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Las negociaciones sobre Siria arrancan con posiciones confusas
y alejadas

La primera reunión entre el enviado especial de la ONU para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, y la delegación de Damasco señaló el viernes el arranque de unas negociaciones muy complejas con las que se pretende poner fin cinco años de guerra que han dejado más de 250.000 muertos y once millones de refugiados y desplazados.

El mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, da una rueda de prensa tras la primera reunión de negociaciones para la paz en Siria, en Ginebra, Suiza, hoy 29 de enero de 2016. Mistura dijo que el domingo próximo puede tener una primera reunión con la delegación de la oposición, que acaba de confirmar su participación en las negociaciones de paz. EFE/Martial Trezzini

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN – Las negociaciones de Ginebra han comenzado con elementos de comedia bufa. Staffan de Mistura se reunió ayer con la delegación del gobierno sirio, que acudió puntualmente a la cita fijada por las Naciones Unidas para buscar una salida a la cruenta guerra que asola Siria, la mayor tragedia civil de este siglo.

En los últimos días la atención ha estado centrada en lo que iba a hacer la delegación del Alto Comité para las Negociaciones (ACN), que da cobijo a varios grupos opositores apadrinados por Arabia Saudí. Después de un montón de idas y venidas y de llamadas telefónicas, el ACN anunció anoche su disposición a acudir a Ginebra aunque se sigue negando a discutir cuestiones políticas con el régimen.

El cambio de opinión llegó como resultado de la fuerte presión de Estados Unidos sobre Arabia Saudí, el país que mueve los hilos de esta coalición opositora que incluye algunos grupos yihadistas, como el Ejército Islámico, de Mohammed al Allush, una organización que quiere implantar la sharia en Siria y que Rusia considera “terrorista”, pero que recibe una vital ayuda financiera de Riad.

Naturalmente, el Estado Islámico y el Frente al Nusra (Al Qaeda) han sido excluidos del cónclave de Ginebra por todas las demás partes, aunque muy probablemente ninguna de esas dos formaciones tenía el menor interés en participar en la conferencia.

La participación del gobierno y de la llamada “lista saudí” se completa con la llamada “lista rusa”, que incorpora a varios grupos moderados que Riad no había incluido en su lista particular por considerarlos favorables al presidente Bashar al Assad, aunque esto es bastante discutible, como el Frente Popular para la Liberación y el Cambio, el Consejo Sirio Democrático o la Unión Democrática Kurda (UDK).

Justamente este último partido, la UDK, que controla vastas extensiones de territorio en el nordeste del país, ha estado en el centro de una profunda disputa. Turquía se ha opuesto a su participación, mientras que Rusia, que mantiene un pulso con Ankara, la favorece. Los turcos habían dicho que boicotearían la conferencia de Ginebra si acudía la UDK, y parece que a última hora se ha logrado un compromiso mediante el que la UDK se incorporará a las negociaciones “más tarde”, “en una segunda fase”.

En cuanto al conjunto de la “lista rusa”, a cuya presencia se oponía Riad, De Mistura parece haber resuelto el problema de manera salomónica: sus representantes han sido convocados “a título personal” y no en representación de sus organizaciones, se incorporarán a las negociaciones un poco más tarde, probablemente a mediados de la semana que viene, pero tendrán plenas competencias y no serán únicamente “observadores” como pretendía Riad. Todo un encaje de bolillos.

Las negociaciones serán indirectas. La delegación de Damasco no discutirá con las otras dos delegaciones. Habrá mediadores que se encargarán de llevar de una sala a otra las propuestas y contrapropuestas de cada una de las partes. De Mistura confía en que más adelante las delegaciones serán capaces de sentarse frente a frente, una idea que ahora mismo parece descabellada, máxime después de que anoche la “lista saudí” dijera que no acepta discutir cuestiones “políticas” con su contraparte de Damasco.

Espoleada por Riad, la “lista saudí” había exigido, como condición para acudir a Ginebra, la aplicación de “medidas humanitarias” por parte del régimen: el levantamiento de los cercos sobre las localidades controladas por los rebeldes, la provisión de ayuda humanitaria a la población civil, la liberación de prisioneros y el fin de los bombardeos de la aviación rusa contra posiciones rebeldes.

En algunos medios árabes se comenta que la verdadera preocupación de la “lista saudí” son los eficaces bombardeos rusos que en las últimas jornadas han servido de palanca al ejército para recuperar posiciones estratégicas, como la ciudad de Sheij Meskin, situada al sur de la capital, y que establece un enclave del régimen en un lugar clave de esa zona ocupada por los rebeldes desde hace mucho tiempo.

Comedia bufa

Un elemento inconfundible de comedia bufa es el pronunciamiento de la “lista saudí” de que su intención es establecer en Damasco un “gobierno no sectario”, un pronunciamiento que viniendo de Riad resulta cómico. Justamente, parece del todo punto inverosímil que los saudíes quieran o puedan establecer un gobierno menos sectario que el Baaz, y basta recordar la experiencia iraquí para comprender que eso es sencillamente imposible.

Otra cuestión en la que había insistido Riad era en apartar al presidente Bashar al Assad de cualquier papel en el gobierno de transición que debería constituirse en el plazo de seis meses. Al final se ha impuesto el realismo y los patrocinadores estadounidenses y rusos han optado por dejar abierta esta cuestión, para gran disgusto de Riad y sus aliados.

Quizás una de las diferencias más sustanciales entre esta conferencia y los anteriores encuentros, el último de los cuales fue hace dos años, es la presencia de Irán. Esto es otro aspecto que da un carácter más realista a las negociaciones que ha sido posible gracias a la rectificación de Washington, aunque la decisión angustie y mortifique a los saudíes sin el menor paliativo.

Esta semana De Mistura advirtió que en Ginebra habrá mucho teatro y que los delegados abandonarán las salas de negociaciones con frecuencia para mostrar su disgusto. De Mistura pronostica que esos mismos delegados volverán luego a las salas para seguir negociando. Este será otro elemento de la comedia bufa que trata de acabar con la terrible guerra siria.

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