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Un paseo por el Berlín revolucionario

JAVIER PÉREZ DE LA CRUZ

Si uno llega a Berlín pocos días antes del primer día del mes de mayo, escuchará por todas partes que una gran fiesta se avecina, la mayor de todo el año, dirán algunos.  Y eso en Berlín es mucho decir. Se trata del MyFest, un festival callejero celebrado en el barrio de Kreuzberg desde 2003 y que se extiende durante toda la jornada del día de los trabajadores. Más de 100.000 personas disfrutan del ambiente, de la música procedente de numerosos escenarios sin preguntarse el porqué de esa fiesta. Otros, en cambio, sí lo hacen, como William Haywood.

'El MyFest es oficialmente un festival organizado por vecinos, por negocios locales, pero en realidad está financiado por la policía berlinesa. Y tiene el objetivo de expulsar a la manifestación revolucionaria y a todo su contenido político de Kreuzberg en el Primero de Mayo'. Nos encontramos en mitad del tour Revolutionary Berlin, y William Haywood guía a un grupo de diferentes nacionalidades por las calles del barrio. Lo cierto es que uno de los recuerdos que el visitante se puede llevar a casa del MyFest es el vaso de plástico, del que ha estado bebiendo cerveza todo el día, con el logo de la policía. William sostiene que el festival es una estrategia policial que no elimina la violencia porque 'la gente se emborracha y, obviamente, por la noche hay muchos disturbios, muchos más que en las manifestaciones en la mayoría de los años'.

Pero vayamos al principio. El grupo se encuentra en Kottbusser Tor, donde arranca el paseo. Conocido popularmente como Kotti, este es el centro neurálgico de Kreuzberg. Aquí se encuentra un centro de información contra la gentrificación del barrio, que está forzando a mucha gente a tener que abandonar las casas de alquiler en las que han vivido durante casi toda, o toda, su vida. Solo en la ciudad de Berlín, se dieron 6.777 desahucios. En esta zona son principalmente ciudadanos de origen turco, que llegaron a Alemania durante la década de los 60 y que se instalaron donde los precios eran más bajos. Con el paso del tiempo el barrio fue politizándose debido a la llegada de jóvenes pacifistas e izquierdistas de todo el país, pues vivir Berlín Occidental eximía de tener que realizar el servicio militar obligatorio. Todos ellos son los que hoy luchan contra la especulación de numerosos actores económicos que están elevando el precio de los alquileres. En 2013 se incrementaron un 8%, más que en cualquier otra ciudad del país, según los datos del Instituto Alemán para Estudios Económicos (Deutschen Instituts für Wirtschaftsforschung).

Al doblar la primera esquina de la ruta, el grupo percibe en directo el ambiente reivindicativo del barrio. En la Oranienplatz se están manifestando los emigrantes y los refugiados. Protestan porque recientemente han sido desalojados del campamento provisional que habían levantado en esta plaza. En octubre de 2012, estos llegaron a Berlín tras una marcha a pie de 600 kilómetros con el objetivo de denunciar las condiciones en las que viven en suelo alemán. Llegaron a Europa desde diferentes partes del mundo, como Afganistán, Sudán o Ghana. Un grupo de ellos pasó por Lampedusa tras escapar de la guerra en Libia. Su lucha consiste en conseguir permisos de residencia para todos los miembros del viejo campamento, los papeles necesarios para trabajar, así como el fin de las deportaciones. Esta es la causa que ha protagonizado las movilizaciones más multitudinarias del barrio durante los últimos meses y tendrá un papel principal en la manifestación de este 1 de mayo.

Este es ya el quinto año que William realiza estos tours, y según cuenta, continuamente tiene que rescribir su guion debido a las novedades que se dan año tras año. Lo que no debe cambiar es la explicación realizada en la Lausitzerplatz, cerca de la transitada estación de metro de Görlitzer. En esta plaza comenzaron los disturbios de 1987. 'Aquí se estaba celebrando un festival callejero pacífico', recuerda el guía. Aquello terminó en una violenta batalla campal con la policía, que tras ver cómo se levantaban barricadas y ardían coches, se acabó marchando del barrio, para no volver hasta por la mañana y acabar con el levantamiento. Más de 100 heridos, casi medio centenar de detenidos, tiendas saqueadas y la estación de Görlitzer incendiada fue el balance final. Desde entonces, se comenzaron a convocar manifestaciones revolucionarias a las que acudieron miles y miles de personas, manifestaciones que nada tienen que ver con las convocadas cada año por los sindicatos, llevadas a cabo por la mañana. 

La fama que adquirió la cita no eliminó los problemas entre los organizadores, ya de por sí diferenciados entre las diversas tendencias de izquierda alternativa. De hecho, los empeoró. Especialmente intensos fueron los desencuentros entre los grupos marxistas y los autónomos, tanto que durante años cada uno organizó su propia manifestación, los primeros a las 13:00 horas y los segundos a las 18:00. Incluso la extrema derecha ha intentado realizar sus propias marchas, como las Juventudes Nacionaldemócratas (Jungen Nationaldemokraten), que es oficialmente la asociación juvenil del NPD. Al fin y al cabo, fue Hitler quien proclamó el Primero de Mayo como fiesta nacional en Alemania.

Durante los 25 años en los que se llevan celebrando todas estas marchas, los choques con la policía, la violencia y los disturbios han estado presentes prácticamente siempre, con mayor o menor intensidad. Los incidentes más graves de los últimos años se produjeron en 2009, cuando hubo más de 200 heridos y casi 300 personas detenidas. En cambio, en otras ocasiones, como la de 2013, la calma es la principal protagonista. ¿Por qué estos cambios tan bruscos de un año para otro? 'Hay un estudio en el que investigadores de la Freie Universität de Berlín, a través de entrevistas con manifestantes, han llegado a la conclusión de que solo hay violencia cuando los manifestantes se sienten provocados por la policía', afirma William.

El tour llega a la Mariannenplatz antes de abandonar el barrio. Este es otro de los lugares históricos de la escena de la extrema izquierda berlinesa, en especial del movimiento okupa. Las escaramuzas con la policía y la ocupación del antiguo hospital Bethanien inspiraron al mítico grupo de música Ton Steine Scherben. Su música, así como los paseos organizados de William Haywood, recuerdan que Kreuzberg es mucho más de lo que uno aprecia a primera vista.

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