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Crisis de Catar Arabia Saudí, Egipto, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos cortan relaciones con Catar

Le acusan de apoyar el terrorismo y amenazar su seguridad

Una imagen de un mapa de Catar. | REUTERS

EFE

Cuatro países árabes, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, anunciaron a última hora del domingo que han roto sus relaciones diplomáticas con Catar, país al que acusan de apoyar el terrorismo y amenazar su seguridad.

"El Gobierno del Reino (saudí) decidió romper relaciones diplomáticas y consulares con el Estado de Catar, y cerrar todos los puertos terrestres, marítimos y aéreos" ante medios de transporte de nacionalidad catarí, según la agencia oficial saudí, SPA. Asimismo, prohibió a los ciudadanos saudíes que viajen al emirato y pidió a sus nacionales residentes en ese país que lo abandonen en un plazo de 14 días.

De la misma forma, los cataríes no podrán entrar o transitar por Arabia Saudí, y los residentes y visitantes oriundos de Catar tendrán que salir del reino antes de dos semanas. Riad justificó estas medidas por las "graves violaciones" de Catar que "ponen en peligro la soberanía" saudí, así como por su apoyo a "organizaciones terroristas", entre las que citó a los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico (EI) y Al Qaeda.

Este anuncio se produce pocas horas después de que los ministros de Exteriores egipcio y saudí se reunieran en El Cairo. Por su parte, el Gobierno egipcio acusó una vez más a Catar de apoyar a los terroristas y de intervenir en los "asuntos internos" de Egipto y los países de la región de forma desestabilizadora.

La ruptura no tiene precedentes entre los países miembros más poderosos del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo.

El movimiento es el resultado de una disputa sobre el apoyo de Catar a la Hermandad Musulmana, el movimiento islámico más antiguo del mundo, y añade acusaciones de que Doha aún respalda la agenda del archienemigo regional Irán.

Los tres estados del Golfo anunciaron el cierre de las relaciones de transporte con Catar y dieron a los visitantes y residentes de Catar dos semanas para abandonar sus países. Catar también fue expulsado de una coalición liderada por Arabia Saudí que lucha en Yemen.

El Gobierno libio aliado de El Cairo y el Gobierno yemení aliado de Riad se unieron al órdago contra Catar, que también ha sido expulsado de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí que interviene en el Yemen a favor de Hadi y en contra de los rebeldes hutíes. Estos últimos, respaldados por Irán, dijeron a través de su página de Facebook: "Condenamos las acciones dirigidas contra Catar y estamos listos para cooperar con él".

La división entre Doha y sus aliados más cercanos puede tener graves consecuencias en Oriente Próximo, donde los estados del Golfo han utilizado su poder financiero y político para influir en los acontecimientos en Libia, Egipto, Siria, Irak y Yemen.

El conflicto yemení es uno de los muchos asuntos en los que tendrá repercusiones la ruptura de relaciones con Catar, que profundiza la división entre los aliados árabes suníes y aquellos que no se encuentran bajo el paraguas de Arabia Saudí y mantienen mejores relaciones con su acérrimo enemigo del golfo, Irán.

Además de los conflictos regionales, en los que Catar interviene de forma indirecta, la decisión anunciada hoy afecta en primer lugar al tráfico aéreo en la región, que es un importante nudo de conexiones entre Europa, África y Asia.

Qatar Airways anunció la suspensión de los vuelos a y desde Arabia Saudí y esta aerolínea no podrá sobrevolar ni este país, ni EAU -ubicado al sur-, ni Baréin -al norte.

Por su parte, la compañía emiratí Etihad Airways, con sede en Abu Dabi, informó de que sus aviones no volarán "hasta nuevo aviso" a Catar a partir de mañana, al igual que la aerolínea egipcia de bandera Egyptair.

Esta nueva crisis diplomática con Catar tiene lugar después de que el Gobierno de este país denunciara una campaña mediática contra el emirato, asegurando que su  agencia oficial de noticias fue pirateada para divulgar declaraciones atribuidas al emir Tamim bin Hamad al Zani, que causaron malestar en los países del golfo.

Se trata de unas medidas más severas que durante la ruptura anterior de ocho meses en 2014, cuando Arabia Saudí, Baréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha. En ese momento, los enlaces de viajes se mantuvieron y los cataríes no fueron expulsados. Por su parte, Egipto ha mantenido unas relaciones muy tensas con Doha desde el golpe de Estado contra el presidente islamista Mohamed Mursi en 2013, respaldado por el emirato.

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