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'Mini-Merkel', la delfín de la canciller, contraria al matrimonio gay y a favor de cuotas para mujeres

Aunque durante años se consideró a Ursula von der Leyen como heredera de la canciller, Merkel ha propuesto a Annegret Kramp-Karrenbauer como número dos de la CDU.

Angela Merkel, y el Primer Ministro del Estado de Sarre, Annegret Kramp-Karrenbauer. REUTERS

Javier Pérez de la Cruz

El merkelismo resiste. Puede que esté atravesando uno de sus momentos más difíciles y que el final de su era haya comenzado, pero a Angela Merkel aún le quedan cartas por jugar. Contra todo pronóstico la canciller ha señalado a una fiel aliada, Annegret Kramp-Karrenbauer, como candidata para la Secretaría General del partido, un nombramiento que, a falta de sorpresas, se materializará el lunes durante el congreso de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).

La elección de AKK, como es conocida, no es un simple recambio más dentro de una organización política, no. Es un movimiento clave dentro del organigrama del partido más importante de Alemania, un movimiento que ha cogido a muchos por sorpresa, y desde el que AKK tendría al alcance de la mano el futuro liderazgo de la CDU y la candidatura a la Cancillería cuando Merkel, que lleva ya 12 años gobernando, decida retirarse.

Kramp-Karrenbauer es la Primera Ministra del pequeño Estado federado del Sarre, situado en el oeste del país y con una población de apenas un millón de habitantes. Procede del ala centrista de la CDU, y siempre se ha mantenido firme en su apoyo a Merkel, incluso en los momentos más delicados, como en la crisis de refugiados de 2015 o en la actual negociación con el SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) para formar una nueva Gran Coalición, en la que ella ha tenido un papel clave. De ahí que la prensa alemana se refiera a ella en ocasiones como “mini-Merkel”.

Con 55 años, es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, católica practicante y, como Merkel, siempre pragmática. El año pasado, en las elecciones de su Estado federado, consiguió frenar el entonces sorprendente ‘efecto Schulz’, que había disparado en las encuestas a los socialdemócratas poco después del nombramiento de Martin Schulz como oponente de Merkel para las elecciones generales.

Conservadora en el ámbito político y social, no tanto en el económico, está a favor de cuotas para mujeres pero en contra del matrimonio homosexual. El perfil de AKK encaja en los deseos de la actual canciller para el futuro de su partido: (algo) más joven y, sobre todo, con más mujeres, en un intento de acercar el partido al electorado urbano.

Von der Leyen se queda atrás

La decisión ha cogido por sorpresa a numerosos analistas políticos, sobre todo porque durante años se señaló a otra mujer del conservadurismo alemán como sucesora de Merkel: Ursula von der Leyen, ministra de Defensa.

Vista exterior durante las conversaciones de coalición en la sede de la Unión Demócrata Cristiana en Berlín. REUTERS

Vista exterior durante las conversaciones de coalición en la sede de la Unión Demócrata Cristiana en Berlín. REUTERS

Sin embargo, la canciller ha cambiado de parecer y finalmente se ha decantado por Kramp-Karrenbauer. Además, un reciente informe parlamentario que denuncia que partes de las Fuerzas Armadas alemanas carecen del equipamiento adecuado ha arrojado sombras sobre la gestión de von der Leyen al frente del Ministerio de Defensa. Sin duda, no es una buena carta de presentación para intentar convertirte en líder del partido.

Asimismo, según diversos analistas, AKK tiene mayor aceptación dentro de la CDU que von der Leyen. De hecho, tras el anuncio de Merkel, incluso los críticos, los representantes del ala más derechista, han mostrado su conformidad con el hecho de que Kramp-Karrenbauer tome las riendas de la Secretaría General.

Y no solo entre los cargos dirigentes.

Aunque una encuesta realizada por el Instituto Civey ha mostrado que hasta el 43% de los encuestados no cree que AKK sea la persona adecuada para ocupar la Cancillería, las cifras cambian cuando se toman únicamente los votantes de la CDU: entonces el porcentaje que sí se la imagina al frente del Gobierno alemán asciende hasta el 64%.

Aun así, los enfrentamientos internos por el control del conservadurismo alemán están lejos de terminar.

Por un lado AKK no parece que vaya a conformarse con un destacado puesto orgánico. “Creer que va a venir a Berlín sin ambiciones para puestos más altos sería ingenuo”, argumentaba la periodista política de la televisión pública Tina Hassel. Y añadía: “También Merkel fue Secretaria General antes de convertirse en jefa de partido”.

Por otro lado, Merkel todavía tiene que dar a conocer los políticos que gobernarán los seis ministerios que la CDU ostentará durante la próxima legislatura (siempre y cuando, claro está, finalmente los miembros del SPD den el próximo 4 de marzo el definitivo visto bueno para la formación de una nueva Gran Coalición). Una cartera ministerial, un cargo de ámbito nacional y con gran proyección mediática, es también una plataforma efectiva desde la que conseguir la jefatura del partido.

Annegret Kramp-Karrenbauer, de la Unión Demócrata Cristiana, llega a las conversaciones de la coalición. REUTERS

Annegret Kramp-Karrenbauer, de la Unión Demócrata Cristiana, llega a las conversaciones de la coalición. REUTERS

Entre los ministeriables se mantiene el nombre de Ursula von der Leyen, así como el de Julia Kloeckner, otra destacada política de la CDU, o el de la menos conocida Annette Widmann-Mauz.

Pero con la amenazadora presencia de la ultraderecha Alternativa para Alemania (AFD), a los que una encuesta ya ha llegado a colocar por delante de los socialdemócratas en intención de voto (16% frente al 15,5%), es probable que el ala crítica de la CDU haga todo lo posible por afianzar a alguno de sus candidatos.

En ese sentido, Jens Spahn es el mejor colocado. Este político de 37 años es la estrella emergente de las juventudes conservadoras: diputado desde 2002 y Secretario de Estado del poderoso Ministerio de Finanzas desde 2015. Abiertamente homosexual, defensor de una estricta política de inmigración y de escorar la CDU hacia la derecha para recuperar votantes desencantados que se han marchado a AFD, se espera que esté en el próximo Gobierno de Merkel.

De cómo se resuelva la lucha por el control del conservadurismo alemán dependerá el futuro de Alemania y, por extensión, de toda Europa.

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