SebastiánViajaba como cooperante por Asia y cuando llegó a Nepal, en 2011, decidió quedarse a vivir. Erik Ugarte (Donostia-San Sebastián, 1985) ha vivido una de sus peores semanas en el país después de que el pasado 25 de abril un fuerte terremoto arrasara uno de los territorios más pobres del planeta. A pesar de que el Gobierno también le ha ofrecido a él un billete de vuelta a España, el joven vasco ha decidido permanecer allí para seguir ayudando. De los nepalíes destaca su “actitud cooperativa” desde que ocurrió el seísmo, y narra el “miedo” que aún se vive en las calles a un nuevo temblor. Desde la organización Círculo de Cooperación al Desarrollo que fundó junto a otros españoles en 2013 y que habitualmente trabaja en proyectos educativos y centros de acogida para menores en riesgo de exclusión, buscan ahora fondos para lo más básico: una potabilizadora de agua para una de las zonas más devastada. El cooperante y comunicador atiende a Público desde Katmandú, una semana después del terremoto.

¿Dónde le sorprendió el seísmo? ¿Cómo lo vivió?

Me encontraba en la cama de mi habitación reposando la pierna, ya que diez días antes había pasado por el quirófano por una ruptura de rótula. Mis amigos cocinaban una barbacoa en la azotea. Comencé a notar unas vibraciones y oí un ruido ensordecedor, como si fuera un helicóptero en la ventana. Enseguida identifiqué que era un terremoto. Grité a un amigo que se encontraba en la puerta de la habitación y corrió hacia mi cama, se tumbó encima de mí para protegerme. La sensación fue aterradora porque pensé que se trataba de uno sin importancia, pero en cuestión de segundos las paredes se zarandeaban de un lado a otro violentamente. No podía moverme por mi condición en la rodilla y la sensación de vulnerabilidad era increíble. Cayeron los armarios y todo lo que se encontraba en las mesas de la habitación. Sonaban ventanas rompiéndose, ladrillos derrumbándose, muchos gritos y perros ladrando. Duró aproximadamente un minuto, aunque se sintió como una vida.

¿Ha sufrido algún daño?

No sufrí ningún daño, aunque la sensación de miedo e incertidumbre no ha pasado. Todavía corro a una columna con las muletas cuando oigo una puerta chirriar, o cuando ríe una niña y pienso que está gritando, o cuando pasa un helicóptero y vibran los cristales.

Cómo reaccionaron los nepalíes? ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de su actitud?

Aunque todos los nepalíes estaban asustados, no lo verbalizan mucho, es parte de la cultura. Lo que más me ha sorprendido es su actitud cooperativa, y los grupos de trabajo que se han creado en los barrios más afectados para ayudar en el rescate y la emergencia. Sabía que eran generosos, pero ahora lo demuestran con creces.

¿Se ha superado ya el miedo inicial a las réplicas?

Todavía hay mucho miedo. La gente sigue saliendo a la calle si hay una pequeña réplica, incluso a las tres de la madrugada. Y la mayoría de la gente duerme en los pisos de abajo para tener la puerta cerca en caso de que haya otro gran terremoto. El miedo es tal que sigue habiendo muchos rumores sobre la llegada de un terremoto mayor. Aunque los terremotos no se pueden predecir, por internet y por SMS circulan mensajes alertando de que un terremoto mayor va a ocurrir este día y a tal hora. Puede parecer gracioso, pero la gente se lo cree y sale de las casas.

¿Cuál es el ambiente que se respira en las calles del país? ¿Se va consiguiendo recuperar la normalidad?

Muchos establecimientos ya están abiertos en Katmandú y la gente comienza a ir a trabajar, aunque no es la norma general. Eso ocurre en la capital, donde todavía hay miles de personas durmiendo bajo carpas porque han perdido sus casas. Pero mucha gente ha vuelto a sus pueblos tanto por la pérdida de casas como para ayudar y estar con sus familias. La gente sigue muy conmocionada y preocupada sobre qué va a pasar ahora. La situación del resto de zonas afectadas donde ha llegado muy poca ayuda –o ninguna en absoluto– no podría definirse como normal en absoluto. Es grave y preocupante porque hay pueblos completamente devastados y una gran incertidumbre sobre el futuro de toda la gente afectada.

¿Cómo sobreviven los ciudadanos que han perdido sus viviendas?

"El Estado ha abierto un fondo para recibir ayuda internacional y está frenando las brigadas de ayuda humanitaria porque lo que quieren es el dinero"

El Gobierno de Nepal ha pedido a las ONG y agencias de cooperación que trabajen en las áreas rurales y coordinen el trabajo con las autoridades locales o regionales que, evidentemente, no estaban preparadas para una catástrofe de estas dimensiones. El Estado ha abierto un fondo para recibir ayuda internacional y está frenando las brigadas de ayuda humanitaria internacional porque lo que quieren es el dinero. Muchos países se han comprometido y han anunciado sus ayudas pero el dinero todavía no ha llegado. El Gobierno ha anunciado una compensación de unos 400 euros a las víctimas de las casas destruidas, unos 1000 euros para las familias que hayan perdido a alguien, y unos 400 euros para las cremaciones por persona fallecida. Unos 120 millones de euros han sido liberados por el Gobierno para proveer asistencia y alivio a las víctimas. El sector privado nepalí e internacional también está contribuyendo enormemente. Los campos-refugio en espacios abiertos son gestionados tanto por el Estado como por las ONG y agencias de ayuda, así como por las comunidades y grupos de trabajo locales que se han creado en algunas localidades y están haciendo un fantástico trabajo.

