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Palestina rechaza mantener el statu quo con Israel

La situación de los últimos años en el conflicto árabe-israelí es insostenible y la pasividad de Estados Unidos y la Unión Europea la ha alejado más que nunca de una solución, a un punto que probablemente ya es irreversible. En este contexto la dirección palestina dice basta y grita a la comunidad internacional que tome cartas y asuma responsabilidades sin más demora.

Vista del muro de separación israelí que divide el campo de refugiados palestinos de Shuafat y la barriada judía de Pisgat Zeev, considerado un asentamiento judío. EFE

EUGENIO. G. GASCÓN

JERUSALÉN.- Mohammed Stayeh, miembro del comité central de Fatah y una de las personas más cercanas al presidente Mahmud Abás, no duda en calificar esta semana como “una de la más cruciales en la historia del pueblo palestino”.

Gran parte de esta importancia se deriva de la frenética actividad diplomática que se vive estos días a la sombra del Consejo de Seguridad, donde se están discutiendo intensamente dos propuestas de resolución, una palestino-jordana y otra francesa.

Las propuestas se diferencian básicamente en que la primera fija un término de dos años para que Israel complete la evacuación de los territorios ocupados, mientras que la segunda estipula vagamente que al cabo de dos años las negociaciones entre Israel y los palestinos tienen que haber concluido.


Stayeh advierte que estos días también asistimos a “un cambio estratégico en nuestra lucha contra Israel” que va de la mano de una “internacionalización del conflicto”. Según Stayeh, la quietud proverbial de la dirección palestina ha tocado fondo y el statu quo “ha dejado de ser sostenible”.

Las discusiones entre los dirigentes palestinos y el secretario de Estado John Kerry no han dado ningún resultado hasta ahora. Fuentes palestinas indican que Kerry asegura que Estados Unidos vetará la propuesta de resolución jordano-palestina y de momento prefiere no pronunciarse sobre la francesa.

El primer ministro Benjamín Netanyahu no solo exige a Washington que vete la iniciativa palestino-jordana sino también la francesa, y el expresidente Shimon Peres se ha reunido con el presidente François Hollande para exigirle que retire la propuesta que los franceses coordinan con el Reino Unido y Alemania, o que al menos la aplace hasta después de las elecciones israelíes del 17 de marzo.

Las discusiones entre los dirigentes palestinos y John Kerry no han dado ningún resultado hasta ahora.


En medios diplomáticos israelíes se acusa a la administración de Barak Obama de estar detrás de la propuesta francesa. Obama la habría impulsado a causa de sus malas relaciones con Netanyahu, aunque todavía está a tiempo de pararla, dicen en estos medios.

En el entorno de Netanyahu se quita hierro y se advierte de que las posibilidades que hay delante son electoralmente beneficiosas para el primer ministro saliente, puesto que si el Consejo de Seguridad rechaza las dos propuestas Netanyahu dirá que ha sido gracias a él, y si el Consejo de Seguridad aprueba alguna de ellas podrá argumentar que solo él es capaz de hacer frente a ese revés.

Hollande ha rechazado la petición de Peres, y su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, ha declarado que ha llegado el momento de trabajar “seriamente” para resolver el conflicto, lo que da a entender que hasta ahora no se ha trabajado con seriedad.

Sin embargo, la última palabra la tiene Obama y aquí entran en juego consideraciones de la política interior americana y de sus peculiares relaciones con Israel.

Los palestinos han pedido que el texto francés incorpore la congelación total de las colonias judías en los territorios ocupados desde el primer día, lo que Fabius ha aceptado, y que incluya que Jerusalén oriental será la capital del Estado palestino, lo que no está claro si se ha aceptado.

Los palestinos insisten una y otra vez en que las cosas no pueden seguir como hasta ahora, una situación que Israel aprovecha para construir a destajo en los territorios ocupados. Las negociaciones en el marco conocido hasta ahora, el creado por los acuerdos de Oslo de 1993, se han revelado inútiles.

Los palestinos han pedido que el texto francés incorpore la congelación total de las colonias judías

En su último intento, Kerry propuso una negociación de seis meses. Los palestinos la aceptaron. El secretario de Estado pidió entonces nueve meses. Los palestinos volvieron a aceptarla. Al final esta iniciativa acabó sin ningún resultado. Esto fue en primavera. En los últimos meses Kerry ni se ha dignado a viajar a la región.

El ministro de Exteriores palestino, Riad Malki, ve con buenos ojos la iniciativa francesa, aunque también ha pedido a Fabius que en lugar de dos años de negociaciones sea un año, de manera que luego se añada un segundo año para concretar la evacuación.

Además se oponen frontalmente a reconocer a Israel como “Estado judío”, algo que Fabius habría “entendido”.

Asimismo, quieren que en la propuesta francesa figure una mención explícita a los refugiados palestinos y a la resolución 1515 del Consejo de Seguridad, así como a la resolución 194, que pide una solución “justa” para los refugiados expulsados por Israel.

Mohammed Stayeh advierte de que el tiempo para una solución de dos Estados se está agotando y recuerda que ahora mismo las cifras indican que entre el río Jordán y el Mediterráneo hay 6,1 millones de israelíes judíos y 6,1 millones de palestinos, exactamente la misma cantidad de unos y otros, mientras que el índice de natalidad es más elevado entre los palestinos.

Los dirigentes palestinos aseguran que si el Consejo de Seguridad rechaza las resoluciones, ya sea con el veto de Estados Unidos o porque no pasan el umbral de los nueve votos necesarios, acudirán a los foros internacionales, incluida la Corte Penal Internacional, donde denunciarán la ocupación y los supuestos crímenes de guerra que Israel comete a diario.

Mohammed Stayeh advierte de que el tiempo para una solución de dos Estados se está agotando

Por su parte, Netanyahu insiste en que no cederá “a ninguna presión internacional”. Los israelíes son los principales defensores de un statu quo que juega a su favor. Y lo cierto es que Israel hasta ahora no ha tenido que hacer frente a ninguna presión internacional.

Dirigentes israelíes se apresuran a calificar de “antiisraelíes” cada crítica que recibe el país, a pesar de que estas críticas son realmente “antiocupación”, ya que Europa jamás ha cuestionado la existencia de Israel sino solo la ocupación.

Las respuestas israelíes, que ya han comenzado, no se limitan a condenas verbales. En las últimas horas el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, ha firmado la orden de evacuación de varias bases militares en los territorios ocupados, no para entregar las tierras a los palestinos sino para cederlas a las colonias judías.

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