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La oposición aspira a democratizar la monarquía bahreiní

Los manifestantes siguen acampados para exigir al rey que renuncie a sus poderes

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La oposición de Bahrein quiere que el régimen cumpla las promesas de diálogo que formuló el sábado cuando decidió sacar de las calles de la capital, Manama, a las tropas y a la Policía que reprimían las protestas y que a lo largo de la semana mataron a media docena de manifestantes.

Millares de manifestantes pernoctaron la noche del sábado al domingo en la plaza de la Perla de Manama para exigir reformas de gran calado que incluyan un sistema de monarquía constitucional similar a los que existen en Europa y en el que el pueblo elija al Gobierno mediante sufragio universal.

'El conflicto adquirirá pronto un color étnico', advierte un experto

Por segundo día, las tropas y la Policía permanecieron alejadas de la zona donde han acampado los manifestantes. La oposición ha exigido la adopción de medidas drásticas como la elección del primer ministro por sufragio, la abolición de los extensos poderes del monarca y terminar con los privilegios de la minoría suní.

La mayoría de los manifestantes son chiíes. Los chiíes representan el 70% de la población y son quienes más exigen las reformas, puesto que el rey Hamad ben Isa al-Jalifa pertenece a una dinastía suní.

Algunos observadores, como el profesor israelí Hillel Frisch, de la Universidad Bar-Ilan de Tel Aviv, creen que el rey de Bahrein se encuentra ahora mismo bajo una fuerte presión de Occidente y de Arabia Saudí, su principal aliado, para no ceder a las demandas de los chiíes. 'Lo más probable es que [el conflicto] pronto adquiera la coloración de un conflicto étnico-nacional', advierte Frisch.

Mientras tanto, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, inició ayer una gira por Oriente Próximo para subrayar el compromiso de Washington con la estabilidad en la región.

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