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"Los militares intentan salvar el régimen"

Alaa Aswany. Novelista e intelectual egipcio

R. GONZÁLEZ

El escritor egipcio Alaa Aswany es también uno de los intelectuales más comprometidos del mundo árabe. No en vano, desde sus columnas semanales, Aswany fue un azote incansable de la dictadura de Hosni Mubarak. Alto y robusto, pero con una sonrisa cálida, este escritor y dentista recibe a Público en su consultorio del centro de El Cairo, donde continúa examinando las dolencias de sus pacientes y del país. Asegura que su consulta es el cordón umbilical que le mantiene unido a los deseos, problemas y frustraciones de su pueblo.

A decir por el volumen de la última manifestación en Tahrir, ¿la revolución ha perdido fuelle?

No, creo que si no sale más gente no es porque ahora le den la espalda a la Revolución, sino porque están buscando una forma más eficiente de hacer oír su voz. El pueblo egipcio pagó un precio enorme durante la Revolución, y no va a dejar que nadie se la robe. Estoy en el comité de apoyo a las víctimas y puedo decirle que, además de los mil muertos oficiales, hay otros mil desaparecidos que tememos que fueron asesinados durante los primeros días de la rebelión, y enterrados en fosas comunes.

¿Cuál es el objetivo de la cúpula militar?

La contrarrevolución; salvar tanto como pueda del antiguo régimen. Una de las principales demandas [del movimiento prodemocrático] en febrero era la disolución del sistema de seguridad, o sea, de represión. Lo único que han hecho es cambiarle las siglas, pues los altos mandos continúan siendo los mismos. La mayoría de los problemas de Egipto hoy derivan de decisiones de la Junta. Por ejemplo, están boicoteando la seguridad y la economía del país para culparnos de la situación. La Revolución necesita una segunda ronda.

¿Qué sucederá en las elecciones legislativas?

Nadie lo sabe. La situación cambia tan rápido que los viejos parámetros ya no sirven. Muchos creen que ganarán los Hermanos Musulmanes porque tienen una mejor organización, proporcionan servicios en los barrios pobres, etc. Pero yo no lo tengo tan claro. La población sabe que ellos no iniciaron la Revolución, sino que se sumaron a ella. Y por lo tanto, preferirán votar a los responsables del cambio.

¿Son tan peligrosos los Hermanos como creen muchos en Occidente?

No, para nada. Estoy convencido de su sinceridad cuando abogan por un sistema democrático y muestran su rechazo a la violencia, que no han practicado desde 1965. Yo soy laico y de izquierdas pero no soy socialdemócrata, me parecen demasiado blandos, o sea que discrepo con los Hermanos en muchas cosas, pero sé que no quieren convertirnos en otra Arabia Saudí. Eso son los salafistas.

Ha comparado la revolución con enamorarse. ¿Por qué?

Porque es una experiencia orgánica, uno no la decide conscientemente. Los egipcios estamos enamorados de la Revolución y de la libertad. Algunos intentan impedirlo, pero el amor acabará triunfando.

 

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