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Trump y Obama entierran sus diferencias tras reunirse durante una hora y media en la Casa Blanca

El encuentro entre los dos fue "cordial". Los dos olvidaron el tono agresivo de la campaña y se dedicaron elogios mutuos. Trump dijo que Obama es "un hombre muy bueno".

El presidente de EEUU, Barack Obama, y el presidente electo, Donald Trump, se estrechan la mano delante de los periodistas en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en su primera reunión tras las elecciones en EEUU. REUTERS/Kevin Lamarque

PÚBLICO | EFE

WASHINGTON.—El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump y el que aún ocupa el cargo, Barack Obama, se reunieron durante más de de hora y media en la Casa Blanca. La reunión, según contaron los dos protagonistas cuando comparecieron ante la prensa en el Despacho Oval, fue cordial. "Tengo un gran respeto por el presidente Obama. Hemos estado hablando durante una hora y media y estoy deseando tener más reuniones con él", dijo Trump en un tono conciliador, muy alejado del discurso rudo e incluso insolente que empleó en la campaña, cuando llegó a poner en duda que Obama hubiera nacido en los Estados Unidos.  

En ese tono amable que presidió el encuentro, Donald Trump aseguró también que está "impaciente" por trabajar con el presidente del país, Barack Obama, a quien describió como un "hombre muy bueno" al que no dudará en acudir para recibir consejo durante su Presidencia, tras reunirse con él en la Casa Blanca.

Obama y Trump hablaron muy brevemente a la prensa después de la reunión y no aceptaron preguntas de los periodistas.

Barack Obama, por su parte, se mostró "alentado" por la conversación que mantuvo con Donald Trump. El todavía presidente aseguró haber mantenido un "excelente" diálogo sobre política nacional e internacional con el que será su sucesor.

Barack Obama dijo que hará todo lo posible para que el líder electo "tenga éxito" por el bien de todo el país. "Quiero enfatizar, señor presidente electo, que ahora vamos a hacer todo lo que podamos para ayudarle a tener éxito, porque si usted tiene éxito, el país tendrá éxito", afirmó Obama al concluir su reunión con Trump en la Casa Blanca.

"Me siento muy alentado por el interés del presidente electo Trump en trabajar con mi equipo sobre muchos de los temas que afronta este gran país", sostuvo Obama, sentado junto a Trump frente a la chimenea del Despacho Oval. "Creo que es importante que todos, independientemente de nuestro partido y preferencias políticas, nos unamos ahora y trabajemos juntos para lidiar con los muchos retos que afrontamos", añadió.

Mientras se reunían los hombres, la primera dama, Michelle Obama, recibió en la residencia presidencial a su sucesora, Melania Trump, con quien también mantuvo "una excelente conversación", en palabras del actual mandatario.

"Queremos asegurarnos de que se sienten bienvenidos durante los preparativos para la transición", subrayó Obama.

Barack Obama está empeñado en que la transición de poder entre él y Trump sea modélica y va a poner todo su empeño y todos sus medios para que así sea. Esta primera reunión es el comienzo de la transferencia de poderes. Trump jurará el 20 de enero como presidente de Estados Unidos en la escalinata del Capitolio, donde dará su discurso inaugural.

No obstante, la tensión entre Obama y Trump quedó patente en la sigilosa llegada del presidente electo, que ingresó a la Casa Blanca por el jardín sur para evitar a la prensa, y en el hecho de que, al menos hasta ahora, no se haya difundido ninguna foto oficial entre la actual Administración y la próxima. En noviembre de 2008, el entonces presidente electo Barack Obama y su esposa Michelle se hicieron una foto frente a la Casa Blanca con el mandatario saliente, George W. Bush, y su mujer Laura, el día en que les recibieron por primera vez.

Donde sí hubo tensión, aunque controlada, fue en la calle. donde cientos de personas se manifestaron en contra de Trump y sus políticas.

Aprovechando su visita a Washington, Trump añadió en su agenda sendas reuniones con los líderes republicanos del Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell.

Ryan, el republicano con más poder en el Congreso, ha sido muy crítico con Trump durante la campaña y renunció a hacer actos electorales con él en octubre debido a la polémica que se desató tras la publicación de un vídeo grabado en 2005 y en el que el candidato hacía comentarios ofensivos contra las mujeres. También en el Congreso, McConnell tiene previsto celebrar una reunión a puerta cerrada con Trump y Pence.

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