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Obama busca dar un empuje a la candidatiura de Clinton desde Siria

El asedio contra Raqqa y Mosul, las dos grandes ciudades sirias que todavía continúan en poder del Estado Islámico, se inicia en vísperas de las elecciones presidenciales.

Un soldado extranjero sin identificar que apoya a las Unidades kurdas de Protección Popular (YPG) durante un combate a escasos 50 kilómetros de la ciudad de Raqqa. - AFP

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.- El reciente anuncio de la campaña aliada contra Raqqa, la capital del Estado Islámico en Siria, que se inició en la noche del sábado, ha coincidido en el tiempo con las elecciones estadounidenses. Probablemente no se trata de una coincidencia fortuita, ya que su anuncio se ha tenido que producir necesariamente por indicación del presidente Barack Obama.

La campaña contra Raqqa se ha puesto en marcha después de la ofensiva contra la ciudad iraquí de Mosul, que se inició tres semanas antes de los comicios. Las dos ofensivas parecen estar vinculadas con las elecciones y numerosos analistas las han visto como un empujón de Obama a la candidata demócrata Hillary Clinton.

Las primeras horas de la campaña contra Raqqa se han saldado con pequeñas operaciones militares sin trascendencia. Mientras un portavoz de la coalición Fuerzas Sirias Democráticas (FSD) ha anunciado la conquista de distintas posiciones del Estado Islámico a bastantes kilómetros de Raqqa, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres asegura que el progreso es por ahora insignificante.

De acuerdo con varios líderes kurdos, el plan de las FSD consta de tres etapas. La primera prevé la toma de posiciones del Estado Islámico en los alrededores de la capital del Califato y en principio debería durar aproximadamente una semana. La segunda prevé declarar un aislamiento completo de Raqqa, es decir interrumpir el contacto entre los sitiados y el exterior; y la tercera fase será la conquista de la ciudad. Para estas dos fases no hay todavía calendario y su progreso dependerá de cómo marchen las cosas.

Las FSD están integradas por combatientes principalmente kurdos, árabes y turcomanos, aunque la inmensa mayoría son kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo. Raqqa es una ciudad casi completamente árabe suní, de ahí que muchos habitantes vean con recelo que las fuerzas que los van a liberar sean básicamente kurdas. Antes de que empezara la revuelta en Siria, en 2011, la población de la ciudad era de 240.000 habitantes. Se estima que 80.000 de ellos han huido principalmente a otras partes de Siria y al exilio. La ciudad cayó en manos rebeldes en marzo de 2013 pero en enero de 2014 ya fue conquistada por el Estado Islámico, y en junio de ese año se proclamó el califato.

El carácter principalmente kurdo de las FSD también ha suscitado recelos en Turquía. El domingo, apenas unas horas después del inicio de la campaña contra Raqqa denominada oficialmente Gadab al Furat (Ira del Éufrates), llegó a Ankara el jefe del estado mayor del ejército estadounidense para entrevistarse con su homólogo turco. El encuentro se celebró a petición de Washington y terminó sin ningún comunicado. Sin embargo, en medios kurdos se asegura que los estadounidenses han prometido que ni las tropas turcas ni los aliados de los turcos participarán en la campaña.

Según el diario francés Le Figaro, existe un acuerdo explícito entre estadounidenses y rusos para que Alepo quede bajo influencia rusa a cambio de que Raqqa quede bajo influencia americana. Esta posible partición del pastel no ha sido comentada por ninguna de las partes, ni tampoco por Damasco.

Se estima que en la campaña Ira del Éufrates participarán 30.000 combatientes, en su inmensa mayoría kurdos. Frente a ellos están los yihadistas, aunque no se sabe cuántos milicianos hay dentro de Raqqa. Su número tiene que ser considerable puesto que la ciudad ha sido un imán para yihadistas de todo el mundo. En cualquier caso, los kurdos y los estadounidenses aseguran que la conquista no será una tarea fácil puesto que el Estado Islámico ha tenido mucho tiempo para preparar la ciudad para la defensa.

En los próximos días se verá si realmente la campaña va en serio o se ha hecho coincidir en el tiempo con las elecciones simplemente para dar un empuje a Clinton. Desde luego, el avance de los kurdos y sus aliados dependerá en buena medida de la resistencia de los yihadistas, pero también dependerá de la ayuda que los kurdos reciban de Estados Unidos, tanto en material militar como en asistencia de la fuerza aérea. No debe olvidarse que en Raqqa hay decenas de miles de civiles, lo que significa que el Estado Islámico los puede usar como escudos humanos para disuadir los bombardeos de EEUU, algo que haría mucho más difícil la conquista de la ciudad.

Una eventual caída de Mosul y Raqqa significaría un golpe muy duro para el Estado Islámico puesto que los yihadistas perderían el control de las dos ciudades que continúan en su poder. Sin embargo, aunque desaparecieran el califato y su califa, Abu Bakr al Bagdadi, tal como los conocemos ahora, no existe ninguna seguridad de que se acabaría con el yihadismo.

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