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Los posfascistas y la Liga Norte reniegan de Monti

Los aliados de Berlusconi prefieren convocar elecciones anticipadas. Después de que el Senado aprobara ayer las reformas, el texto pasa hoy al Parlamento, el siguiente paso, como prometió él mismo, para la dimisión de 'I

D. DEL PINO

Berlusconi negocia su salida del Gobierno italiano. Il Cavaliere ha llamado a una reunión a su posible sucesor, el excomisario europeo y consejero de Goldman Sachs Mario Monti, para abordará la situación política de Italia y la posible formación de un Ejecutivo técnico de transición. Los medios italianos señalan que Berlusconi condicionará su apoyo a Monti a que su brazo derecho y subsecretario de la presidencia, Gianni Letta, forme parte del nuevo gabinete.

La reunión, un almuerzo, llega en un momento de tensión en el seno del divido Pueblo de la Libertad (PdL) de Berlusconi. No, no, no y mil veces no. Los principales exponentes de Alianza Nacional (AN), la antigua formación fascista que forma parte del PdL, no piensan apoyar jamás un Gobierno guiado por Monti. Esta es la línea marcada sobre todo por el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, que, con su cerrazón, ha provocado un verdadero terremoto dentro del partido.

'Hay que hacer todo lo que ha dicho el presidente de la República, Giorgio Napolitano, todo rápido y bien. Pero mejor las elecciones que un apaño de este tipo', dijo ayer La Russa.

Ministros del PdL se oponen a un Ejecutivo de unidad con la izquierda

Para el ministro, 'el dilema está en saber si a Italia le sirve más un Gobierno no electo o un Gobierno santificado por el pueblo lo más rápido posible'. El jueves, el ministro de Aplicación de Programa, Gianfranco Rotondi, ya advirtió de que, 'hace 20 años, la fase de los gobiernos técnicos llevó a la desaparición de los grandes partidos de la República porque, cuando la democracia se suspende y se hace un contrato de primer ministro a un profesor que viene de fuera, los partidos abdican de su papel y se someten a un técnico que no tiene la confianza de los ciudadanos'.

El principal escollo es aceptar un Ejecutivo no sólo impuesto, sino aderezado con personas de todo el espectro político, incluida la izquierda. Los contrarios al Gobierno técnico piensan que es muy difícil poner de acuerdo a un equipo así. A La Russa y Rotondi se les suman casi un centenar de parlamentarios. Todos están ejerciendo mucha presión sobre Silvio Berlusconi y amenazan con dejar el partido, algo que dejaría a la formación herida de muerte de cara a unas elecciones futuras.

Di Pietro cambia de opinión tras la amenaza del PD de romper la coalición

Las cosas pintan igual en la Liga Norte de Umberto Bossi,que ya ha anunciado que a partir del lunes pasarán a la oposición si Monti es primer ministro. La única salida posible la dibujó ayer el ministro de Simplificación Legislativa, Roberto Calderoli: 'Sólo apoyaremos un Gobierno de la mayoría que salió de las urnas en 2008'.

A la Liga le vendría bien pasar a un segundo plano para recuperar la confianza de sus electores, porque la Liga de Bossi no deja de ser una formación regional con una base proletaria muy importante y estar fuera de los recortes que se avecinan le haría ganar votos.

En la izquierda, el razonamiento de Italia de los Valores de Antonio Di Pietro es parecido: 'No apoyaremos un Gobierno que vaya a aplicar los recortes que hasta hace dos días no queríamos aprobar', ha repetido toda la semana. Aunque ayer, después de que el Partido Democrático amenazara con romper la coalición, favorita para ganar las próximas elecciones, rectificó: 'Apoyaremos a Monti siempre y cuando se aclare el tiempo que estará al frente y las medidas que piensa aplicar'.

El Senado italiano aprobó ayer en tiempo récord los Presupuestos anticrisis de 2012 y cumplió con el primer paso para finiquitar el Gobierno de Silvio Berlusconi. El texto de la Ley de Estabilidad, que incluye parte de las reformas prometidas a Bruselas, pasa hoy al Parlamento y posiblemente recibirá el visto bueno esta misma tarde. El siguiente paso de la transición, como prometió Il Cavaliere, será la dimisión. 

El Senado italiano aprobó ayer en tiempo récord los Presupuestos anticrisis de 2012

Pero, a partir de aquí, la hoja de ruta trazada por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para nombrar primer ministro al frente de un Gobierno técnico a Monti, podría empezar a complicarse. Il Cavaliere, como era de esperar, no dará su brazo a torcer y ayer recuperó la idea de hacer una oferta alternativa con un Ejecutivo representado mayoritariamente por sus hombres de confianza y cerrar filas con la Liga Norte y algunas facciones del Pueblo de la Libertad que no aceptan bajo ningún concepto la imposición de Monti.

El Gobierno Monti tiene algunos obstáculos importantes, más allá de lo que pase con el PdL. Si se convierte en un Ejecutivo con un equipo de corte político, corre el riesgo de nacer herido de muerte. Sobre todo por dos carteras concretas, la de Justicia y la de Industria, a las que Berlusconi no quiere renunciar por motivos obvios: tiene cuatro procesos judiciales abiertos y es el empresario más poderoso de Italia. 

El plan del economista es combinar un plan de ajustes con medidas que sirvan de alivio y pongan de su parte a la población. Se habla de intervenir reduciendo a la mitad los casi mil parlamentarios que hay hoy entre Senado y Parlamento, y de un impuesto a las grandes fortunas. La elección es complicada, pero hay algo que flota en el ambiente. El Gobierno de Berlusconi puede estar acabado, pero el berlusconismo es otra cosa. Y el Gobierno Monti manda al traste la transición que se merecen los italianos.

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