Público
Público

Una misteriosa joven enreda aún más el naufragio

La prensa asegura que una moldava de 25 años estaba con el capitán cuando se produjo el accidente

DANIEL DEL PINO

La historia del Costa Concordia cuenta ya con un nuevo personaje de película. Al capitán huido (Francesco Schettino) y al comandante bueno (Gregorio de Falco) se les unió ayer la mujer misteriosa.

Domnica Cermontan, 25 años, originaria de Moldavia, con pasaporte rumano, residente en Bucarest y con una hija de 2 años, pasó ayer a ocupar el primer plano de la investigación después de que varios periódicos la situaran al lado de Schettino durante la noche del naufragio.

De ella se sabe que el capitán la nombró en un interrogatorio, que lleva trabajando cinco años para Costa Crociere como intérprete y que al día siguiente de que el crucero encallara frente a la isla de Giglio, concedió una entrevista para el canal moldavo Jurnal, en la que defendió con fuerza al capitán. 'Creo que llevó a cabo un trabajo extraordinario. Todo el mundo lo piensa. Salvó a más de 3.000 personas', dijo.

Hasta aquí, todo podría parecer medianamente normal. Pero la Fiscalía de Grosseto está intentando localizarla para someterla a un interrogatorio por dos motivos: sospecha que en el momento del accidente estaba en la cabina de mando y no aparecía en el registro de pasajeros, por lo que podría ser un personaje clave en la investigación.

Sobre lo primero, Cermontan dijo en dicha entrevista que interpretó al ruso las órdenes a parte de la tripulación. Sobre lo segundo, la naviera Costa Crociere negó que su nombre no apareciera en las listas y se mostró dispuesta a entregar a las autoridades las pruebas de que sus billetes fueron emitidos y revelar lo que necesiten sobre su identidad.

Por la explicación que dio la joven a la televisión de su país, es muy probable que viera de primera mano cómo se comportó el capitán en las primeras horas después del accidente, pero si el fiscal jefe, Francesco Verusio, se guía por todo lo que dijeron ayer los medios, entonces Schettino está más perdido si cabe.

El diario Secolo XIX publicó una foto de la joven durante la cena. En ella no se aprecia al capitán, pero citaba el testimonio de 'una pareja de Savona' que aseguraba que cenó con él. El mismo periódico entrecomilla a uno de esos pasajeros diciendo que le vio 'tomar varias copas de vino' y quejarse de que a él y a su mujer les cambiaron de mesa en el restaurante Costa Club para hacerle sitio al capitán.

La Stampa decía que Cermontan estaba en el barco de vacaciones, hecho que la joven confirmó, y que había sido invitada por otro oficial del Costa Concordia. En el momento del impacto se encontraba 'sonriente' en la cabina de mando 'para contemplar por la cristalera el espectáculo nocturno'. El diario turinés va más allá y citando 'fuentes de la investigación' cree que la presencia de la mujer pudo ser un 'motivo de distracción' para el capitán.

Il Corriere della Sera, como los otros dos periódicos, se preguntaba, además, si era posible que la mujer estuviera en el barco 'trabajando sin contrato' para Costa Crociere. Sobre esto último y el hecho de que la compañía estuviera manejando una lista paralela con más pasajeros y tripulación de los 4.234 que en principio iban en la nave se ha hablado mucho en los últimos días.

Pero lo cierto es que de momento no hay ninguna prueba de que en el Costa Concordia viajara más gente de la que se declaró. Es más, la confusión sobre el número de desaparecidos, a medida que avanzan los días, como reconoció el martes Verusio, se produjo por la rapidez con la que los náufragos fueron trasladados a Puerto San Estefano, en Monte Argentario, y distribuidos posteriormente a los diferentes aeropuertos desde los que debían volver a sus casas. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional