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Muere en Afganistán el soldado británico número 300 caído allí

La mayoría de las bajas se produce por el estallido de artefactos explosivos, pero aumentan los fallecidos por disparos de francotiradores

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

El número de militares británicos muertos en Afganistán llegó hoy a 300 con el fallecimiento de un marine en un hospital de Birmingham. El soldado, cuya identidad aún no se ha dado a conocer, había resultado herido en una emboscada ocurrida en el valle de Sangin, dentro de la provincia de Helmand, que se ha convertido en el cementerio de las aspiraciones británicas de pacificar el sur del país.

El primer ministro, David Cameron, calificó la noticia de 'lamentablemente triste' y pidió a los británicos que sean conscientes de que la misión aún no ha terminado: 'Estamos allí porque los afganos todavía no están preparados para defender su propio país y para impedir que los terroristas instalen sus campos de entrenamiento'. Son argumentos idénticos a los que empleaba el anterior Gobierno y que, según los sondeos, son recibidos con un gran escepticismo por la opinión pública británica.

La mayoría de las bajas se produce por el estallido de artefactos explosivos, pero en las últimas semanas ha aumentado el número de soldados caídos a causa del fuego de armas ligeras, en especial por disparos de francotiradores muy activos en Helmand. El dato revela que los talibanes están muy lejos de ser derrotados.

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