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La oposición egipcia no se fía de las promesas del régimen

El Gobierno se reúne con las fuerzas anti-Mubarak y anuncia la creación de un comité para reformar la Constitución. Los opositores exigen la salida del presidente para seguir negociando

ÓSCAR ABOU-KASSEM

En una reunión inimaginable hace dos semanas, cuando empezó la revuelta popular que exige el fin del régimen de Hosni Mubarak, el Gobierno egipcio mantuvo un encuentro con los principales representantes de la oposición. La presencia más notable fue la de los Hermanos Musulmanes, demonizados durante décadas por Mubarak ante los ojos de Occidente y que ahora se han convertido en un actor fundamental para arrancar el proceso de transición.

Todos los miembros de la oposición que asistieron a la cita afirmaron que seguían siendo muy escépticos sobre las intenciones del Gobierno, representado por Omar Suleimán, el vicepresidente. Suleimán se encargó durante años, como jefe de los servicios secretos, de dirigir la lucha contra los Hermanos Musulmanes.

En la reunión se acordó establecer un comité para la reforma de la Constitución. El resto se limitó a buenas intenciones por parte del régimen. Todavía se está lejos de alcanzar la principal exigencia de los manifestantes en la plaza Tahrir, liderados por el Movimiento 6 de Abril, formado principalmente por jóvenes. 'En principio seguimos rechazando tanto el diálogo como la negociación antes de que se vaya Mubarak. Estamos abiertos a negociar el futuro de Egipto, pero sólo cuando se vaya Mubarak', afirmó Mohamed Adel, miembro del Movimiento 6 de Abril. Ese es el sentimiento en la plaza Tahrir. Hasta que no tengan la cabeza de Mubarak en bandeja de plata, los manifestantes no se volverán a casa.

Los Hermanos Musulmanes tuvieron que hacer malabarismos políticos para justificar su presencia en la reunión, después de haberse pasado toda la semana rechazando negociar hasta que Mubarak abandonara el cargo.

'El proceso negociador es opaco. Nadie sabe en qué parte de las conversaciones estamos'

En la ciudad de Alejandría, un feudo del movimiento islamista, los líderes locales vieron como un signo de debilidad haber asistido al encuentro. 'No se pueden llamar negociaciones. Necesitamos que el presidente cambie los artículos 76 y 77, disuelva el Parlamento, libere a los presos políticos y se acabe el estado de emergencia', dijo Abdel Monem Abul Fotuh, el representante del movimiento islamista en la reunión. 'Mientras no se cumplan estas condiciones, los jóvenes seguirán manifestándose al mismo tiempo que se negocia', dijo.

Hay un acuerdo inicial para modificar los artículos 76 y 77 de la Carta Magna, que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial y el número de mandatos que se puede cumplir. Durante la tarde también se especuló con que el régimen levantara el estado de emergencia declarado en 1981, que permite detenciones arbitrarias y con el que se ha reprimido brutal y sistemáticamente a la oposición egipcia bajo la excusa de la amenaza terrorista.

'El proceso negociador es opaco. Nadie sabe en qué parte de las conversaciones estamos. Todo lo controlan los militares y eso es parte del problema. El presidente es un militar, el vicepresidente es un militar y el primer ministro es un militar', afirmó Mohamed el Baradei tras la reunión, a la que mandó un delegado.

Egipto se encamina a conciliar la negociación con la protesta en la calle. En la plaza Tahrir se volvieron a congregar miles de egipcios que mantienen su exigencia inalterable: 'Nosotros nos quedamos, Mubarak se va'. Muchos han decidido no salir de ella ante el temor de que el Ejército no les vuelva a dejar entrar.

Los manifestantes han recuperado el espíritu festivo de la protesta

La plaza se va pareciendo cada día más a un campo de refugiados con tiendas de campaña provisionales junto a las cuales se desarrolla la vida de un grupo de egipcios que cuentan con los medios suficientes para resistir hasta que Mubarak se vaya.

Para seguir reforzando su sentimiento de grupo, se celebró una misa en la que la comunidad copta fue protegida de manera simbólica por los manifestantes. También se celebró un funeral por las víctimas que se han registrado durante la revuelta popular, al menos 300, según la ONU.

Superado el trauma que supuso el ataque de los seguidores de Mubarak, el pasado miércoles, los manifestantes han recuperado el espíritu festivo de la protesta. Las familias, niños y ancianos, vuelven a ser visibles en la plaza. Es a todos ellos a quienes tendrán que convencer el régimen y la oposición en el caso de alcanzar un acuerdo para iniciar la transición.

Cronología

25 de enero
Primeras manifestaciones
La onda expansiva de las protestas en Túnez llega a Egipto, donde miles de personas recorren las calles de El Cairo para pedir la dimisión de Hosni Mubarak.

28 de enero
Cierre de Internet
Después de tres días de protestas, el Gobierno egipcio bloquea todas las conexiones a la red y la telefonía móvil. Se decreta el toque de queda. Sólo ese día mueren al menos 70 personas.

1 de febrero
Mubarak no dimite
El presidente de Egipto anuncia que no se presentará a las próximas elecciones, pero se niega a abandonar el poder. Dos días antes, nombra a Omar Suleimán vicepresidente. El día 3, Mubarak dice a la cadena ABC que está “cansado” y que quiere irse, pero no puede hacerlo. “Si dimito hoy, será el caos”, asegura.

5 de febrero
Respaldo de Estados Unidos
El enviado de Barack Obama para mediar en la crisis dice que el dictador debe seguir en el cargo para hacer posible la transición. El mismo día, la cúpula del partido en el Gobierno dimite en bloque.

6 de febrero
Negociaciones
El Gobierno y la oposición pactan la creación de un comité para reformar la Constitución. Los grupos anti-Mubarak consideran insuficientes las ofertas de Omar Suleimán y piden la salida del ‘rais’. 

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