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Las acusaciones entorpecen el inicio de las conversaciones entre oposición y Gobierno sirios en Ginebra

La oposición dice que no ha ido a la ciudad suiza a negociar sobre el conflicto sino a sentar las bases del proceso, mientras Damasco asegura no acepta precondiciones

Rueda de prensa de Salim al-Muslat, portavoz de la Comisión Suprema para las Negociaciones (HNC, según sus siglas en inglés), el principal grupo de la oposición siria en las conversaciones de paz en Ginebra. REUTERS/Denis Balibouse

Marta Hurtado e Isabel Saco / EFE

GINEBRA.- Los enormes obstáculos que enfrentan las negociaciones de paz entre el Gobierno y la oposición sirios quedaron patentes este domingo con los discursos acusatorios que se cruzaron las delegaciones y las dificultades para lanzar las conversaciones indirectas entre ellas, con la mediación de la ONU.

"No estamos aquí para negociar, sino para sentar las bases para poder hacerlo", dijo el delegado de la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), principal coalición opositora política y armada, Bassma Kadamani.

Esto mismo fue confirmado por el jefe de la delegación gubernamental, Bashar Jafaari, cuando afirmó: "Las conversaciones indirectas todavía no han empezado formalmente".

Sin embargo, la oficina del mediador de la ONU en este proceso diplomático, Staffan de Mistura, comunicó a la prensa al final de la tarde que el lunes éste se reunirá por la mañana con la delegación gubernamental y por la tarde con la opositora.

Algunos delegados opositores no tardaron más de media hora en empezar a declarar que mañana no tienen previsto ningún encuentro con De Mistura, añadiendo confusión a la situación.

El mediador acudió esta mañana al hotel donde se alojan los representantes de la oposición, en una visita que su oficina comunicó que fue "de cortesía". De Mistura se había reunido el viernes con los delegados gubernamentales en la sede de Naciones Unidas en esta ciudad, en una cita que se describió como "preparatoria"

La CSN aceptó enviar una delegación a Ginebra después de varios días de vacilaciones y sólo tras asegurar que había recibido garantías de diferentes gobiernos que la apoyan de que se atenderían sus peticiones a favor de un acceso humanitario a las áreas cercadas militarmente y para que cesen los bombardeos contra poblaciones civiles.

Sin embargo, Jafaari aseguró, en una comparecencia ante la prensa, que no aceptará "ninguna precondición" y acusó a la delegación opositora de falta de seriedad e, incluso, de vínculos con el terrorismo. "No sabemos quién se sentará a la mesa con nosotros... ni siquiera De Mistura lo sabe", lamentó.

En estas circunstancias, la ONU intentó aclarar que el proceso formal de negociación en realidad no ha comenzado.

La portavoz del mediador, Jessy Chahine, confirmó  que el encuentro que esta mañana entre De Mistura y la oposición "fue informal" y que "no formó parte de las negociaciones".

La oposición pide cumplir la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU relacionada con cuestiones humanitarias. "Queremos que la comida llegue a nuestros niños; ver que las familias están a salvo en sus hogares y sin ser bombardeadas por Rusia; y que las mujeres en las cárceles de (el presidente Bachar Al) Asad sean liberadas. Esto es importante para nosotros", comentó a los periodistas el portavoz opositor, Salem Muslit.

Adelantó, en ese sentido, que se quedarán en Ginebra el tiempo que sea necesario y que no se han impuesto ninguna fecha límite, lo que de algún modo representa un riesgo menos de fracaso anticipado de estas conversaciones.

Medios de prensa han citado en las últimas horas a opositores diciendo que si sus exigencias no se cumplen partirán de Ginebra en 48 horas. "Estamos esperando que la otra parte dé un paso adelante; si ellos dan uno, nosotros daremos diez", aseguró Muslit.

Un periodista graba en su teléfono móvil la comparecencia del embajador de Siria en la ONU, Bashar al Jaafari, por las conversaciones de paz de Ginebra. REUTERS/Denis Balibouse

Un periodista graba en su teléfono móvil la comparecencia del embajador de Siria en la ONU, Bashar al Jaafari, por las conversaciones de paz de Ginebra. REUTERS/Denis Balibouse

De otra parte, Jafaari rechazó cualesquiera "interferencias extrajeras" en este proceso, refiriéndose a los países occidentales y árabes, principalmente Estados Unidos y Arabia Saudí, que apoyan a la oposición armada y política siria.

A este respecto, Muslit identificó a países muy distintos como los responsables de tal interferencia: "Para nosotros, la lucha no es sólo contra Asad, sino contra la ocupación. Irán está ocupando Siria. Rusia está ocupando Siria. Los terroristas son reclutados por este régimen para luchar contra los sirios".

Este proceso de paz es el tercer intento de Naciones Unidas y la comunidad internacional de poner fin a una guerra que en un lustro ha causado la muerte de más de 260.000 personas y ha desplazado a más de 13 millones de habitantes. Además, 4,5 millones de sirios residen en zonas del país donde la asistencia humanitaria no llega con regularidad, y de ellos 450.000 viven sitiados. 

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