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La parálisis política empuja a Bélgica al abismo financiero

El rey media entre los partidos para facilitar un nuevo Gobierno mientras la prima de riesgo se dispara

DANIEL BASTEIRO

Hizo falta más de un año para poner de acuerdo a las dos mitades de Bélgica sobre cómo adelgazar el Estado, pero la misión imposible a la que se parece la formación de un nuevo Gobierno del país ya no depende de las disputas identitarias. Ahora se trata de un enfrentamiento ideológico que podría acabar con la credibilidad financiera del país.

El interés que exigen los inversores al país por emitir deuda a diez años superó la barrera psicológica del 5%, consolidando a Bélgica dentrodel club de países acorralados por la especulación. La presión de los mercados lleva semanas creciendo, en parte por la falta de solución a la crisis del euro y en parte por los problemas del propio país, incapaz de formar Gobierno 528 días después de las elecciones.

La división entre partidos impide que se aprueben los presupuestos

El rey Alberto II comenzó consultas con los seis partidos que participaban en las negociaciones de un austero presupuesto para 2012 tras la dimisión de Elio di Rupo, líder de los socialistas francófonos y encargado de formar Gobierno.

La disputa enfrenta a Di Rupo, que tiene el respaldo de los democristianos y socialistas (tanto flamencos como francófonos), con los dos partidos liberales del país. El Gobierno tiene que reunir 11.300 millones en 2012, ya sea a través de recortes del gasto público o subidas de impuestos. La exigencia fue reforzada la semana pasada por la Comisión Europea, que recuerda que la parálisis política ha hecho que el déficit supere el límite del 3%, de obligado cumplimiento el año que viene.

Los liberales flamencos, que ya precipitaron la caída del último Gobierno estable, que sigue en funciones, se opusieron por la subida de varias tasas, que consideran excesiva. De los 11.300 millones, 2.800 podrían reunirse a través de impuestos, sin contar otros gravámenes adicionales a la banca, a la energía nuclear o a la lucha contra el fraude fiscal. En su lugar, propusieron junto a su formación hermana de habla francófona reducir el gasto en Seguridad Social y funcionarios en 650 millones adicionales, lo que llevó a Di Rupo a tirar la toalla.

Se estudia formar un Gobierno técnico para frenar a los especuladores

'Su camisa ya estaba planchada y los motoristas estaban listos para escoltarlo hasta el rey', aseguraron al diario La Libre Belgique fuentes de los liberales francófonos, cuyo líder, Charles Michel, aseguró que la renuncia de Di Rupo parecía estar preparada.

Según algunos analistas, lo más probable es que el rey rechace la dimisión del líder socialista francófono, llamado a ser el próximo líder del país, ya que la mayor parte del presupuesto estaba acordado.

Alberto II continuará hoy con las consultas, pero la lenta agonía del país y el riesgo real de que los especuladores acaben tumbando al Estado hizo que corriesen todo tipo de especulaciones sobre los próximos pasos.

La deuda del país, que supera el 100% del PIB (la española no llega al 70%) y el nombramiento del Yves Leterme, primer ministro en funciones, como hombre fuerte de la OCDEa final de año hacen que ya no se descarte ni la posibilidad de un nuevo Gobierno de tecnócratas. 'Nadie entre nuestros responsables políticos está a favor, pero muchos lo consideran ya plausible', según un análisis del diario Le Soir.

Según Jean Faniel, politólogo de un centro de estudios, 'la politización de la sociedad belga tampoco lo haría fácil. Hasta en el Banco Nacional la mayoría de sus dirigentes están ligados a una familia política', lamenta.

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