Se habla de miles de desaparecidos, y de las dificultades para encontrarlos.

Nepal está entre los países menos desarrollados del mundo. Por una parte, la geografía del país complica mucho las comunicaciones por las colinas y montañas, y por áreas rurales donde la infraestructura es muy pobre o no existe. Hace dos años visité el punto donde se encuentra el epicentro del gran terremoto, a unos 180 km de Katmandú, y tardé aproximadamente doce horas por carreteras estrechas, llenas de curvas en cuesta, y una gran parte de tierra o arcilla. Me sentí tan en peligro que bajé del autobús y terminé el viaje a pie. Hay muchos ríos, puentes, colinas, valles etc., y es muy complicado acceder de un punto a otro. Las lluvias de esta semana también han dificultado mucho las tareas de rescate, sobre todo en las áreas rurales, ya que la asistencia y ayuda humanitaria primero debe evaluar el estado de las regiones y solamente ha sido posible llegar por helicóptero, con el que el mal tiempo no está ayudando. Además, un hecho muy importante es que ahora no hay autoridades locales electas porque los Comités de Desarrollo de los Pueblos (VDC - Village Development Comittee), que pueden enmarcar hasta cientos de pueblos, están gestionados por sólo por un funcionario local. No existe gobernabilidad local real, y eso significa que todas las necesidades y evaluaciones son complicadas de realizar y coordinar con ONGs y agencias de ayuda humanitaria. No ha habido elecciones locales desde 1996.

Numerosas organizaciones como la suya reclaman ayudas urgentes. ¿Cuáles son en este momento las principales necesidades de los nepalíes?

Las principales necesidades ahora son refugio, agua, saneamiento y alimentos. Círculo de Cooperación, la organización a la que pertenezco, está recaudando dinero urgente (https://www.circulodecooperacion.org) para enviar una potabilizadora de agua a una de las comunidades más afectadas en Bhaktapur, a 20 kilómetros de Katmandú, que ha sido increíblemente devastada por el terremoto y sus réplicas. Dará 40.000 litros de agua al día. Además, vamos a dar asistencia tanto en refugio como materiales médicos, agua, etc., a través de organizaciones locales y grupos de trabajo de voluntarios. Las donaciones que podamos recibir ahora son cruciales para salvar vidas y para aliviar el sufrimiento de los que lo han perdido todo, especialmente de los niños y niñas.

El Gobierno ha ofrecido a todos los españoles que están en Nepal la posibilidad de ser repatriados. ¿Por qué ha decidido usted permanecer allí?


Tengo familia nepalí y no quiero separarme de ella. Nepal también es mi país. Aunque mi familia española preferiría que volviera para estar en lugar seguro, sabemos que soy más útil desde aquí para ayudar en esta situación de crisis. Quiero contribuir presencialmente cuando mi rodilla esté recuperada, y mientras tanto estoy ayudando a organizaciones a conseguir fondos, entre ellas Círculo de Cooperación al Desarrollo. Además, una vez canalicemos los fondos, debo estar aquí para coordinar la ayuda y asegurar que llega efectivamente a la comunidad.

¿Ha sido correcta la actuación del Ejecutivo? ¿Han echado en falta alguna otra iniciativa?

Los españoles fueron los primeros en ser evacuados del país. Es un gran logro por parte de la Embajada de España en Nueva Delhi y la parte consular de Nepal

Creo que actuaron adecuadamente y de la manera más efectiva posible, dadas las circunstancias. Los españoles fueron los primeros en ser evacuados del país. Es un gran logro por parte de la Embajada de España en Nueva Delhi y la parte consular correspondiente a Nepal, que casi de inmediato se desplazó a terreno para dar apoyo a los ciudadanos españoles en esta situación tan difícil.

Las catástrofes naturales son inevitables, pero sí se pueden evitar o paliar sus consecuencias. ¿Qué se podría hacer desde las administraciones públicas europeas para que la tragedia no vuelva a repetirse?

Lo primero es la prevención y asegurar una buena respuesta ante la crisis. La Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea lleva trabajando en Nepal más de diez años así como otras muchas agencias de cooperación, ayuda humanitaria y ONGs. Deben continuar trabajando en el país. Pero hay mucho más que se debe hacer, Nepal es un país proclive a terremotos devastadores. Es un país extremadamente pobre, que necesita una mejora en infraestructuras, en la edificación de edificios y urbanismo, en los sistemas de saneamiento, en los recursos energéticos, comercio, industria, etc.. Necesita mejoras prácticamente en todo, y no solamente en la capital sino en el resto de regiones. Mientras siga habiendo tal pobreza, el país difícilmente puede evolucionar hasta convertirse en un país moderno. Espero que esta crisis pueda ser una oportunidad de desarrollo sostenible y acelerado para Nepal.

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