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Portugal intensifica su ayuda a Madeira tras el terrible temporal

Por el momento, son 42 las personas que han perdido la vida y 120 han resultado heridas. No se descartan más víctimas. Equipos de rescate de todo el país se han trasladado a la isla

PÚBLICO.ES/AGENCIAS

Las autoridades de Madeira han logrado restaurar de forma parcial los servicios y las comunicaciones en la isla, arrasada este fin de semana por las lluvias torrenciales. Por el momento, la cifra oficial de muertos asciende a 42, con 120 heridos y cuatro personas aún desaparecidas. El Gobierno ha decretado tres días de luto, mientras que este lunes se reúne el consejo de ministros para evaluar la situación.

Los habitantes de Funchal temen que aún aparezcan más muertos a medida que se retiren las piedras, el barro y la acumulación de troncos y escombros. Según el secretario de Asuntos Sociales de la región, Francisco Ramos, hay también más de 250 desalojados, que han sido acogidos en instalaciones militares e instituciones públicas.

'Seguimos trabajando sobre el terreno para restablacer los servicios y proporcionar la ayuda necesaria', dijo a los medios portugueses.

Las lluvias torrenciales que cayeron durante casi 15 horas sobre la isla desencadenaron la peor tragedia que recuerdan los madeirenses. La población está acostumbrada a las riadas y hundimientos por las características de la regiónportuguesa, pero no de esta magnitud.

Las comunicaciones telefónicas han sido ya restauradas en toda la isla

En medio de la tragedia, las autoridades pusieron a trabajar cerca de medio millar de camiones y maquinaria pesada para despejar calles y carreteras, y abrir caminos provisionales a pueblos y urbanizaciones que permanecían aisladas desde el sábado.

Las comunicaciones telefónicas, gracias a los equipos de transmisión móvil y vía satélite, han sido ya restauradas, aunque los tendidos aéreos, al igual que el sistema de energía eléctrica, pueden tardar semanas en volver a la normalidad.

Una tercera parte de la población de Funchal no tiene agua potable por la destrucción de una cañería central del sistema de conducción.

La normalidad ha vuelto en buena medida al puerto de la capital y al aeropuerto, que empezó a operar ayer por la tarde los primeros vuelos comerciales.

En el aeropuerto se ha instalado un depósito de cadáveres

En el aeropuerto se ha instalado un depósito de cadáveres y un contingente especial de médicos forenses llegados de Lisboa ha reforzado los equipos disponibles en la isla.

Desde la península han llegado también helicópteros, submarinistas -para buscar cuerpos en la bahía de Funchal- y efectivos de la Guardia Nacional Republicana con perros entrenados en la búsqueda de víctimas.

Hoy se espera también la llegada de la fragata militar Corte-Real, cargada con ayuda humanitaria y un destacamento de fusileros para colaborar en las tareas de limpieza. Los militares instalarán asimismo puentes de campaña para sustituir los que se llevaron las aguas.

El Gobierno portugués celebra este lunes un Consejo de Ministros extraordinario en el que se evaluará la situación de la isla y las ayudas para recuperarla. Las autoridades han decretado tres días de luto nacional.

Además de Funchal, varios municipios de las inmediaciones como Ribeira Brava y Santa Cruz han sufrido graves daños. Sus zonas más elevadas están pobladas de casas edificadas en barrancos y laderas, y la fuerza torrencial del lodo se llevó decenas de vehículos y derrumbó varias viviendas.

Las autoridades aseguraron hoy que la mayoría de las barriadas aisladas por el hundimiento de carreteras y puentes habían podido ya recibir auxilio, aunque todavía existían problemas en el concejo de Camara de Lobos.

Se han suspendido las clases en todos los centros de educación

En esa zona, en Curral das Freiras y en otras parroquias de la isla muchas familias que abandonaron sus hogares en medio de la inundación no pueden volver por el riesgo de derrumbe.

En las zonas bajas de Funchal, las más turísticas, las riadas que bajaban con enorme fuerza desde los cerros han hecho también estragos.

Un popular centro comercial, el Anadia, fue devastado por las avenidas de agua y aún no se han revisado a fondo, en busca de posibles víctimas, sus garajes subterráneos, que se llenaron en poco tiempo de lodo y basuras.

Para reducir la circulación y facilitar las labores de limpieza y rehabilitación de la ciudad el Gobierno regional de Madeira ha suspendido de momento las clases en todos los centros de educación.

El presidente de la Administración autónoma de Madeira, Alberto Joao Jardim, se declaró además preocupado no sólo por la magnitud de la tragedia y la destrucción sino por el impacto que pueda tener sobre el turismo, una de las principales fuentes de ingresos de la isla.

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