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Mohamed VI tilda la revuelta de demagógica

El rey de Marruecos asegura que no 'cederá' ante las protestas

DANIEL BASTEIRO

Sin aludir de forma explícita a las manifestaciones del domingo, Mohamed VI, rey de Marruecos, aseguró ayer que no cederá ante 'la demagogia', en alusión a las demandas de los miles de marroquíes que salieron a la calle para pedir democracia.

En un discurso durante el nombramiento de los miembros del Consejo Económico y Social, el monarca marroquí trató de zanjar así unas demandas populares sobre las que hasta ahora no se había pronunciado.

La tolerancia parece haberse acabado. Ayer, una sentada de los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero, de quienes partió la movilización popular, ante el Parlamento de Rabat fue disuelta por los antidisturbios, que cargaron con violencia contra los manifestantes. Cinco personas, entre ellas la presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Jadiya Ryadi, acabaron en el hospital.

La mayoría de los marroquíes que se manifestaron el domingo lo hicieron pacíficamente, pero en varias ciudades del país, la situación degeneró en violencia.

Los rescoldos de los incidentes del domingo seguían vivos ayer. Manifestantes y cuerpos de seguridad se enfrentaron en Imzuren, cercana a la rifeña Alhucemas, informaron a Efe testigos presenciales y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).

Cinco personas murieron en los incidentes del pasado domingo

Según el presidente de la asociación cultural local Buya, Najim Hidush, las Fuerzas de Seguridad intervinieron para impedir que se unieran dos marchas diferentes y entonces comenzaron los enfrentamientos, que terminaron con tres coches de Policía reducidos a cenizas y varios manifestantes detenidos.

El ministro de Interior, Taïb Cherkaui, compareció ayer para informar de que cinco personas murieron el domingo durante los disturbios en Alhucemas, en el norte del país. Los cuerpos aparecieron carbonizados en la sucursal de un banco, a la que, según el ministro, habían prendido fuego los manifestantes.

En Larache, grupos de incontrolados saquearon un edificio de aduanas y se apoderaron de las drogas y bebidas alcohólicas incautadas por esa administración. En Tánger, Tetuán, Sefru, Marraquech y Guelmin también se cometieron saqueos y robos, que afectaron a 33 establecimientos y edificios públicos, 24 agencias bancarias, 50 comercios y edificios privados, según datos del Ministerio del Interior.

El Gobierno de Rabat, además, denunció la quema de 66 coches policiales. El ministro de Interior marroquí acusó de estos actos a 'vándalos', entre los que, dijo, había 'menores y personas con antecedentes judiciales'.

Las fuentes oficiales apuntan a que los marroquíes salieron a la calle para manifestarse el domingo en 53 localidades, con una participación de alrededor de 37.000 personas. La cifra contrasta con los más de 240.000 manifestantes que sostiene el Movimiento 20 de Febrero, organizador de la protesta.

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